El grupo porteño jugó de local y explotó el recinto de Villa Crespo con un show a la altura de su historia. Con invitados especiales y una puesta en escena de alto nivel, celebraron sus 20 años de carrera.
El viernes por la noche el barrio de Villa Crespo se preparó para recibir a sus hijos pródigos y celebrar junto a ellos 20 años de una carrera prolífica en la música. Ahí, El Kuelgue dejó atrás esos primeros antros donde tocaban por el principio del 2000 y se presentaron frente a 17 mil personas en un Movistar Arena completamente lleno.
Desde antes de comenzar se podía notar que iba a ser un show especial. Con una estructura escalonada de led y varias pantallas acompañando, El Kuelgue salió al escenario con una puesta al nivel de otros colegas como Babasonicos -que siempre buscan innovar en esta materia- y con una banda fija de once músicos. Dieron comienzo a la celebración con “Peluquita” y “Sinoca”, dos clásicos de su último disco, Hola precioso. Después, casi como un mimo al alma, hicieron una seguidilla de canciones que incluyeron “La fama”, “Ayer real”, “Planeta numir” y “Jimena”, emocionando a todos los nostálgicos presentes. El cierre de bloque se lo llevó “Hola precioso” con los vientos yendo al frente y deslumbrando al público.
Sabiendo lo que se venía, y para bajar las revoluciones antes de que explote todo, Julián Kartun y Santi Martínez se fueron a un pequeño escenario ubicado en la parte trasera del Movistar, y a piano y voz cantaron “El paraíso de los perros”, “Carece de sentido” y “Roma”, el tema que Kartun le dedicó a su gata. Mientras los chicos volvían a su lugar, al stage principal se sumaban dos coristas más, que, lideradas por la gran Paloma Iturri, dieron rienda suelta a “Could you be loved” de Bob Marley, trayendo un pedacito del gigante jamaiquino a Villa Crespo.
Para cuando sonaron los primeros acordes de “Circunvalación”, ya el Movistar Arena era una caldera. Y por si fuera poco, se hizo presente Zoe Gotusso y acompañó al grupo en “Carta para no llorar”, donde se podía sentir el romanticismo en el aire. Pero el show debía continuar, y como si fueran custodios, los caños comandados por Pablo Vidal rodearon a Julián para acompañarlo en “Natación”, demostrando una vez más porque los vientos de la banda son de lo mejor que hay a nivel nacional. La frutilla del postre fue la entrada del coro de góspel, siendo más de quince músicos arriba del escenario, y entonando como un mantra “Díganselo” y finalizando con “Man in the mirror” de Michael Jackson.
Poco a poco, llegando al final de la velada, la banda se retira y deja solos a Kartun y Benja López Barrios, encargado de la guitarra durante toda la noche, para tocar “Parque acuático”. Y como si con el acompañamiento al unísono de las 17 mil personas que estaban ahí no hubiera alcanzado, apareció Wos para terminar de coronar uno de los himnos del Kuelgue. Incluso no faltó el juego entre los cantantes, en el cual Julián se puso a improvisar mientras el rapero lo seguía haciendo beatbox.
Lejos de frenar, la fiesta continuó y “En avenidas”, que incluyó un magnífico solo de Vidal en el saxo, los pogos se generaron de manera automática. Luego Jota Mojo tomó la batuta y guio al grupo desde el groove de su bajo. Esto abrió paso a un momento que ya se está convirtiendo en un clásico en los shows del Kuelgue que es el de “show me the monkey”, acompañado con un guiño a “Ala delta” de Divididos y de “No_se_ve.mp3” de Emilia. La excitación fue total. Luego, el cierre se lo llevaría “Góndola” con un grupo de bailarines y “La curva”, dando así por finalizado un show histórico para la banda.
El Kuelgue una vez más demostró porque es una de las bandas más importantes de la escena actual. Son 20 años de amistad y de pasión por la música que hoy se coronan con un show único y espectacular en el Movistar Arena. De parte del público, solo queda esperar que esta celebración dure 20 años más y que la llama entre ellos nunca se apague.