
Santiago De Simone: el gurú del audio
Se inauguró Lado B, el ciclo de entrevistas de Indie Club donde hablaran diferentes productores que estan marcando la escena músical actual. Para el primer capítulo charlamos con Santiago De Simone, participe fundamental de los discos de Dillom, Fonso y Las Paritarias, Louta y muchos artistas más.
Lado B es un ciclo de entrevistas que buscar hablar con productores, mixers y músicos que atraviesan o atravesaron la escena musical argentina y que han dejado una huella importante en ella. En esta ocasion e inagurando la sección, Indie Club dialogó con Santiago De Simone, más conocido como 7AM Mixing, quien ha participado de proyectos importantisimos desde la producción, la mezcla e incluso haciendo el sonido en el vivo.
En la charla, Santiago pudo contar cómo fue pasar de ser administrativo a dedicarse a la música, su camino para poder llegar a trabajar 100% de esto y cómo fue su acercamiento al mundo de Bohemian Groove, en especial a Dillom. Además, contó sobre su rol de productor en los discos de Dum Chica y Nenagenix, su participación en Un Instante de Louta, los álbumes de Fonso y Las Paritarias y que proyectos tiene en un futuro próximo.

¿A qué edad decidiste dedicarte a esto?
A los veintisiete me puse a estudiar sonido. Ya hacía música y tenía mi banda, pero la idea de hacer una carrera con eso fue recién a los 27 años. Mi pareja también ayudó mucho a eso, pero también uno de la nada se encuentra en una situación donde no hay más respuestas incorrectas a lo que uno tiene que hacer. Yo había pasado por contador público y diseño gráfico, y cuando decidí dedicarme a esto toda la gente me dijo “era hora”. También hay una cuestión mucho más económica. O sea, estudiar ingeniería de sonido siempre fue una carrera cara. Tiene un cierto costo y yo hasta ese momento no me sobraba, entonces en ese momento fue “bueno, ahora sí lo puedo hacer”.
Yo tenía una banda, tenía guitarras, amplificadores, pedales y todo, que fui construyendo muy de a poco. Vendí una SG que al día de hoy extraño, pero a partir de ese momento puse plata encima y pude comprarme mi primera placa Mbox 2 mini, ProTools, mis primeros monitores de cuatro pulgadas, micrófonos y empecé. Y una vez que entré y pasé al otro lado del mundo del audio no volví, ya me quede ahí.
¿Y cuándo te pudiste empezar a dedicar de lleno a la música?
Hace nueve años, en 2016. Pero también fueron distintas circunstancias que se dieron. Me echaron del laburo en el que estaba, que era un puesto de supervisor de cobranza regional. Tenía OSDE 310, bonos anuales, estábamos a punto de tener nuestro primer hijo y dos semanas antes me echaron. La pregunta que yo siempre me hacía era “si yo quiero hacer esto y tenía todo lo otro, ¿cómo voy a hacer en este país, en esta sociedad y en este mundo para pasar de este mundo a esto?”. Mi cabeza no estaba configurada de esa manera. Y fue como el destino de la vida y la responsabilidad de ser padre, entonces hay que laburar e hice de todo en audio a partir de ese momento. Pero nunca dejé de laburar en ese momento. Todavía me acuerdo de ese momento como si fuera ayer, 7 de marzo de 2016, tenía 35 años.
Algunos en el ambiente podrían decir que arrancaste de grande
Siempre arranqué grande. Ya cuando me puse a estudiar a los 27, mis compañeros tenían 19 años. Y en 2010 también me había quedado sin laburo y era salir al ambiente con un montón de currículums, discos de mezclas que había hecho, y los repartí en un montón de estudios y me miraban de arriba a abajo como diciendo “¿vos querés ser asistente? Tenés 27 años”. El tema de asistente era muy distinto y era muy distinta también la industria musical, cómo se hacían los discos en Argentina o en Buenos Aires en esa época. Hoy en día este tipo de cosas no existen. Los estudios caseros o individuales eran más estudios grandes que tenían una estructura y que hacían las cosas de otra manera.

¿La movida del trap rompió todos esos esquemas?
