Su nuevo trabajo marca un antes y un después en su carrera, donde la sensualidad, la rebeldía y la emoción se encuentran en cada acorde.
Lali acaba de lanzar No vayas a atender cuando el demonio llama, su sexto álbum, donde fusiona la nostalgia del rock con la energía del pop, dando forma a un álbum audaz y lleno de referencias a la música nacional.
El disco arranca con un guiño a sus inicios como actriz, con referencias a series como Chiquititas y Rincón de Luz. La nostalgia se corta rápidamente con “Lokura”, el primer tema del álbum. Una canción que te da la bienvenida al nuevo universo poprock de Lali, narrando la historia de un amor platónico que ella tenía por un barrabrava de Huracán. La letra tiene toda la sensualidad que la caracteriza.
Desde el principio, se puede notar la presencia de las guitarras de Mauro De Tommaso (también productor del álbum), Don Barrero y Juan Giménez Kuj. El álbum está pensado para escucharse como si fuera en vivo, y por eso, el trabajo musical detrás tiene una gran autenticidad. El viaje sigue con “No me importa”, uno de los primeros adelantos que dio un pantallazo de lo que venía, con un ritmo claramente punk.
A pesar de la fuerte presencia del rock, Lali define este álbum como un disco de pop. La artista explicó que lo que quiso transmitir es la mezcla entre su característico estilo musical pop y el rock que escucha fuera y dentro del estudio. Hay muchas referencias a bandas y artistas nacionales a lo largo de No vayas a atender cuando el demonio llama. Desde el guiño a Charly García en “Plástico” con Duki, que tiene una referencia al inicio de “Nos siguen pegando abajo”, hasta un sample de Babasónicos en “Tu novia II”, y la frase en “Morir de amor”, que hace alusión a la canción “El pibe de los astilleros” de Patricio Rey y sus Redondidos de Ricota, con coros de los siempre queridos Bersuit Vergarabat.
Sin dudas, este es uno de los trabajos musicales que marcarán un antes y un después en la carrera de Lali. Apostó todo por esta nueva era poprock con un concepto que abarca todo el álbum, desde la estética, los diseños, el formato de los videoclips, hasta los detalles de la intro y outro del disco. En No vayas a atender cuando el demonio llama, Lali también contó con la participación de BB ASUL y Galán, quienes suman su visión creativa al álbum, aportando una textura fresca y experimental que se fusiona perfectamente con el sonido del disco. En cuanto a la dirección creativa, Lautaro Espósito y Pablo Cerezo fueron los encargados de darle vida visual al concepto del álbum, con una narrativa cruda y provocadora que complementa el espíritu rebelde y desafiante de Lali.
Así como hay momentos para el agite, también hay espacio para bajar el ritmo y entregarse al amor, así como a los sentimientos más nostálgicos y melancólicos. En este sentido, “Morir de amor”, “No hay héroes” y “Perdedor” acompañan perfectamente el concepto y conectan con la parte más melódica de Lali, manteniendo sus raíces. Aunque estas canciones se acerquen más a una balada, siguen teniendo elementos rockeros y simpatizan con otros géneros. En este álbum, Lali juega con su pasado y su presente. El corte de “Sensacional éxito” en medio del disco te descoloca por momentos, ya que llega después de “Mejor que vos”, el hitazo pop que compuso con Miranda, y de “No hay héroes”, una canción dedicada a sus hermanos, llena de mucha sensibilidad y una letra hermosa.
Sin embargo, detalles como estos, que desestructuran entre tanto pop y nostalgia rockera, le dan paso a la última parte del disco, la más erótica, con “Sexy”. Todo el recorrido está cargado de sensualidad, pero es con esta canción donde explota al máximo. “Sexy” contó con la colaboración de Blair, quien aportó una energía femenina, fresca y juvenil. Este clima se rompe por completo con “Fanático”, el primer single del disco. Luego, continúa con “Perdedor”, una canción que trae una esencia más emo y un rock melancólico, con una letra honesta y vulnerable. Lali empieza a abrirse poco a poco en esta canción, y cuando uno empieza a conectar con ella, comienza a sonar “33”, el tema con Dillom. Una colaboración que fusiona el estilo de ambos artistas en una producción bastante experimental, con mucha guitarra que fusiona rock alternativo y elementos electrónicos.
El último tema del disco es “Pendeja”. Una canción que encapsula la esencia del punk rock en su forma más pura: directa y emocional. En la letra, Lali se desnuda en su empoderamiento y autenticidad. Con el audio de “Ay, Lali, ya estás grande” de su mamá Majo, se completa este concepto de canción rebelde y provocadora. El riff de guitarra eléctrica que predomina durante toda la canción es lo que le da el sello final a este álbum que, cuando parece que ha llegado a su fin, suena la outro llamada “Fin de transmisión”. Esa especie de “despedida” que, más que dejar el disco atrás, cierra el ciclo de una propuesta musical. Un final que, en su simplicidad, refuerza toda la sensación de ruptura y renovación que atraviesa el álbum.
Y así es como con No vayas a atender cuando el demonio llama, Lali trae algo distinto que dentro de su mundo musical, rompe todas las estructuras y se reinventa. En un mundo donde la constante es la repetición, lo rápido , este disco es como una explosión fresca, audaz y llena de personalidad.
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