El productor y cantante madrileño deslumbró en su debut porteño con un show ecléctico y potente, conectado con sus orígenes y mirando al futuro.
Luego de una semana cargada de figuras internacionales paseando por nuestros escenarios en ocasión del Lollapalooza, Ralphie Choo llegó a Buenos Aires silbando bajito. En el marco de un fugaz paso por tierras sudamericanas, el productor y cantante madrileño debutó junto a su banda en la Argentina con un show exquisito y ecléctico en el Teatro Vorterix.
El encargado de la apertura de la noche fue Broke Carrey, que arrancó con toda la fuerza y crudeza de “Montonero”, para después ir regulando con temas de sus distintas épocas. El rapero porteño ofició de anfitrión con un show en el que también participó al chileno Elmalamia y que destacó por las canciones que componen Río de La Plata (2024), su último lanzamiento, donde el artista encuentra y recicla elementos de la porteñidad, mezclándolos con la bronca de época. El resultado es una radiografía clara para que el visitante pueda ver los huesos de la ciudad que vino a conocer.
Ralphie Choo comenzó su show con “Bulerías de un caballo malo”, donde el artista mezcla sonidos urbanos con ritmos flamencos rápidos, aunque por momentos coquetea con patrones candomberos. Comparte con coterráneos como C. Tangana y Rosalía el valor de incorporar en canciones pop sonoridades muy importantes para la cultura española, imprimiendo su bandera en su música.
La noche siguió bien arriba con “NHF” y “Beso bruma”, donde el percusionista brilló sobre el cajón peruano mientras el guitarrista tiraba palmas flamencas. La banda de Ralphie Choo es sensacional: dispuestos en media ronda de cara al público se sientan un guitarrista, un tecladista, un beatmaker, un percusionista y un cuerdista. Después de tocar “Metaverse” -arpegiada, más lenta y con una atmósfera onírica-, el público respondió amorosamente vitoreando “Olé, olé, olé / Ralphie, Ralphie”, para después cortar con la dulzura al ritmo de “Sacá otro disco la puta que te parió”.
La banda se lució después de “Tangos de una moto trucada” con un interludio brillante, para dar paso a “Gata”, el hitazo que todos esperaban para cantar y bailar. Ralphie aparece como un showman vestido de torero moderno en hora de descanso, que sorprende cantando como lo hace y repitiendo un paso de música country: manos en el cinturón, y dos movimientos suaves para cada lado. De un momento al otro desapareció del centro de la escena y se posó tras los teclados para tocar el mítico vocoder en “Supernova”, un gesto que desató la ovación.
La jornada tuvo de todo. Desde un inédito hasta “Máquina culona”, pasando por “Whipcream”, tema que comparte junto a los Paris Texas, sumando frescura a la lista. El cierre del show de Ralphie Choo en Vorterix fue muy potente con temazos como “Dolores”, con ritmo de salsa y detalles sonoros tan simples como deliciosos, y por “Valentino”, que parecía ser el tema final, pero el público no lo dejó ir. Después del clásico amague, volvió para cantar “Omega”, canción en la que colaboró con Rosalía, poniendo el broche de oro a una noche completa.
Algunas voces decían que con “Voy con todo” el madrileño conoció lo que es un pogo, o que con “Rookie” habría descubierto que más de mil personas podría cantar sus temas al unísono. Lo que es seguro es que Ralphie Choo se llevó una gran impresión los argentinos, que tienen una conducta intachable a la hora de recompensar a un artista que estuvo a la altura de las expectativas.
Mirá más fotos de Ralphie Choo en Vorterix
