Mientras una generación alcanza el Luna Park, otra empieza a llenar varios Niceto. La música no paró de fluir en 2023 y en Indie Club elegimos, como siempre, los 20 discos del año.
20 – Principio del fin – Riel
El dúo postpunk referente Riel presenta un disco que refleja los tiempos inciertos y apocalípticos que vivimos, sumergiéndose en crisis, conflictos sociales y enfrentamientos de extremos. Principio del fin aborda temas como la polaridad social en “Blanco & negro” y la decadencia noventosa en “1990”, mientras que los paisajes sonoros en todo el álbum nos transportan a atardeceres y veranos relatados por Mora.
Aunque el eje no es el inevitable apocalipsis, sino el disfrute antes de su llegada, se destaca el amor, la compañía y los sentimientos en “El fin”. El aclamado “TKM” marca la vuelta al amor con energía, destacando la habilidad de Germán en la batería. La riqueza sonora se evidencia en la inclusión de una segunda guitarra y un bajo suave, como se aprecia en “No lo entenderías”.
19 – 3D – Santi Celli
El cantante cordobés en 3D mezcló todas sus influencias en su tercer disco de estudio, el cual atraviesa las distintas aristas del pop e invita a grandes referentes de la escena nacional a participar del mismo. Además, emprendió un viaje a Europa y convocó a Diego Mema (Zoe Gotusso), Nahuel Barbero (Hipnótica) y Didi Gutman (Nathy Peluso) para la producción.
Desde “Incomprendida” con Chano hasta “Ya fue” con El Zar, Celli atraviesa toda la historia del pop en Argentina. Así, con su tercer álbum pudo consagrarse como el artista que agarró el guante de músicos como Tan Biónica o Miranda!, e instalándose como uno de los referentes del género.
18 – Abismo – Sueño Azul
La madurez sonora que adquirió Sueño Azul en Abismo (su tecer disco de estudio) es fruto de un trabajo constante del cuarteto, comandado por Gabriel Kerman, a los que se le suman Martín Lema, Nehuén Chumbita y Sebastián Mansilla. El sucesor de Romántico posmoderno es oscuro y profundo, transitando sonidos de funk y rock.
Citando a la película Drive my car (“Desierto”) o combinando sonidos del indiepop actual con otros clásicos (“A la deriva”), Kerman absorbe lo mejor de sus experiencias pasadas y lo lleva a un nuevo nivel, sumándole la melancolía justa, lo que da como resultado una madurez llamativa para este tercer trabajo.
17 – Hola precioso – El Kuelgue
En Hola Precioso El Kuelgue se adentra a una estética más moderna, a diferencia de su antecesor, Cuentito que estaba atravesado por géneros más tradicionales, y que en su nueva búsqueda profundiza en sonidos más rock/pop, funk y disco.
Desde “Sinoca”, que evoca el espíritu de Virus, hasta “Hola precioso” con una estética funk/disco, siguen demostrando que a pesar de que la banda esté llegando a los veinte años de carrera, todavía tienen una inquietud musical admirable.
16 – El mundo pequeño – Marina Fages
En su cuarto álbum de estudio, Marina Fages demuestra una vez más su versatilidad a la hora de componer música y que no tiene miedo de romper con los límites entre diferentes géneros. En El Mundo Pequeño experimenta con el rock alternativo, el hardcore, lo melódico y lo progresivo.
En este universo sonoro, la voz de Fages es clave a la hora de recorrer las diferentes texturas compositivas. El disco tuvo varios adelantos, entre los que se encuentran “Canción de Flora”, “El límite” (junto a Melanie Williams), “La ciudad nos ilumina las caras” y “Escamas de vidrio”.
15 – Te quiero – Ainda
Te quiero, quinto álbum de Ainda, vino desde el amor por los amigos y la música. El duó trae una disco lleno de colaboraciones, en donde se destacan “Kilómetros” con Bandalos Chinos y “Adiós” con Conociendo Rusia.
Además de acoplarse a los estilos de las bandas que colaboraron para el disco, Ainda siguió reafirmado su sonido propio, que va desde el pop, el bossanova y la parte de rock nacional más calamaresca, regalándonos una oda al amor, a la familia y a la amistad.
14 – Sueño cítrico – Silvestre y la Naranja
Sueño Cítrico es un álbum que muestra la versatilidad de Silvestre y la Naranja, con canciones que van desde lo melancólico hasta lo alegre y bailable. La banda logra mantener una cohesión en el álbum gracias a su estilo propio y a las letras que reflejan experiencias cotidianas del amor y la pasión.
Desde la melancolía de la intro de “Amanece” hasta la efervescente fusión de funk y música disco en “Tu veneno”, el álbum navega por una gama de emociones y estilos. Con reminiscencias de r&b y pop rock en “El ding dong”, así como baladas románticas como “Hechizao”. Los temas para bailar, como “Bailando a escondidas” y “Fiebre atemporal”, se entrelazan con letras que capturan experiencias de amor y desamor.
