Anna Ninja

Ninja revive a una poetiza soviética en su single “Anna”

Katya Avila, mejor conocida como Ninja, se desprende de su último lanzamiento, “Oro”, para sumergirse en los adelantos de su próximo lanzamiento discográfico.


¿Cómo escribir acerca de un lugar lejano al que nunca fuiste? ¿Cómo se puede transmitir el desamparo de un ambiente frío por medio de una letra? ¿Cómo se puede evocar el clima atónito de una guerra arrasadora a través de unos sintetizadores oníricos? Ninja ha respondido todas estas preguntas en su nuevo single, “Anna“.

Ninja, quien ya nos viene acostumbrando a su pop-tecno ambiental y somnoliento en anteriores lanzamientos, desembarca en esta nueva etapa con el primer adelanto de su próximo disco, Rusia. El nombre de la obra aún no publicada no es un capricho estético ni una coincidencia. Parte de la inspiración de Katya Avila radica en los poemas de Anna Ajmátova y Marina Tsvietáieva, dos poetizas rusas del siglo XX.

Dichas prosas soviéticas han inspirado esta pieza envolvente que podría ser utilizada para musicalizar una escena postapocalíptica. El desamparo y la nostalgia transmitida durante los 4 minutos de duración no son accidentales. Este último track de la artista patagónica se camufla con la sensación del aislamiento pandémico en el que fue compuesto y producido.

La letra comienza interpelando al oyente, plasmando esa idea de soledad: “¿Como fue posible? Desapareciste / no queda nada de nada”. Continúa hipnotizándonos con la añoranza de una vida que se fue: “Todas las montañas que subimos / los poemas que escribimos”. Y finalmente, desemboca en la protagonista con un estribillo en el que anuncia la constante desintegración del mundo que conoce, y la impotencia ante dichas perdidas al confesar que “Todo lo bueno y lo raro, se me desvanecen en las manos”. Dicha frase termina creando el clímax de la canción en los últimos segundos de su duración.

En cuanto a la puesta en escena de los instrumentos se puede decir que hay una intencionalidad de minimalismo interpretado por unos sintetizadores adormecidos, una guitarra con capas de efectos y un beat groovero que ayuda a mantener el ritmo como el clima planteado en el tema.

Tanto lo visual de la portada como lo sonoro del single, han creado una obra que transporta a su público a un ambiente frío y lejano. Desolado y envolvente. Melancólico y esperanzador. Ninja, Polska (guitarrista), Dylan Lerner (baterista y productor) y Daniel Ovie (mastering) han logrado traer a Ajmatóva desde los lejanos recuerdos soviéticos del siglo pasado, por medio de este homenaje hecho canción.

Podés escuchar “Anna” en Spotify haciendo click acá.

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