Quilmes Rock día 3

Quilmes Rock 2025 día 3: la celebración de lo nuestro

En la tercera y anteúltima jornada, el festival destacó por hacer latir al público al calor de himnos propios y ajenos en las voces de Los Auténticos Decadentes, No Te Va Gustar y Babasónicos, entre otros.


El fin de semana pasado, el Quilmes Rock 2025 vibró con dos días y una cantidad de artistas nuevos y viejos haciendo sonar sus himnos. La semana fue una pausa para volver con más fuerza al predio de Tecnópolis, que se convirtió en una verdadera ‘Capital del Rock’.

Los primeros acordes

Pasado el mediodía y mientras la gente empezaba a llegar al predio, sonaban los primeros acordes desde los grandes escenarios. A la puesta rockera de Fantasmagoria, de estética ochentosa y canciones de guitarras acústicas, le siguió la sensibilidad pop de El Zar. La banda liderada por Facundo Castaño Montoya puso a bailar a un público recién llegado con temas como “Las voces” y “Perdiendo el control”, para terminar bien arriba con su gran hit “El momento perfecto”, donde el público hizo su parte cantando el estribillo.

Fotos: Nicolas Di Chiara

Mientras tanto, en la otra punta del predio, el escenario Geiser era inaugurado por Mia Folino que, con su voz cálida y suave y junto a músicos de alto calibre, hizo sonar las canciones de su álbum debut Fuga (2024). En esas mismas tablas, Lisa Scha se plantó con una puesta más sencilla: ella canta y baila sin parar, ladeada por un guitarrista que también dispara los ritmos desde una notebook. Suenan muchas cosas en “Derroche” y en “Egoísta”, pero solo los vemos a ellos dos. La artista define su estilo como “pop incómodo”, pero puede serlo solamente para los que vienen distraídos. Con ritmos rápidos y beats eclécticos, las bases sobre las que canta Scha raspan, corroen y estimulan: Lejos de incomodar, carga con mucha fuerza las melodías que entona.

El escenario PopArt por su parte, sonaba a la escena under de los ‘90. Primero fue el turno de Los Brujos, de guitarras sónicas pesadas y sus looks oscuros característicos -tan novedosos para los más chicos-. Después subió Boom Boom Kid con su energía punk y sus canciones que suenan como solamente lo hacen las cosas verdaderas, las que vomita el corazón. Después de un show tremendo, Nekro terminó con una tabla surfeando -de forma literal- por encima del público.

Fotos: Nicolas Di Chiara

Quilmes Rock en Tecnópolis: la capital de la música

En un predio tan gigante y organizado en pasillos, el Quilmes Rock se presenta como una verdadera capital de la música, con los elementos que tienen las capitales: La inmensidad, el anonimato y la libertad. Mientras unos poguean con Boom Boom Kid sobre sus cabezas, otros bailan temas suaves al ritmo de El Zar. También hay algunos que van a bailar más frenéticamente con Lisa Scha o Javiera Mena, mientras que otros se refugian en los patios cerveceros. Se formaron de a poco, a la sombra de cada escenario, pequeñas comunidades itinerantes que van moviéndose por el predio.

En ese sentido, el escenario Geiser fue trinchera para los seguidores del pop alternativo. Con la caída del sol, Wiranda Johansen subió dar un show marcado por su voz y movimientos que, con temas como “problema”, “dreamzzz” y “fantasma”, giró en torno a Querido diario: (2024), su último disco.

Más tardes, Indios hizo lo propio en esas tablas. Los rosarinos abrieron con energía rockera al ritmo de “Minuto 0”, para después dar paso a una catarata inacabable de hits como “Casi desangelados”, “Tardes de melancolía”, “Ya pasó”, “Tu geografía” y “Jullie”. La banda innovó con instrumentos de viento y cerró su presentación con “Loco”, el adelanto de su próximo disco en el que colaboró Conociendo Rusia.

Fotos: Nicolas Di Chiara

La celebración como una costumbre argentina

En los escenarios principales el corazón se movía diferente, como cuando todos los latidos se sincronizan. Parecido a cuando la selección argentina se juega un mundial de fútbol, cada estribillo es una jugada decisiva que termina en gol. Esa sensación colectiva es muy difícil de replicar: claramente la música música puede. Las canciones que nos vieron crecer, las bandas que vimos evolucionar, las palabras que nos acompañaron en algún momento alegre o difícil: la música anida dentro de uno, por eso hay que celebrarla.

Después de un show de Virus a puros hits primaverales, fue el turno de Los Tipitos, que además de clásicos como “Brujería”, “Algo” y “Silencio”, hicieron una versión de “Siguiendo la luna”, de los Fabulosos Cadillacs, y recomendaron a las bandas que versionen temas de nuestro rock nacional.