13 – Gran turismo – Isla de Caras
Para Gran Turismo, Isla de Caras apostó por probar sonidos nuevos pero sin dejar de lado su esencia tan característica. Con su tercer disco sube los voltajes, con un estilo más vibrante y una energía arrolladora, ya en “Como si”, se puede ver como la banda se despide lentamente de Una caricia.
También en el álbum se pueden encontrar piezas como “Trampas”, que tiene el espíritu de una balada de rock/pop de fines de los 90s, pero adaptado al estilo moderno de la banda. Con este disco, Isla se terminó de asentar en la escena, dejando una gran incógnita de cuál será su próximo paso para un futuro trabajo de estudio.
12 – El sonido del éxtasis – Winona Riders
En su segundo disco de este año, Winona Riders, “la expresión más arrogante del momento”, profundiza su estilo de rock psicodélico con un álbum largo y ceremonial que se mantiene fiel a los shows en vivo de la banda de zona oeste.
En este mar de LSD al que nos invita el sexteto, destacan como faros “Dorado y púrpura”, “¿Así que te gusta hacerte el Lou Reed?” y “A.P.T (American Pro Trucker)”. El sonido del éxtasis es una sobredosis de rock and roll y psicodelia ritual, diseñada para bailar junto a Jesús y Satanás al compás de las armas enemigas.
11 – Lo más cercano a caer – Nenagenix
Entre el duelo y la nostalgia, Lo más cercano a caer se consagra como el disco debut de Nenagenix. La banda porteña se desmarca de su anterior EP con sonidos que oscilan desde lo emo y el rock alternativo, pasando por el post punk y coqueteando con algo del shoegaze.
En cada letra exploran las complejidades de las relaciones actuales desde una visión intimista, donde expresan sentimientos desgarradores y dudas existenciales. Algunos de los que más se destacan son “Pulso”, “Igual” y “Antes de que olvide”, no solo por todo lo dicho, también por sus estribillo pegadizos, guitarras y baterías muy presentes.
10 – Nafta II – Nafta
Después de casi cuatro años y una pandemia, Nafta presentó Nafta II, su segundo trabajo de estudio con una esencia musical donde el sentimiento y el groove musical lograron una nueva obra destacada en la escena local.
La banda profundizó su mezcla de soul, funk, r&b y hip hop compartiendo uno de los álbumes más esperados del año, con un repertorio diverso, combinando canciones como “Quiero verte”, invitando al público al baile; y otras como “Monumento”, donde la banda también expresa su sensibilidad al momento de componer.
9 – Sakatumba – Puro Teatro
Con su álbum debut, Sakatumba nos interpela con canciones intensas de sonidos frenéticos y envolventes, realzados por la poesía punk de sus letras. Puro teatro transita por distintos humores y matices, pero llega a su punto más alto de oscuridad y cinismo con “Trepan los esclavos”, un tema sombrío que sintetiza el espíritu de este trabajo.
Este álbum es a la vez una cachetada de época y una invitación a entrar al universo artístico propuesto por la banda, que consiste en una puesta estética particular con intervenciones teatrales y un conjunto de temas que calan hondo en el corazón.
8 – Bajo la oscuridad púrpura – Costas
Bajo la oscuridar púrpura es una obra cargada de influencias que se manifiestan en un paisaje instrumental, ofreciendo un viaje sensorial a través de seis canciones. Este nuevo trabajo de Costas refleja una fusión de sonidos que remiten a la historia electro, desde la escena emergente del Gran Buenos Aires hasta hitos europeos del new wave y la psicodelia rockera.
Cada canción del álbum aporta una perspectiva única, desde la melodía bailable de “Fantasía” hasta la fuerza del bajo en “Fuera del camino” y la intensidad de la guitarra en “El disco de Jacinto”. La distorsión vocal y la interacción entre letra e instrumentación son elementos distintivos del LP, mientras sintetizadores suaves marcan el fin de un viaje psicodélico e imaginario.
7 – DUM – Dum Chica
Punk agresivo, crudo y urbanamente atmosférico es lo que describe mejor a DUM, de Dum Chica, su álbum debut. El power trio de bajo, batería y voz consiguió consolidar su espectacular sonido con un disco que logra de gran manera reproducir el ambiente frenético de sus presentaciones en vivo.
Son las líneas de bajo coreables y manijas, con esa batería hiperactiva junto a la performance espectacular de la voz lo que vuelve a DUM un disco memorable, que encarna la urgencia de la juventud por seguir expresándose con la música que le gusta. Luci, la frontgirl del trío, tiene una forma muy particular de cantar en la que, a las melodías oscuras y pesadas, les suma sonidos guturales o silbidos como en “Terremoto” o “Virna”.
