En esta oportunidad, el grupo lanzó Sueño Cítrico (El día después), una versión deluxe del disco que publicaron este año y nos regalaron otro flechazo musical.
Sueño Cítrico es un álbum que muestra la versatilidad de Silvestre y la Naranja, con canciones que van desde lo melancólico hasta lo alegre y bailable. La banda logra mantener una cohesión en el álbum gracias a su estilo propio y a las letras que reflejan experiencias cotidianas del amor y la pasión. Con canciones donde predominan el funk y la música disco, con un ritmo alegre junto a la cuota de baladas pop románticas tan características de la banda.
En esta oportunidad, el grupo lanzó una versión deluxe del disco: Sueño Cítrico (El día después). El disco arranca regalándonos un flechazo musical con “Carta de amor”. Esta vez, el gurú de las canciones de amor nos envuelve en un ritmo pop melódico, cerrando con broche de oro una historia de corazones rotos, sin caer en los clichés melancólicos.
Y si de palpitar el verano hay que hablar, la “Playita”, es esa canción donde se mezcla el pop y la bossa nova, que te sumerge en un modo playero. Ideal para escucharla en un clima chill, empezando el día, yendo a la playa con el sol en la cara. Tiene la cuota justa de instrumentos acústicos y sintetizadores, es un tema perfecto para mover las cabezas al ritmo de un verano interminable.
“Pretextos” nos lleva por un viaje de pop-rock con una guitarra rebelde y melodías clásicas. Una balada muy Luismiguelense en su esencia, pero con un toque de lo alternativo. Una letra que rompe esquemas, “Y sé que no hacen falta pretextos / sólo quiero volverte a ver / y ahora tengo un nuevo presentimiento / de que el tiempo se va a detener”, dice el estribillo bien acompañado de una base rockera que rompe el esquema de lo melódico. Silvestre y la Naranja, -siempre siendo nuestra boy band- magos de las emociones en cada acorde.