Indie Club habló con Juana Rozas sobre los personajes de su último disco, Tanya.
Juana Rozas se caracteriza por su personalidad magnética y la potencia de su voz. Después de la experiencia de ensueño de Vladi (2022), tornó hacia una experiencia más oscura y agresiva con los sencillos “Pose” y “I´m a star”. Tanya es su último disco y la reafirmación de Juana como una artista multifacética. En un proyecto conceptual que expande el álbum convencional con una propuesta audiovisual y performática, lleva al extremo una narrativa violenta y purgatoria.
– ¿Por qué decidiste crear el personaje de Tanya?
El disco anterior también tiene un personaje, se llama Vladi, por Vladimira… Para Tanya quería hacer como una peli, como Shrek, bueno, la peli de Tanya. Nació también de un personaje de The White Lotus con el mismo nombre, antes de hacer el disco ya sabía que se iba a llamar así.
– El disco está entre lo conceptual y lo expandido. Si no prestás atención a todo lo que lo rodea te perdés una parte… ¿por qué tomaste esta decisión y no hacer un disco y ya?
Hace mucho que tenía ganas de hacer un corto o una película, algo con una narrativa. Me gustó la idea de hacer el disco como el soundtrack de esta peli, poder trabajar las dos cosas a la par dándole la misma importancia… y ahora el show, que es otra cosa distinta pero que tiene la misma importancia que la música.
Hoy ya no es como antes, viste que los videoclips no existían como ahora, tenían otro método, otra forma… ahora hay muchas discos conceptuales y traen la posibilidad de hacer esto.
– La propuesta de Tanya es bien distinta a la de Vladi, pasaste de un álbum más pop a algo que suena entre Xina Mora y Brat de Charli XCX. ¿Cómo fue ese vuelco?
Tuvieron que ver mucho los productores, Mailo es más tranca, mas pop. También yo estaba en ese momento más en lo digital. Después lo conocí a Andy, empezamos a hacer música y trajo lo hyperpop, una camada nueva de artistas…
Me gustó mucho trabajar con él y le propuse hacer el disco, luego se sumaron Bruno y Gero, que aportó también un lado de metal: él viene de una banda de metal que se llama Parte Planeta. También contaba con un buen estudio con muchos instrumentos y dije “ya fue, vamos a aprovechar todo y hacer un disco con todo, lo digital y lo analógico”.
– El disco ya empieza como arrancado, el primer tema está a mil y de a poco va cayendo. A la mitad se vuelve mucho más tranquilo, ¿por qué lo armaste así?
Quería reflejar un poco la sensación de los calmantes, como el clonazapam un poco, esta cosa de que empezás en el medio de la locura, frenética, la euforia total y vas bajando, de a poquito. Después vuelve un poco la euforia, y ya termina de bajar.
Por eso es que ella se está cayendo todo el tiempo, en los videos ves cómo siempre se cae y se cae… quería reflejar un poco esa sensación.
– En el disco se ve mucha violencia reflejada en el universo que propones, pero también en ella misma.
Tiene mucho de eso. Lo del ojo también, si bien es muy violento, tiene eso de sacrificio, de “dejá esto para poder curarte”. Toda la violencia que tiene ella alrededor, el ridículo… A su alrededor hay mucha violencia pero ella está como en una fantasía. Quería retratar esto de que aunque el mundo sea tan violento ella puede seguir fantaseando.
– ¿Y qué pasa con Antonio?
En realidad, antes de Tanya vino Antonio. Yo venía jodiendo con las palabras y los nombres, apareció Antonio y dije esto tiene que estar como un personaje importante. Dentro de la historia es un personaje que viene a distraerla un poco de esta locura pero con el que no se deja de chocar. Como que dice “uy, acá está Antonio, a ver si me puede dar un poco de felicidad”. Y bueno, termina todo medio mal, pero porque ella también está mal.
– El final igual es optimista
Y… si vos lo querés ver así. Yo lo veo optimista porque ella termina contenta… pero qué se yo.