En su segundo trabajo de estudio, el productor e instrumentista argentino nos presenta una obra íntima y variada de sus influencias musicales con una búsqueda de sonido auténtica.
Con un background consolidado en la escena pop e indie, sumado a su experiencia como DJ y productor, el segundo álbum de Fermín nos trae una propuesta novedosa que combina la intimidad de sus sentimientos con bases rítmicas de todo tipo, logrando transmitir profundidad e intensidad durante todo su trabajo, Todo sobre la nada.
El álbum incluye ocho canciones que relatan historias de desencuentros, despedidas y romances, con una fuerte dedicación en el sonido, mientras el artista juega con sus bases para generar ambientaciones eclécticas y sorpresivas. Su primera canción, “Menos mal”, lo refleja rápidamente, comenzando con una sonoridad relajada hasta que el estribillo quiebra con un reggaetón fuertísimo, que nos lleva directamente al perreo. En “Paraíso”, la colaboración con su amigo Dillom, nos transmite una dualidad entre la alegría y la melancolía de expresar el cariño a la persona que queremos siempre mantener cerca.
La búsqueda del sonido no reduce la importancia de las letras que Fermín compuso, como vemos en “Elemento”, donde su sentimiento se mezcla con la intensidad de los ritmos y percusiones. Con rapidez, el siguiente beat en “Berlín” nos traslada a un momento frenético y fugaz donde los sintetizadores nos acompañan hasta el climax de la canción. En “Down”, la colaboración de Six Sex, vemos otra vez como la sensualidad nostálgica de una letra se mezcla con un reggaetón downtempo.
El álbum sigue con “Videotape”, una melodía pop que de nuevo combina bases variadas de techno entre voces deformadas que piden una solución, difícil, a una relación imposible. En esta línea, la letra más sincera y sentimental la encontramos en “Rotonda”, que nos intenta mostrar el círculo entre los comienzos y los finales, atravesado por la influencia pop del artista. Finalizamos con “Primavera”, quizás, la canción que mayor síntesis le aporta a las historias que escuchamos en su trabajo, donde poco a poco la música se construye con una sensación que deforma al tiempo hasta que, en sus últimas notas, los “cuerpos se cruzan en la melodía.”
El lanzamiento de Todo sobre la nada consolida a Fermín como un artista auténtico, ecléctico y muy interesante para seguir. No solo por su propio trabajo, sino por las distintas participaciones en otros proyectos importantes de la escena indie y pop actual. Las influencias que refleja Fermín en su nuevo álbum nos muestra una fusión que enriquece lo urbano con lo pop, atravesado con una clara búsqueda de lograr un sonido envolvente y potente, más desde su experiencia como productor. Con su capacidad para mezclar estilos sin prejuicios, el artista abre ventanas a muchas más posibilidades para seguir explorando nuevos universos musicales.
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