Entre la actuación y la potencia de su voz, sumado a una convocatoria sold out, la joven artista y cantante presentó Tanya, su segundo álbum, en un show completo y magnético que osciló entre la fantasía, la violencia y el terror.
La fila del público se extendía hasta llegar a la Avenida Córdoba, aguardando el ingreso a lo que sería, sin duda, una noche para conectarse, liberarse y fantasear con la propuesta que habría minutos después en el escenario. Mientras la previa ocurría, y la gente llenaba todos los espacios de Niceto, las luces lentamente disminuían su intensidad a la espera del estruendoso inicio que ambientaría la aparición de la protagonista. Dominando la performance, el escenario y la euforia del momento, Juana Rozas aparecía para liberar y dar forma a Tanya.
A pesar del orden que propuso el repertorio, en ningún pasaje el show fue lineal y siempre buscó priorizar la emergencia del universo de Tanya, que daría espacios a secuencias macabras, íntimas, explosivas y finalmente liberadoras. Así, con la banda en el escenario, “Puerta”, “Buenísimo” y “Cariño” iniciaron el transe del público hacía el misterio, el deseo y la oscuridad de este personaje. Con elementos de power metal y una línea constante de electropop que pasaba en su climax al techno, “Kaleidosgirl”, “Cementerio”, “Hola Mami”, “Revelde” y “Fotos y mentiras” siguieron con la euforia de un público que reflejaba en cada pogo la intensidad que se veía desde el escenario. Se retroalimentaban. Pero, solo por un momento, “Pena” representó un quiebre con Tanya; por un momento, una voz suave y profunda reflejó otra fragilidad, un lamento contenido en la que solo importaba la figura solitaria de Juana.
Las transiciones en el escenario fueron una herramienta clave en el cambio de ambientaciones, generando momentos de expectación y curiosidad ante posibles sorpresas, que permitían pasar a otras pasajes del espectáculo. En una segunda parte, otras compañías se sumarían sin la banda. Luego del apagón, Clara Cava sería la primera invitada de la noche para cantar “Pez”. De la sensualidad, rápidamente seguiría un estado frenético con la aparición de Camilo Desorden para versionar “Peligro”. Con la siguiente aparición de Marttein para versionar “Cortame ahí”, la perfomance sería otra vez espectacular, para luego dar lugar a un interludio macabro, exorcizante e impactante en el que los demonios, los pecados y las fantasías más prohibidas danzaron libremente.
Con la banda otra vez en el escenario, Tanya nuevamente emergía detrás del telón para apoderarse de la atención del público. Con su glamour, el repertorio siguió con “Tu amiga Tanya”, hasta que finalmente apareció el enigmático y provocador “Antonio”, un romance secreto que quedaría en suspenso. En ese momento, cada rincón de Niceto integraba la performance, el despliegue visual y actoral, siendo casi imposible focalizarse solo en el escenario. La locura se desató otra vez con la aparición de Marttein para versionar “Que importa”, hasta que un súbito apagón nuevamente sorprendió al público. El show seguiría con “Tanya loca”, y luego una hermosa version “Besito a las flores”. Aunque nada parecía faltar, la enorme presencia de Santiago Motorizado representó otro momento especial de la noche, cuando cantó junto a Juana (¿o Tanya?) “Ridículo”. Todos los aplausos fueron para la dupla. Después, “Dejándote ir” cerró la anteúltima parte del show.
Aunque nadie podía desvincularse de lo que estaba sucediendo en Niceto, el final estaba próximo. Tanya había desplegado sus perturbaciones, sus vulnerabilidades y quizá también sus deseos, y no sería tan fácil escapar de su universo. El repertorio tendría sus últimas canciones con “Wanna hotel”, para que las compañías siguieran sumándose en el escenario, como sería el caso de Six Sex para versionar “I´m a star”; y para la fabulosa presencia de las SAMA en “Pose”. Si entre tanto frenesí y movimiento había espacio para agradecer, Juana lo hizo ante un Niceto repleto, para despedirse finalmente con “Un ángel” y el impactante, como también ambiguo, desenlace de “Bad choice”. ¿Qué sucedió y sucederá con Tanya? Deberemos esperar para tener una respuesta.
La noche de Juana Rozas demostró la enorme capacidad artística de una propuesta distinta y prometedora, en la que las canciones de su segunda álbum contextualizaron el despliegue de una expresión mayor. A través de Tanya, la violencia de un entorno que el personaje interpreta y reproduce, además de expresar sus propias problemas, fue la constante de un show que no se privó de ningún elemento y que logró en cada pasaje impactar al público. Por eso, Niceto sumó a su extenso historial una noche espectacular de una gran artista que, sin duda, nos tiene muchas más sorpresas.
Mirá más fotos del show de Juana Rozas en Niceto
