Hablamos con la artista pop sobre su último álbum y nuevos proyectos en la previa de su show en Camping.
Delfina Campos es una cantante, compositora y productora pop. Después de publicar varios sencillos, lanzó en octubre de 2022 su primer álbum, Como bailan los demás, en el que retrata la soledad y el deseo de conexión en una época distópica.
En esta entrevista, Delfina nos contó cómo ella fue cambiando en el proceso de lanzar y presentar un disco pandémico, dándole una vuelta de tuerca a sus presentaciones en vivo y cambiando su filosofía para subirse al escenario.
El 2023 fue muy movido para Delfina. Estuvo presentando su disco debut en diferentes escenarios, pasando por el del festival Lollapalooza y por el del Teatro Vorterix como banda invitada de Wallows, y actualmente está empezando a trabajar en su nuevo disco. El broche de oro para este año va a ser su show del sábado 18 de noviembre en Camping (CABA).
– Hace poco se cumplió un año del lanzamiento de Como bailan los Demás, tu primer álbum, ¿cómo fue ese proceso de producción?
El disco fue un disco pandémico. Fue un pandemial total. Lo escribí entre febrero y mayo de 2020, un lapso bastante concentrado. Yo me había ido a vivir a Madrid y me explotó la pandemia en el peor momento, porque todavía no estaba muy armada allá. Entonces me volví porque Madrid estaba re picado. Literalmente la composición del disco transcurre entre que me encierro en Madrid y me vuelvo a Argentina. En febrero ya la cosa se estaba picando, y ahí empezó. A fines de marzo me vuelvo a Buenos Aires y me mandaron a los típicos hoteles que te mandaban, y todo eso. Y después, enclaustrada totalmente, primero en lo de mi vieja y después encerrada sola. Aparte llegabas del exterior y eras literalmente como la peste, que nadie te quería ver (risas).
Hay partes del disco que las compuse dentro del cuarto de hotel. Después sola, en mi casa o en lo de mi vieja. Así que fue y muy particular la situación en la que lo escribí. También porque tenía tiempo sólo para escribir.
Yo había aprendido a usar Ableton (que es un software de producción) y estaba muy divertida con eso. El disco también está marcado por una cosa muy exploratoria lúdica de yo jugando con el programa, que era una herramienta nueva de composición. Porque hay variables de producción que definís ya desde la composición. Por ahí descubría un sample que me divertía y me ponía a jugar con eso. Entonces había una cosa como de componer maqueteando un poquito las ideas, que no es lo mismo que componer desde la guitarra. Surgieron ideas nuevas y tipos de canciones distintas.
Es un disco que tiene “canciones canciones”, como “Fases” o “El astronauta”, y otros temas que compuse desde Ableton. Y tiene como esta variedad. Para mi es un vitreaux, por así decirlo, de sonidos.
Después decidí ordenar las canciones en degradé, desde las que tenían una paleta más oscura, hasta las que eran como más luminosas. Lo laburé con Matías Cella, que es un amigo productor, que es un talentoso total y gran persona. Así que fue una experiencia bastante encerrada desde la composición hasta el laburo con Mati. Yo estaba acostumbrada a tener una dinámica medio de banda en mi proyecto. Yo llegaba a la sala de ensayo con un tema y se hacía una cosa más colectiva (que ahora estoy extrañando eso, de hecho) a una experiencia creativa mucho más enfrascada.
– Si bien el álbum es pop, lo cruzan otras sonoridades. ¿Qué artistas te influencian a la hora de componer y de producir?
Cuando estaba componiendo el disco, todas las mañanas me despertaba (especialmente cuando estaba en Buenos Aires), desayunaba de lo más tranquila y me ponía un disco que nunca había escuchado. Y lo escuchaba completo mientras desayunaba mirando a un punto fijo. Y después iba inmediatamente con toda la data que había absorbido a sentarme a componer, y eso se transpiraba definitivamente en lo que hacía.
Entonces creo que estoy dialogando mucho con cosas que escuchaba, y eran cosas re distintas. Escuché bastante Prince, Kate Bush, Massive Attack, Björk y también artistas más ochentosos. Hay una mezcla de sonidos de una cosa un poco más electrónica que se junta con un ADN folk que creo que tengo. Es medio como mi elemento.