Fotos: Nicolas Di Chiara

Símbolos de los noventa y vigentes en todas las décadas, Los Auténticos Decadentes son un bastión fundamental de la música argentina y un infaltable en festivales de este calibre. Empezaron el show bien arriba como solo lo hacen ellos y le hicieron caso a Los Tipitos, haciendo sus propias versiones de “Viejos vinagres”, el clásico de Sumo, y de “Costumbres argentinas”, dedicada a Gustavo Bazterrica (Los Abuelos de La Nada). El broche de oro fue la interpretación de “Un osito de peluche de Taiwán”, junto a Fer Ruiz Diaz (Catupecu Machu).

Sobre el atardecer, El Kuelgue tocó en el escenario Quilmes, abriendo con “Peluquita” y “Sinoca”, y desde entonces, Julián Kartún se mostró jugando con los drones que se acercaban y poniéndole voces distintas a cada personaje de sus canciones. Después de “Chiste” y “Hola precioso”, subió Zoe Gottuso para cantar “Carta para no llorar”. De ahí en adelante, sonaron los hits de las primeras épocas de la banda, con temas como “En avenidas” y “Circunvalación”. La banda del barrio de Villa Crespo también contribuyó con su versión de un tema de Los Abuelos de la Nada, haciendo sonar “Mil horas”.

Fotos: Nicolas Di Chiara

Estrenando el turno noche de esta tercera jornada, en los escenarios principales tuvieron su paso Rata Blanca y No Te Va Gustar. La banda liderada por Emiliano Brancciari repasó su carrera con hits como “A las nueve” y “Ese maldito momento”, pero también celebró nuestra música con versionando una parte de “Todo un palo”, un himno de Patricio Rey, cuyo espíritu no podía ausentarse en una fiesta así.

Nos sorprendió la luz del nuevo día como a dos jóvenes adolescentes

El reloj daba las nueve en punto y Juliana Gattas subía puntual al escenario Geiser. La artista presentó su primer álbum en su carrera solista, Maquillada en la cama (2024), empezando su show con el tema que abre el disco, “Borracha en un baño ajeno”. El espectáculo de Juliana fue muy performático y comenzó con una actriz que interactuaba con ella, como si fuera su espejo.

juliana gattas quilmes rock 2025
Fotos: Nicolas Di Chiara

La presentación fue creciendo actoral y conceptualmente hasta su climax donde los instrumentos se fueron y quedó solo un saxofón cansado, y unos pocos bailarines pintando con su movimiento una escena casi psicodélica. Después de tocar “Emocionalmente tuya”, subió la chilena Javiera Mena para cantar a dúo el clásico de Sandra Mihanovich “Puerto Pollensa”, pero no fue su único encuentro.

Javiera Mena ocupó el mismo escenario con una puesta radicalmente diferente. Una batería híbrida (con elementos acústicos y electrónicos), un saxofonista y a la cantante chilena en altura, con teclados a un lado y un sampler al otro. El primer tema fue “Otra era”, donde puso a su público a bailar. Siguió en la misma línea con “Corazón astral”, de puro movimiento y sensualidad. Se reencontró con Juliana Gattas para cantar otro cover, esta vez fue el turno de “Yo no te pido la luna”.

Fotos: Nicolas Di Chiara

Has conseguido verme un poco más normal

Babasonicos cerró la noche con la jerarquía de una banda que ya no tiene que demostrar nada. Mas allá de algunos problemas de sonido, la banda se plantó con su universo propio de canciones sobre la sensualidad y los antihéroes. Dárgelos se movió entre el sarcasmo y la seducción con la misma soltura de siempre. Recorrieron su discografía, sonó desde “Bye bye” hasta “Cuello rojo” pasando por “Los calientes”, donde el público cantó al unísono.

Babasonicos hizo lo de siempre. Sonaron muy prolijos, con cada movimiento medido y cada tema en su lugar. No hubo riesgos, ni hicieron falta: el público entró igual en el viaje, como si fuera un ritual que produce siempre el mismo efecto.

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Fotos: Nicolas Di Chiara

Una cultura que es muy nuestra

La música de nuestro país es inmensa y lo que alguna vez se denominó como “rock nacional”, es más que una tómbola de géneros: Es una cultura inabarcable, con sus principios y denominaciones caprichosas. De alguna manera venimos todos de ahí, crecimos con esas canciones, se cuelan entre nuestras ideas los arreglos que sabemos de memoria y nos encontramos cantando estribillos que nos sorprende conocer palabra a palabra.

El Quilmes Rock 2025 se consolidó como una celebración de lo nuestro, pero el día 3 destacó por avivar la llama de esta cultura, que es muy nuestra. Los artistas trajeron otras canciones de músicos diferentes para darles otra vida. Estas reproducciones afianzan himnos: Cuando una canción que conocemos todos suena en otra guitarra, en otra voz, en otro lugar, hay algo de lo inmanente de la canción que encuentra un lugar entre los recovecos del corazón, y se quedan ahí para siempre. A eso fuimos, a comulgar con la música que nos mueve y nos conmueve.

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Fotos: Nicolas Di Chiara
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juliana gattas quilmes rock 2025
Fotos: Nicolas Di Chiara
babasonicos quilmes rock 2025
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