Yo creo que se vino manifestando desde antes, con el avance de la tecnología del audio. Creo que el trap terminó de bajar la guillotina final, porque lo que hizo fue romper el status quo de cómo se tenía que hacer un disco. Vos o yo seguramente escuchamos muchas veces que decían “si querés que te vaya bien, tenés que hacer un disco, hay que invertir guita, hay que llamar un gran drum doctor, esto, lo otro”, y la realidad que escuché un montón de discos que fueron hechos de esa manera que terminaron siendo apoyavasos en un montón de estudios cuando iba a trabajar.
El trap lo que vino a hacer también es cambiar un poco esa ecuación. O sea, pibes sin haber pisado un estudio o una sala de ensayo con Reaper o lo que sea clipiando (saturando), o sea, haciendo todo lo que te dicen los institutos de que no hay que hacer, y de golpe 100 millones de plays, 200 millones de plays y ganando un montón de dólares, productores cobrando derechos de editorial. ¿Está bien, está mal artísticamente? No lo sé, no soy quién para juzgarlo, pero que cambió la forma de hacer las cosas, ni hablar.
Tenes 44 años y mucha gente de tu edad se pelearía o no se identificaría con la música de ahora y vos, en cambio, trabajas con muchos artistas jóvenes, ¿fue fácil adaptarte?
No, pero quizás hace 15 años era más hater de la música. Pasa que el ser hater de la música, de lo nuevo, no es que no te gusta la música, sino que estás vos lidiando con tu inseguridad, con ser viejo, con que ya no te sentís representado, con que ya no sos joven, con que ya no sos ágil, con que ya la cultura no te representa. Forma parte de crecer. A mí me pegó por otro lado.
En una época si era un poco hater, pero me empecé a reconocer a mí mismo que yo estaba frustrado con que a mí no me salían bien las cosas y cuando empecé a trabajar y a interactuar cada vez más con gente joven y a ver cómo pensaban y que había algo nuevo que yo o mi generación ni lo habíamos ni pensado o ni se nos había ocurrido, empecé a valorar muchísimo lo que tenía antes y la forma de pensar las cosas y también en viceversa. Mucha gente joven con la que trabajo ve que yo puedo aportar desde mi visión, pero lo que pasa es que la música también hay algo que es muy colaborativo, no podés pensar que se hace solo. Entonces eso ya te setea la cabeza y tu forma de pensar e interactuar es de una forma mucho más colaborativa. Eso te hace cerrar el orto, escuchar, aprender y dejarte sorprender también; no es fácil dejarse sorprender. Tampoco es que uno está acá y que te las sabés todas y estás todo el tiempo bajando línea. Es un bajón cuando pasa eso.
A mí me gusta que la música me siga sorprendiendo. Este año me pasó tres o cuatro veces con ciertos discos de escucharlos y que te parten la cabeza, y estás toda la puta semana con que lo único que te importa es escuchar eso. Me sigue pasando eso y me parece que es fundamental que te siga sorprendiendo la música, el arte y la creatividad.
Hablando de juventud, uno de los primeros con los que te cruzaste fue Fermín Ugarte, ¿qué es él hoy para vos?
Es uno de mis mejores amigos, las personas que más quiero, que más respeto y a la cual le estoy eternamente agradecido por su generosidad. Es una persona muy generosa, una persona extremadamente inteligente, me da miedo a veces lo inteligente que es, para bien y para mal (risas). No puedo ser objetivo con él, eso es lo que me pasa, pero al mismo tiempo podemos ser muy sinceros y decirnos muchas cosas en la cara que quizás con otra gente no puedo hacer o u otra gente tampoco hace conmigo y él sí lo hace. Y lo que me pasa con Fermín es que siempre me sorprende a nivel musical, y hay veces que hemos estado en situaciones diciendo “esto no va a salir ni en pedo”, y él dice “sí” y después termina pasando. Y eso me parece que es muy importante en la música, algo medio del mundo del fútbol, cuando el director técnico te dice “si hacemos esto, va a pasar esto”, y vos por dentro pensas “no la veo, pero bueno, vamos para adelante”. Es el capitán del barco.
¿Y Bohemian Groove que significa en tu vida? Porque como sello independiente también rompió un montón de barreras impuestas por las grandes discográficas.