6 – El final de las cosas – Barbi Recanati
Tras un debut más que bienvenido como Ubicación en tiempo real (elegido como el mejor disco del 2020 por Indie Club), Barbi Recanati decidió seguir perfeccionando su sonido. Si sus primeros singles todavía tenían la rabia de Utopians y Ubicación en tiempo real ya matizaba con timbres post-punk, El final de las cosas se mete con el shoegaze y el dream pop sin abandonar la rabia punk de Barbi.
Con sus letras frágiles muestra cómo los conflictos más maduros también pueden tener acciones y reacciones infantiles, y cómo la comunicación (o la falta de) puede cambiar una relación. Dos canciones que engloban el sentimiento completo del álbum son “Caja de cristal” y “Fin del mundo”.
5 – El Club Audiovisual – El Club Audiovisual
El disco homónimo de El Club Audiovisual es una reinvención en su sonido, y probablemente su álbum más sólido hasta la fecha. Con el pop sónico como pilar central, encontramos más versatilidad y evolución de la banda en este trabajo. En un viaje de guitarras, ruido y curaduría pop -con pinceladas de Shoegaze-, el cuarteto logró un trabajo conciso y sólido como obra completa.
Nos puede llevar de un festejo al amor junto a Odd Mami en “Una canción” a una balada muy emotiva en “Confundido por cosas nuevas”. El Club apeló de forma directa a sentimientos como el amor, el desinterés, la ansiedad y el cansancio de una generación por el mundo actual.
4 – Clase B – Mujer Cebra
El segundo disco de Mujer Cebra se hizo esperar, pero valió la pena. Clase B es una catarata de canciones poderosas que ya se convirtieron en nuevos himnos de la banda, y la experiencia de transitarlo es feroz.
Comienza con temas intensos, hace un impasse para calmar las aguas y se encamina hacia el final en bajada, prendiendo fuego todo a su paso. El power trío profundiza en Clase B su estilo único de post punk minado de emociones como la angustia y la adrenalina, consolidándose como un ícono de la nueva escena de rock alternativo.
3 – Algo para decirte – Nina Suárez
Guitarras ruidosas, historias personales y una voz penetrante se mezclan en Algo para decirte, el disco debut de Nina Suárez, que engloba sus primeras siete canciones como solista, tras finalmente abocarse a la música después de pasar por varias ramas del arte como la poesía o la actuación.
El hecho de que Santiago Motorizado la haya invitado a cantar “El fuego cálido” -track compuesto en su álbum que musicaliza Okupas– hizo que Nina finalmente se decidiera: “No dimensionaba qué pasaba con la idea de grabar algo y que la gente lo escuche”, contaba Nina en su entrevista con Indie Club.
Algo para decirte cuenta historias personales de Nina, relatos urbanos, digitales y reales, acompañados por su guitarra, educada por los riffs de Bestia Bebé y la potencia de los primeros Arctic Monkeys. “Corrida al arco” y “Quequén” son los dos indispensables para entender por qué este disco es uno de los mejores del año.
2 – Tripolar – Usted Señalemelo
Usted Señalemelo vuelve a posicionarse como una referencia obligada en el género con Tripolar, un disco conceptual que gira en torno al choque constante entre energías opuestas. El trío mendocino regresó a la cancha después de años de ausencia con este disco luminoso y enérgico que marca un renacer.
En esta nueva etapa, la banda evidencia su versatilidad a través de canciones con melodías spinetteanas y ritmos que van desde el rock hasta el funk, pero siempre haciendo pie en la canción pop.
Además de sus cortes de difusión, Tripolar nos sorprende con otras joyas. En el corazón del disco nos encuentra “Sol”, donde la banda explora nuevas sonoridades y juega mezclando colores, texturas y variaciones armónicas, con reminiscencias a canciones de la etapa Sgt. Peppers de los Beatles.
1 – Súper terror – Él Mató a un Policía Motorizado
Sin dudas iba a estar en el top tres de los mejores álbumes del año de Indie Club. Después de seis años de espera, Él Mató a un Policía Motorizado sacó Súper Terror, un disco que mezcla el rock alternativo y post-punk con influencias de los años 80s. Desde el comienzo bien arriba con “Un segundo plan” hasta el experimental cierre con “El profeta del fuego”, el álbum es un viaje musical emocionante y diverso.
Destacan sencillos como “Medalla de oro”, la cuota emotiva y romántica, y “Diamante roto”, que encapsula la esencia punk característica de la banda. Grabado en los estudios Sonic Ranch en Texas, el disco presenta una mezcla entre lo luminoso de los años 80 y un mundo alternativo y oscuro. Canciones como “Tantas cosas buenas” exploran nuevos territorios musicales, mientras que “El universo” nos regala una experiencia distinta con solo piano y voz.
Con su capacidad para crear sonidos potentes y sus letras tan características, Él Mató a un Policía Motorizado consolida su propuesta artística, convirtiendo Súper terror en una experiencia musical completa y fascinante.