junglo julián desbats

Julián Desbats nos invita a perdernos en el baile y placer en “Junglo”

En su más reciente trabajo, el también vocalista de Los Rusos HDP propone una excursión a los goces de la pista y el ritmo.


“Selva / ruido de animales salvajes”, cantaban en su recordado hit de 1993 La Portuaria… Y de sintetizadores, funk y meneo, parece completar tres décadas después Julián Desbats a lo largo de Junglo, su más reciente disco y reinvención sonora. A lo largo de su nueva placa, editada a fines del año pasado, el artista nos propone una excursión a su más ambiciosa ficción musical hasta la fecha. La jungla del vocalista y guitarrista de Los Rusos HDP es una en la que lo animal funciona de metáfora del baile y el cuerpo; en la que los sentidos se entremezclan entre sí; y lo personal se vuelve comunal, y viceversa. Una vez adentro, es difícil escapar al hechizo.

“Xaguar”, tema de arranque del álbum, funciona como carta de presentación ideal en más de un sentido. Su sonido no es solo un condensado perfecto de la identidad musical de la obra –entremezclando con habilidad percusiones programadas, electrónica nocturna y toques de funk– sino también de su narrativa general. “Si me pudiese transformar yo sería xaguar (…) / sin tiempo, ni sexo, ni moral, ni ciudad”, canta Desbats, anhelando “tan solo vagar”, entregado al instinto y de espaldas a lo impuesto. A la par, un sintetizador agudo de color neón se corre hacia el primer plano, dando paso a una coda instrumental a puro baile.

Por su parte, “Magia negra” retoma la posta, conducido por una potente línea de bajo, un riff de guitarra canchero y la suave voz del músico. Sin embargo, entre medio de lo que Desbats describe como una “oscuridad bailable” parece asomar una crítica a la industria musical, en el momento más rebelde del álbum: “Versos baratos agitan la radio, un ritual selecto / muñecos del momento, no me dicen nada / mordieron la manzana, ciervos de las marcas”. En cambio, “Zentaura”, a dúo con Dani Umpi –quien ya había prestado su voz en el tema que da nombre a Verso (2021), el anterior disco de Julián–, es una oda al amor y al dejarse llevar por sus placeres sensoriales; un enorme tema pop que celebra el “bailar, y reír, y llorar otra vez”.

Pero mientras que el ansias de pista parece dominar, a su tiempo, Desbats sabe cuándo bajar un cambio y navegar aguas más calmas. Tal es el caso de la sensual “Mariscal”, en la cual el músico describe a una “muchacha” ante la cual cae flechado sobre una base downtempo que incorpora con igual gracia ritmos de tintes reggaetón y vientos jazz. Le sigue “Tropikali”, el único instrumental del disco, el cual conducido entre hipnóticas percusiones y ruido de mar continúa el trance de la anterior canción. Y a continuación, “Del splash una galaxia” –una balada nocturna que también apela a una atmósfera aletargada y nocturna– se ofrece como una tercera prueba de lo bien que le calza al artista su costado más contemplativo y relajado.

Ya cerrando el álbum, Desbats nos propone un último baile antes de que se apaguen las luces con “Rumba en la jungla”: un eufórico corte con tonos neo-disco a toda pompa. En él, el artista parece cargar contra el ajetreo de la vida moderna y sus lugares comunes: “Tengo que llegar puntual”, “Tengo que tener mi dinero”. Su respuesta a todo ello es jugársela por un sentir más libre, menos controlado y rotulado. “Yo solo tengo mi deseo… ¡Me encanta!”, exclama triunfal. Bienvenidos a la jungla.

Podés escuchar Junglo y más lanzamientos del 2022 en nuestra playlist de Spotify.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Deslizar arriba

Hola! Si querés utilizar esta imagen, escribinos!