Al verlo desde adentro de una manera mucho más íntima me cuesta ver quizás lo que generó o lo que genera para afuera, pero sí creo en los fundamentos que representa Bohemian Groove y me siento muy representado y me encanta ser parte de eso. Me da orgullo decir “laburo hace cinco años en Bohemian”. Mantener la parte de ser un sello independiente y que el arte va por encima de cualquier otra cosa, que no se negocia, me parece que eso se demuestra en cada acción o cada movimiento que hace el sello, desde cómo comunica, qué comunica y cuándo lo comunica y todo eso está pensado, nada está improvisado y es extremadamente colaborativo y para mí es un orgullo formar parte de eso.
¿Desde el día uno sabías que Dillom era distinto?
Pasa que yo ya lo conocí siendo distinto. Yo cuando lo conozco a él era plena pandemia, recién habían sacado “Kelly”, previo a Post Mortem y previo a “Dudade” que es el primer single que yo hago con él. Y ya ahí pasó algo que se hizo medio viral la canción, pero como te digo muy pandémico todo, pero donde empezó a despegar y que había algo distinto fue cuando con Fermín y con Punga después hacen “Sauce” y yo creo que ese tema empezó a mostrar una cara totalmente distinta. Y para mí, que yo soy un viejo meado, pero que curtió distintos estilos, que se haya hecho un tema de house francés mezclado con trap es muy movilizante. Para un chabon que escuchó Saint Germain, Justice, Dimitri from París o Cassius y que de golpe venga gente a decir “vamos a hacer un tema así” hizo que se me cagara la cabeza y ahí dije “acá está pasando algo interesante”. Cuando ya arranca todo el proceso de composición de Post Mortem, iba escuchando los demos que venían cayendo cada vez que se iban de composición, y fue “aca va a pasar algo fuerte”, especialmente por el nivel de la honestidad de las barras de él y lo que decía, la forma en que lo decía. Y musicalmente los géneros que estaban empezando a abrir, especialmente poniéndolo en contexto con lo que estaba pasando con la escena musical de ese momento, donde todo era trap, reggaetón o pop.
Ese disco fue muy importante, especialmente en un mes que me acuerdo y no me olvido más. El disco salió 1 de diciembre del 2021, y en noviembre salieron Temporada de Reggaeton de Duki, Trap de verdad de YSY A, Parte de mí de Nick Nicole, salió un disco de Cazzu, salió El disko de CA7RIEL, Saeta de Paco, todos los all stars. Todo el mundo en un mes sacó toda esa música. Post Mortem fue el retrato de una época, que tenga ese contenido de claridad musical y de letras y ese sentido del humor rebuscado cuando nadie se reía de nada, parece que fue muy importante.
Y cuando llega Por Cesárea, ¿hubo miedo de no poder superar Post Mortem?
Estaba en las sesiones y estaba en el día a día, pero no tanto del lado de producción o composición, pero sí recuerdo de que decían que iban a poder superar Post Mortem porque tenían esa postura de “somos mejores”, sentíamos que todos habíamos crecido y evolucionado en nuestros roles y que podíamos hacer algo mejor. Hacer algo que nosotros sintiéramos que fuera más elevado que Post Mortem y creo que lo logramos y con creces, precisamente porque Por Cesárea en sí es una obra totalmente retorcida y extremadamente musical, cagándose en un montón de cosas y al mismo tiempo siendo muy sincero en otras.
Es el disco que más orgullo me da decir que mezclé al día de hoy. Me parece por lo que fue el proceso, por lo que terminó sonando, por lo que representa y por lo que a mí me identifica, es el disco que más orgullo me da decir que yo mezclé eso y que yo fui parte de ese disco, pero también porque vi el crecimiento de la voz de un artista que empezó a correr los límites y lo pushea con su productor, con su equipo, con Andy (No Duermo), que es una figura superimportante, de decir “el límite está allá ahora”, y es más fácil jugar entre un límite y el otro, o uno lo da por sentado, pero no era fácil mover ese límite y que haya hecho un disco que tenga canciones como “Buenos tiempos” o como “Muñecas”. Además, las temáticas que trata, el color del disco a nivel audio, donde parece un disco superagresivo y muy aventurero.
Te quería preguntar sobre tu rol de productor. El primero en Super Premium Ultra de Dum Chica, un disco que es una aplanadora.
