En una nueva edición del festival independiente, Sunlid, Nenagenix y Sakatumba se unieron para explotar las columnas del Konex.
El Sonido Konex tiene la siempre difícil tarea de señalarnos el futuro de nuestra música, con ciclos enteros curados en puntos específicos de la historia musical. Esta vez, un punto poco explotado y que hoy está en auge: el sonido alternativo, atravesado por otros géneros como el shoegaze, pop, noise rock, entre otros.
Con todo este contexto, Sunlid, en el marco de la salida de su disco debut No mires atrás, aprovechó al máximo este escenario. Eran apenas las 21:00 hs y el interior del Konex se encontraba con muchísima gente, todos pasivos pero atentos, un marcado público propio. El arranque fue con “Invisible” y una recepción entrañable de la gente. En línea con sus shows, el marco era ideal para seguir presentando su disco debut: brillaron con “Ya nada es igual” o “Hablar de vos” con una ejecución de voz imprescindible: dulce, profunda pero intensa y fuerte “No eras lo que me faltaba / quien hablará de vos” entona Lucía.
También hubo lugar para temas nuevos, en este caso un single pronto a salir que ha sonado en varios shows: “Entre mis cosas” sonó delicado, prolijo y muy certero para la noche. La estética identificativa de ellos, sus visuales, sumada a la actitud sus canciones dieron como resultado un show perfecto, dejando la vara demasiado alta para el turno siguiente y también, calentando las gargantas de un público que no paró un segundo se cantar sus canciones, logrando una pseudo intimidad de los más cercanos al escenario.
Sakatumba es, quizás, de las bandas más virtuosas de la nueva escena independiente. Con un gran abanico instrumental, con tres voces bien distintas, y sabiendo esto, explotan cada minuto de su show en un ciclo que actúa como vidriera.

De comienzo, no se guardaron nada, explosivos y alegres, encararon el show con “Me estoy olvidando de vos”, canción de su primer disco Puro teatro, para continuar con una exhibición que habla más de una banda consolidada que a una promesa. El sólido comienzo se acentúa con “Chica gotika”, un temazo para los propios y una joya para los ajenos. Un saxo de fondo mostrando una rareza para estos lados, piano, sintetizador, una batería cruda por momentos y delicada por otros. La voz Renata se desliza lentamente como jazz entre los sonidos “Chica punkie llevame / a tu casa / nos coloreamos, nos pintamos / miramos la noche”
Con la estética punkie y gótica, Sakatumba cambia de forma en varias ocasiones, “Tu vodoo”, es más cercano a un rock nacional de los 80sy 90s, con las diferencias obvias de las generaciones, interpretado por Octavio, responde al rock alternativo más cercano. Teclados emergentes, nuevamente un saxo de fondo que rompe con alguna estructura que, obviamente, ya no podemos encasillar.

Otra faceta de la banda es cuando toma la posta Marcos, solo al pasar al frente teníamos al más crudo post-punk: enérgico y contestatario cantaba “Perro soviético muerde la carne humana / hasta desgarrarla / y entre sus dientes mecánicos / aparecen los restos de grasa”.
Peculiar y atractivo lucía esta parte del show, completamente alejado del comienzo pero nos atrapa como cambiar fuese tan fácil. La virtuosidad que mencionamos antes, se hace tan evidente que quizás cambiamos de banda sin notarlo.
El coqueteo entre géneros es aplaudible y asombroso. En el escenario dejaron la sensación de haber hecho más de lo que podes pedir en un show, pero Sakatumba lo hace como si nada, bailar o enajenarse, es indistinto para estos chicos tan puntillosos en su obra.

Finalmente, el broche de oro estaba encaminado para que Nenagenix diga presente. En el segundo aniversario de Lo más cercano a caer, el festejo fue devoto a su público, el mismo que viene en aumento constante y fiel. Con una intro densa y pesada, nos fuimos sumergiendo en el lugar que ellos querían. “Dientes de leche” fue el primer tema luego de la intro. Nenagenix juega con la ansiedad de la gente, sabe qué darles, en qué temas y cómo.
Lejos de desvariar o tener altos y bajos durante el show, el tema a tema fue completamente estructurado y pensado para no bajar el nivel. “Asking 4 it” fue el primer pico de pogo de la noche, una voz disruptiva e intensa pero clara, desde las vallas hasta las cortinas el pogo protagonizaba la noche.

La interacción vía canción para con la gente fue lo que guió el recital. “Material pornografico” fue pie para la parte emotiva, nubló al público con una canción de amor, extraña pero fuerte. Las parejas se fundían en besos o abrazos intensos. La culminación, evidente, eran los aplausos desgarradores del público.
La noche fue evolucionando hacia una oda al disco, ese que conformó la nueva etapa de la banda y que hoy tenía una especie de festejo u homenaje. Desarmando tema a tema el mismo, llegamos a momentos fuertes, alto como alegrías y bailes en “Igual” o “Nadar sola”; como bajo donde veíamos rostros mojados por lágrimas y tallados de una tristeza contenida mientras sonaba “Sueño por debajo”.

Una banda consolidada, con un público fiel, shows sólidos. Este puede ser un resumen perfecto de la noche para Nenagenix. Para rematar, como si faltara algo más, hicieron “Toxicity” de SOAD, ahí fue cuando Martina nos mostró que su voz cuenta con versatilidad y talento de sobra. Soberbia actuación para un tema difícil de hacer.
La curaduria de Sonido Konex, otra vez, da en el clavo, elige momentos puntuales, artistas de recorridos similares pero en distintas alturas. En esta caso, un publico casí unanime para festejar la actualidad de un género, pero tambien, celebrar bandas.
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