El nuevo proyecto musical integrado por el compositor mendocino Luca Bocci y Nicolás de Sanctis finalmente nos comparte la exploración de lo irreverente hecho canción.
Tristezas que atraviesan la canción al evocar un pasado mejor. Canciones de atardecer junto a diversas armonías que inevitablemente nos disparan la imaginación, mientras cantamos por nuestros desencuentros y romances. Finalmente, tenemos a disposición el nuevo álbum homónimo de Tango Astral con variantes y reinterpretaciones muy interesantes de dos exponentes del manso indie en nuestro país. De una tarde de guitarras al estudio, para compartir con el público el resultado de diez canciones que fusionan de manera distintiva el ímpetu arrabalero con las tendencias contemporáneas.
Con “Los lunes” tenemos un comienzo que nos introduce rápidamente en una nostalgia de bandoneón que fluye, de manera amena, en una dimensión más relajada y progresiva que aporta la armonía. Ambos universos coexisten en está primera canción que, quizás, podría sintetizar la propuesta conceptual del álbum, en la que el dúo parece estar diciendo “¿para qué esperar hasta el final?”. No obstante, es muy pronto para terminar. Seguidamente, “Faro”, su primer single, reproduce un estilo más convencional del indie con un despliegue de voces que, lentamente, va desarrollándose en coros y armonías vocales en las que ambos protagonizan entrelazan sus mejores aspectos.
Sin embargo, la primera novedad surge. Un ritmo disco & funk aparece con “Mi corazón”, una canción que invita al baile y cuenta con la única colaboración del trabajo junto a Pacífica, el dúo conformado por Inés Adam y Martina Nintzel. A continuación, al escuchar “El sacrificio” e “Isla” vemos una nueva intensidad con más distorsión, fuerza y los primeros sintetizadores que comienzan a incluir variaciones armónicas a lo que habíamos escuchado hasta ahora. En esta línea, “Oriente” confirma está seguidilla en la que el dúo buscó conectar más con un climax chill por sobre un sentimiento más melancólico que dominó al comienzo. El equilibrio necesario para seguir.
Nuevamente, la estética tanguera se expresa con “Buenos días”. Una canción con fuerte presencia de teclado, nos evoca un paisaje coqueto que ambienta una historia de desencuentros. Seguidamente, “La noche oscura” también permanece en está ambientación más inclinada hacia la nostalgia de los recuerdos y las frustraciones que, igualmente, no pierde en su desarrollo momentos disruptivos para, de alguna manera, quebrar ese estado de ánimo.
El final se aproxima cuando las primeras notas de “Telepatía animal” suenan. Una canción que también expresa bien la síntesis de la propuesta de Tango Astral. La irreverencia de combinar ritmos andinos con cadencias de indie para generar un climax que libera una variedad de emociones en una canción con mucha transitividad y explosividad. Por último, “Quiero más (Armas en la Ciudad”) cierra este primer recorrido en el que pudimos apreciar desde la génesis, con una base acentuada en el indie, hasta un concepto instrumental y lírico más desarrollado producto del trabajo en estudio.
Como habíamos comentado desde el primer single, desde un comienzo más espontáneo y hasta inesperado, a la concreción de un álbum, había algo que debíamos prestar atención en la conexión de este nuevo dúo. Con un primera presentación en formato dúo en el icónico Niceto, podemos afirmar que estamos viendo el inicio de un nuevo camino para estos reconocidos músicos de nuestra escena local, en la que, por qué no, podemos fusionar si prejuicios cohetes que vuelan con notas de un triste bandoneón.
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