En el marco del Festival Buena Vibra, el grupo liderado por Emmanuel Horvilleur y Dante Spinetta volvió a tocar en vivo luego de más de siete años e hicieron bailar, delirar y gozar a las miles de personas que se acercaron hasta Ciudad Universitaria.
El Festival Buena Vibra se construyó bajo el concepto de crear un espacio para las diferentes bandas emergentes. Hoy, el evento creció a la par de los propios artistas y llegó a su punto consagratorio. Pero tanto la organización como los músicos son una generación atravesada directa o indirectamente por una banda: Illya Kuryaki and the Valderramas.
El grupo conformado por Dante Spinetta y Emmanuel Horvilleur volvió a tocar en vivo luego de siete años de ausencia. El Festival Buena Vibra 2025 logró despertar a la bestia funk y que regalen un show magistral, demostrando una vez más son una banda que marcó época y que abrió caminos para todos los que están tocando hoy. Con un amanecer de fondo y sonando los primeros acordes de “Expedición al Klama Hama”, comenzó el ritual Kuryaki.

Mano arriba y a seguir adelante. Esa fue la misión con la que Illya Kuryaki and the Valderramas llegó al Buena Vibra 2025 y, manteniendo el ritmo alto y las pulsaciones al límite, siguieron con “Helicópteros” y “Chaco”, poniendo el grito en el cielo por la provincia del litoral. Una vez sonó “Ula ula”, el lugar se desbordó de funk y baile. El éxtasis era total.
Los amigos no se olvidaron de la casa que siempre los recibió con las puertas abiertas y tocaron “Jaguar house” y continuaron con “Jugo”, “Latin geisha” y “Coolo”, demostrando que los Kuryaki habían venido preparados con un repaso por las dos etapas de la banda y que llevan el funk y el baile en la sangre.

Hermosa la imagen de ver a dos amigos que se conocen hace más de treinta años divertirse juntos arriba del escenario. “Siempre para adelante”, dijo Emma y continuaron con “Adelante”, donde Dante demostró porque es uno de los mejores violeros del país y uno de los pocos que se ganó su peso propio y por fuera de su apellido. Igual eso no impidió que el dúo rememore a Luis Alberto Spinetta con “Águila amarilla”, himno escrito y dedicado al Flaco.
A esta altura hay que hacer un punto y aparte para la banda que acompañó a Illya Kuryaki en el Buena Vibra. Un verdadero dream team de músicos. Desde el set de seis teclados comandados por Axel Introni y Fran Azorai, la guitarra de Mati Rada, el bajo de Francisco Fattoruso hasta la batería de Pablo González.

Rada se encargó de ponerle la cuota de candombe y salsa en “Gallo negro”, Introni y Azorai poniéndole color a “Jennifer del Estero” y jugando de memoria en los teclados. Los pogos de la noche se los llevó “Funky futurista” y “Remisero”, canción que convirtió por cinco minutos a Ciudad Universitaria en un show de metal. El cierre del espectáculo estuvo a cargo de un himno generacional: “Abarajame”.
Lo dijo Louta antes de cederles el escenario “Hoy es una noche especial, hoy vuelve una banda que nos marcó a todos los que estamos acá”. Y es así, Illya Kuryaki es una época. Es una banda que rompió todos los esquemas en una escena que ya se estaba quedando quieta. Los primeros en hacer rap y hip hop en Argentina, los que se animaron a mezclarlos con géneros como el rock y el funk, este show marcó el regreso de uno de los grandes. Si a alguno le quedo alguna duda, alcanza con mirar las carreras solistas de cada uno. Lo que alguna vez fue cancelado y abucheado, hoy es celebrado. Y ayer se vio que el tiempo pone todo en su lugar y el show fue una pequeña forma de que Dante Spinetta y Emmanuel Horvilleur se lleven todos los aplausos y reconocimientos que se merecen.
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