Es muy raro lo que te voy a decir, pero Super Premium Ultra se grabó un mes antes que entremos a grabar Por Cesárea. Hay algo de ese audio y esa cuestión aplanadora y especialmente sofocante o abrasivo que terminó siendo el disco para Dum Chica, especialmente comparado al disco anterior que tenían, consiguiendo un sonido más oscuro y más frontal, por así decirlo.
Yo había tenido la experiencia de Dum Chica de grabar en el estudio Panda, que lo elegí porque había mezclado el disco de Fonso, Día del Trabajador, que lo habían grabado ahí y había flasheado con lo que pasaba a nivel audio. Era un audio que yo ya había escuchado en algún otro disco y era discos de los 80s y de los 90s de acá, pero me acuerdo de haber grabado todo el disco y haber producido el disco en Panda y le dije a Fermín “ché, las batas de Por Cesárea estarían buenísimas que fuéramos a grabarlo a Panda porque hay algo ahí que está bueno”. Pero hay algo también de la concepción del audio, que creo que tiene ciertas similitudes y son discos que mezclé al mismo tiempo.
Entonces, SPU como le decimos nosotros con las chicas, es un disco que fue muy buscado, pero al mismo tiempo muy rápido. O sea, ellas sabían perfectamente que hacer y yo solamente es como que ordene ciertas ideas, tracé el paño de donde ibamos a jugar estéticamente a nivel audio y de acuerdo a esas cosas que les habían pasado con el disco anterior que no querían repetir o que se habían quedado como diciendo “che, hubiese estado bueno hacer esto”. Bueno, ok, hagámoslo en este y hagamos tipo overlayers de bajo y hagamos un sonido de bajo como si fuera una guitarra y bajos que no suenen como bajos. El desafío era hacer que tres personas suenen a un bloque y desfigurar un poco. Hay algo de eso en la producción musical que a mí me atrae mucho de que lo pueda representar fácilmente en vivo, pero al mismo tiempo de jugar un poco con los límites de qué es lo que escucha la gente, eso no quiere decir que suene plástico, porque SPU no suena plástico, todo lo contrario, pero sí suena distinto a quizás al primer disco. Entonces había un desafío de más que tres personas tocando, sea un monstruo y lo estamos presentando, vamos a ver que pasa o cómo lo toma la gente. Y la verdad que estuvo buenísimo.
¿Y el proceso de Nenagenix en Lo Más Cercano a Caer?
Fue otro tipo de producción. También son muchas más personas en su interacción, pero sí lo que pasó ahí fue que fuimos a buscar más cuestiones de dinámicas de interacción entre músicos. Claramente las influencias estaban muy marcadas y el disco de Nenagenix es el disco que a mí me hubiese encantado hacer con mi banda hace 20 años cuando tocaba, porque tenía las mismas influencias: The Smashing Pumpkins, Deftones, Placebo, eran las bandas que yo quería hacer y no me salían y estas guachas las hacían en un toque con canciones re pegadizas, con una voz increíble y con una potencia musical alucinante. Entonces la idea fue grabar batería y bajo juntos, logrando esa dinámica superfuerte y a partir de eso construir el estéreo.
En Nenagenix el estéreo eran las guitarras y con una voz muy al frente, con destellos más pop, por así decirlo. Dum Chica, en cambio, era llenarlo de bajo, pero con cosas que se achiquen y se agranden todo el tiempo, sin dejar de ser tres personas y con una voz que tiene también capas de efecto, como hace Lucy en vivo, que usa delays y distorsiones. Con Nena era más la canción y armar el universo de la canción como mucho más weird, más estéreo, más abierto, y que se escuche todo y al mismo tiempo traer un poco ese sonido de los 90s actualizado al día de hoy. Entonces ahí como hicimos un laburo superfuerte de grabación de violas y layers de distintos amplis para lograr un solo sonido y ahí lo fuimos tallando bastante.
También participaste de otros discos como el de Fonso y Las Paritarias o Un Instante de Louta. Dos experiencias completamente distintas.
El disco de Fonso es el segundo ya que hicimos y vi la transformación de cómo la banda de Fonso se convirtió en Las Paritarias y como la creación del disco anterior, Día del Trabajador, cambió ahora a un enfoque donde ellos se fueron a un retiro de composición, convivieron y esa convivencia hizo que todos crearan ese monstruo hermoso que es el último disco, y con un sonido mucho más rockero. Ya en Día del Trabajador tiene un sonido muy rockero, muy agresivo, muy argentino también. Yo creo que este disco suena más argentino todavía, más rock nacional, mucho más auténtico a lo que a música que nosotros hemos escuchado, con reminiscencias a cosas que hubo. No te está escondiendo nada y lo que ves es lo que es y eso a mí me fascina.
