El quinto disco de los boedenses llega en medio de un caos contextual y brinda un grito de libertad y contención.
“Vamos a Destruir”. ¿Qué significa “Vamos a destruir”? ¿Qué van a destruir? Probablemente no tengamos respuestas exactas, pero el nuevo disco de Bestia Bebé tiene una premisa indiscutible que obra en sus estribillos: “Vamos a destruir / todo lo que hay / cuando quieran yo lo vuelvo armar / hagamos todo hoy y sin miedo a fallar / con ustedes estar siempre un rato más”. El canto de Tom Quintans exclama un “hagamos lo que se nos cante”, esa idea contraria a la productividad general, lo absurdo para el arte que todo tenga un fin concreto o mercantil, Bestia destruye toda esta idea actual en una sola canción, enarbolando los amigos, el deseo y el momento presente.
Desde las pasiones más argentinas hasta entender los sentimientos de crecer (en todo sentido), Bestia Bebé siempre estuvo dedicado a cantarle a su gente desde su propia óptica. Gracias por nada (2020) representa, a vista clara, como crecimos con la banda; los discos anteriores: Bestia Bebé (2013), Jungla de Metal 2 (2015) y Las pruebas destructivas (2017) relatan, entendidos en su narrativa, un mundo de vehemencias comunes, amistades y vivencias con la letra del poeta más barrial que podamos encontrar.
La curación del track a track no tiene demasiada importancia, pero sí toma consideración una especie de ligadura de todas las canciones: un homenaje al heavy metal más puro, riff agudos con pausas que rompen o acompañan, dependiendo de la canción, las estrofas y los ritmos. Con los adelantos pudimos tener una punta de esto, pero ni cerca de anticipar que el hilo conductor sería la guitarra metalera de Tom.
“El verano” es el primer tema y también el primer adelanto, canción que anticipó el verano, las fiestas, las sensaciones de estar incómodo en esas reuniones, los pensamientos que melancólicamente llegan a nuestra cabeza y lo que finalmente deseamos: perder el tiempo escuchando música fuerte hasta quedar aturdido. La sencillez y la descripción nos sitúan automáticamente en la sobremesa pero el componente metalero que rompe la estructura nos devuelve a tierra con ganas de saltar y poguear.
El siguiente tema es “El cangrejal”, tema con los mismos tintes que el anterior y con signos del eje del disco: descripciones para crear visuales y sensaciones para transportarnos a una costa fría y gris. El agregado metalero también presente para cortar el ritmo calmado y viajero presentado al inicio.
Luego de “Vamos a destruir”, sigue “El rock and roll pasó de moda”, una especie de cargada para las viudas del rock, pero también para esos ritmos centroamericanos que chocan con nuestro clima patagónico “Yo siempre me burlaba de vos / y de ese ritmo tropical / que nos vino a destruir / y todo llegó a su fin”. El análisis se hace sobre el cambio generacional, la moda, el rock, el trap y la juventud que no se lamenta por no ser parte del rock. El rock se representa y hace persona con la participación de Lucas Jaubet, quien da ese tono rollinga glorioso, una voz gritando sus ídolos, preocupado por la importancia del rock pero ubicándolos en el pedestal de santos o dioses.
El armado del disco suma influencias variadas, lo que ha marcado a sus integrantes se hace presente como no lo pudimos ver en discos anteriores. es acá que vuelven hacia nosotros recuerdos guardados en lo antiguo del indie: “El humo negro” se hace presente como si Go-Neko!(banda predecesora a Bestia Bebé) hubiese revivido para el kraut rock más crudo. Los sonidos nos llevan de viaje, pero es de noche, todo es poco claro y debemos huir del humo negro. Una guitarra que avanza junto a un sintetizador rústico de fondo, componentes simples de una estructura de canción nueva para el cuarteto porteño.
Entre tema y tema también encontramos situaciones más sencillas y delicadas, la nueva mirada de una banda con más de diez años de trayectoria cambia, y también sus realidades. “Un gran día” es de esos temas para guardar momentos específicos: “El cielo se oscureció / fue un gran día hoy / todo salió bien / todo salió bien”, palabras simples para enmarcar una pequeña victoria.
Vamos a destruir aglomera situaciones memorables homenajeando con detalles descriptivos lo que cree importante. Ser feliz en “Montevideo” o lo necesario de “La Trafic”, humildemente y en un estribillo corto pero eficaz, dejan asentado a cada canción las sensaciones causadas. Los sonidos, en una línea general, tienden al vaivén de un pop relajado y acomodado al relato hacia una base metalera o de trash metal para el estribillo, receta exitosa para poder poguear o simplemente llamarnos la atención.
El final del disco es épico y patriótico, Bestia Bebé tiene la facilidad para encontrar héroes desconocidos y casi anónimos para reubicarlos donde corresponden. En septiembre de 1966 un grupo de argentinos armados toma un avión con destino a Río Gallegos y aterriza en las Islas Malvinas para izar siete banderas en unos de los actos más rebeldes nacionales. En “Las siete banderas” la voz decide caracterizar a este grupo adjetivando y reconociendo virtudes: “El valor, el coraje / un avión en el aire / decisión temeraria / condición de valiente / rebelión descarada / subversión de la historia”.
Bestia Bebé encontró entre sus grabaciones un disco que habla mucho de ellos mismos, como influencias, sentimientos, lugares, hechos y el impacto del paso del tiempo. No se dedicaron a un álbum con su impronta y géneros bien establecidos, si no jugar con lo que les salió. El tema homónimo juega papel de actor principal en este reparto, hacer por hacer y no con un fin meramente productivo. De ahí sale no querer ser entendido, sino más bien escuchado relatando historias.
Vamos a destruir fue grabado y mezclado por Felipe Quintans en Resto del Mundo y Dr. F. Masterización a cargo de Diego Warrior. Guitarras, acústicas y voz por Tom Quintans, bajo a cargo de Chico Guisolfi, guitarra por Marcos Canosa, baterías por Pola Ocorso y Lulo Esain. El arte de la tapa estuvo tambien a cargo de Tom Quintans.
Escuchá Vamos a destruir de Bestia Bebé y más lanzamientos del 2023 en nuestra playlist de Spotify.