Me pasa que, como tengo tantas influencias de sonidos diferentes y como aparte soy curiosa, este disco fue reflejo de eso. Para el próximo disco me interesa lograr algo más delimitado sonoramente. Que tenga un sonido mucho más coherente u homogéneo. Es algo que me divierte. Por ahí te digo esto y el disco después el disco termina siendo otra cosa… (risas)
– Tenés varias colaboraciones -con Lucía Tachetti, Atalhos, Mecánico-. ¿Cómo vivís el proceso de trabajar con otros artistas?
Cada experiencia es diferente. Cada colaboración puede abrir puertas inesperadas muchas veces. A mí me pasó de todo, creo que cuando uno se abre a colaborar con el otro pasan cosas. Extraño un poco la cosa menos solitaria, que el artista solista a veces puede terminar ahí. Se abren datas cuando te abris a colaborar con los demás.
Tuve experiencias muy diferentes. En el caso de Lu Tacchetti, me invitó a cantar un tema suyo, ella estaba viviendo en España y me lo mandó. En el caso de Atalhos fue una gran colaboración sobre una canción que ya estaba escrita, y ellos me invitaron a cantar y tuve que componer la estrofa en español. Y eso terminó dando pie a una relación muy linda que terminé teniendo con Gabriel, el líder de Atalhos. Con Atalhos fue un proceso increíble, la canción me encanta y es de mis canciones más escuchadas.
Después tuve la experiencia de que Emanuel Ortega me invite a cantar una canción, que después quedó elegida para una novela (100 días para enamorarse). Apareció Emanuel, que le interesaba que yo cantara esta canción que él había compuesto. Fue muy generoso, me invitó a cantarla y yo fui la grabé. Él se imaginaba esa canción cantada por una mujer. Después quedó para una novela, la cosa creció y de golpe estábamos cantando en la tele… Así que es muy loco las cosas que pasan cuando se generan esas sinergias.
– Estás grabando temas nuevos, ¿qué nos podés contar de lo que se viene?
Ahora estoy empezando a componer y a grabar el próximo disco. Estoy componiendo todavía y ya tengo un elenco de canciones que estoy empezando a maquetear y lo estoy haciendo con diferentes productores.
Está en un estado demasiado embrionario. Tengo como reflexiones… Me obsesiona hacer algo cada vez más honesto en términos de la letra y lo que digo. No “honesto” de hablar desde la primera persona, sino como estar orgullosa cada vez más de las letras que escribo. Y ahora estoy mucho más conectada con volver a lo orgánico. Desde la composición estoy volviendo a la base, a componer con la guitarra y el piano.
También estuve rescatando música que tenía ahí perdida. Canciones que tenía a medio escribir, que quedaron encerradas en mis notas de voz, y de golpe fue como “¿Y esto? ¿Por qué no lo grabé?”. Pero no quiero decir mucho porque todo puede cambiar. En el proceso creativo te encontrás a veces con que vos querías una cosa y las canciones te piden otra (risas).
– Este sábado vas a cerrar un año muy movido e intenso con un show en Camping, ¿Cómo te preparás para esta fecha?
Para mí es ir a disfrutar desde todo punto de vista. Me estaba metiendo a grabar el disco y quisimos hacer una fecha más antes de que termine el año. Esta época del año suele ser más caótica, entonces la estoy encarando para ir a disfrutar, súper ligero. Pasa algo que está realmente bueno con el formato full banda.
Yo estoy muy contenta con el show, y con este ciclo del disco (este año y el anterior) siento que crecí mucho a nivel performático, tanto desde mí como desde el enfoque que yo le estoy dando al vivo -psicológicamente hablando-, en cuanto a pararte en un escenario y saber desde qué lugar lo haces, por qué lo haces, qué querés transmitir… Siento que di una vuelta ahí. Lo trabajé y estoy contenta de desde dónde me estoy subiendo al escenario y de cómo lo estoy haciendo. Es un camino igual, antes subía y sentía que era como ponerme a prueba con algo. Ahora cambió mi filosofía un poco, desde donde lo hago, y eso me está permitiendo disfrutar muchísimo más los shows.
Delfina Campos va a estar haciendo el último show del año con banda completa la noche del sábado 18 de noviembre en Camping (Av. Libertador 999, CABA). Las entradas se pueden conseguir en TicketHoy