Louta, en cambio, es un tipo que crea universos en todas las canciones. Nunca vi un tipo de creatividad expuesta de esa manera, pero es un tipo que no solamente abarca la música, sino que ves los shows en vivo y ves a él personificando, actuando, gestando y bailando y todo, y es como que cada canción es un universo y te subís o no te subís, no hay manera de interactuar ahí. Y conecté muchísimo con él y con Pla, su productor, en lo que estaban haciendo y me subí y me dejé llevar y fue una locura, y búsquedas totalmente distintas de audio, búsquedas diferentes de trabajo y eso es lo que más me gusta de mi laburo, que no siempre es igual y no siempre es el mismo resultado. Hay discos que mezclo yo, que suenan muy dispares entre sí, que no sé, no quiero tener un sonido propio, quiero laburar con estos artistas y ver qué pasa, si queda bueno o queda buenísimo, o puede pasar que no salga y no funcione. Y justo esos son dos discos que para mí son highlights.
Mezclas, masterizas y haces sonido en vivo, ¿cuál te gusta más?
En vivo estoy mezclando, es otra forma de mezclar. Pero mezclar es lo que más me gusta de todo, es donde creo que yo soy mejor. También me gusta mucho la adrenalina de un show en vivo, especialmente con un artista como Dillom que a mí me encanta lo que pasa ahí. Hay gente que me dice que le gusta más cómo hago sonido en vivo, otros como mezclo discos y viceversa, y hay gente que no le gusta ni cómo mezclo (risas). No es lo que hago, sino con quién lo hago. Acá mezclo y puedo mezclar un montón de gente y hay días que son increíbles y que son mágicos y hay días que son más genéricos y está todo bien. Y con los shows en vivo me pasa que siempre es único.
Trabajar con un artista como Dylan o ahora que estoy haciendo shows de Louta también tienen un componente extra que está bueno. Me sorprende. Me pasa que lo del sonido en vivo lo hago hace menos, entonces me sorprendo más que cuando estoy mezclando en el estudio, pero es una percepción mía más que nada.
Arrancamos esta charla con que eras administrativo y ahora ya estás consagrado, hoy teniendo el privilegio de elegir, ¿cuál es tu curaduría para decidir con quién trabajar y con quién no?
Sinceramente, no me voy a poner snob de decir “no, no me gusta”, y me gusta hacer de todo y no tengo una curaduría. Me gusta que la gente me escriba y mezclo artistas que son independientes y que no tienen sello y me encanta que me avancen por una cuestión de personalidad y que escucho su música y que es un delirio o que es algo superraro, o que simplemente me saca de mi zona de confort y me encanta.
Hay veces que me llama gente y es tipo “dámelo”, porque está buenísimo y es música que me cae como anillo al dedo. No tengo curaduría, me encanta hacer lo que hago, me gusta trabajar con gente. Hoy, quizás mañana es un tipo que me pone un palo verde (risas), pero la verdad no me muevo por la guita. Mi laburo tiene un costo, pero he hecho trabajos donde los hice por dos mangos solamente porque quería laburar con el artista o la banda, y al día de hoy lo sigo haciendo. Por suerte tengo un montón de trabajo que me permite una o dos veces al año tomar decisiones de decir “che, dame que te lo hago” y que el artista quede como en shock. Eso no quiere decir que vaya a hacer un montón de laburo gratis, pero a veces cuando tengo el tiempo y aparece algo que me mueve lo hago.
¿En qué estás trabajando ahora y cuáles son tus futuros proyectos a corto plazo?
Terminé de mezclar dos discos que me encantan y que están buenísimos, que es el de K4 y el de Rey Bruja, también estoy mezclando el disco nuevo de Lisa Scha que es increíble, y creo que pronto empezamos a trabajar el disco nuevo de Six Sex que sé que va a ser una bomba, que es otra artista que amo y me parece que este va a ser punta de lanza. Y después estoy hablando con ciertas bandas para producir el año que viene un par de discos interesantes.