Con diversas colaboraciones, y hasta la convocatoria de un coro humano de 100.000 personas, el recorrido de la épica trayectoria Djesse concluye con el aclamadísimo Volume 4, el último trabajo de estudio del “Mozart de la generación Z”.
Es difícil abordar la genialidad de Jacob Collier. Su prodigio musical, su sensibilidad y originalidad artística, y una potencia creativa que desafía cada límite imaginable hacen que cada uno de sus trabajos represente una oportunidad para explorar la universalidad del lenguaje musical de una manera inigualable. Consagrado por leyendas como Herbie Hancock, Quincy Jones, Chick Corea y Steve Vai, la aventura artística de Jacob concluye con una cuarta entrega deseada por toda su audiencia global, sumando nuevas sorpresas a un álbum que recorre las profundidades del sentimiento humano. Una búsqueda que caracterizó todas las entregas de Djesse desde sus inicio en 2018.
El sorpresivo comienzo del álbum tiene a “100.00 Voices” como entrada, una canción que nos introduce de un segundo al otro en un universo de armonías vocales en los que rápidamente vemos la versatilidad e intensidad que nos propondrá la obra. Todo lo que esperamos no sucederá y, por el contrario, debemos esperar lo imprevisto. De la orquestación sinfónica hacia un final hard punk, seguidamente “She Put Sunshine” continúa con la euforia inicial combinando los primeros elementos de pop electrónico. Un comienzo frenético que no da mucho margen para la distracción.
La primera calma se escucha con “Little Blue”, que cuenta con la colaboración de la nueve veces ganadora del Grammy Brandi Carlile, en una canción que logra emocionar hasta las lágrimas. La elección de armonías y cadencias de guitarra logran transitar alegrías y tristezas, combinando la dulzura de ambas voces en una letra que nos invita a encontrar nuestro camino en esta vida, pero junto a una compañía. De repente y sin aviso, escuchamos “WELLLL” con un sonido distorsivo y explosivo inusual en el estilo de Collier, lo cual hace que la novedad sea total. Rápidamente pasamos a “Cinnamon Crush”, con la colaboración de la joven Lindsey Lomis, en una hermosa canción estilo lo-fi que nos permite relajarnos luego de la intensidad anterior.
Seguido, “Wherever I Go” junto a Lawrence y Michael McDonald nos trae una canción estilo góspel con elementos alternativos de pop y una letra que nuevamente refleja el romanticismo de Collier, al igual que la mayoría de las canciones del trabajo. De un estado de ánimo al otro y sin pausa, Jacob conduce sólo el piano con una hermosa versión de “Summer Rain” junto a los coros de Madison Cunningham y Chris Thile, acompañada de distintos arreglos sinfónicos que recorren con tranquilidad toda la canción.
El comienzo de “Rock Somewhere” nuevamente nos pone atentos. Con la colaboración de la artista india Anoushka Shankar y Varijashree Venugopal, una melodía ancestral se combina rápidamente con una base pop. La universalidad de Collier se refleja no solo en su amplitud musical, sino en las colaboraciones y canciones que expresan la riqueza de esa diversidad. En esta línea, “Mi Corazón” cuenta con la colaboración de Camilo en una canción que, probablemente, sea un hit del álbum. El estilo lírico de sus canciones siempre son potenciados por el talento de sus colaboradores, como también vemos en “Witness Me”, en la que góspel y pop se elevan hasta fusionarse en un solo canto.
Con “Never Gonna Be Alone” nos conectamos con nuestros sentimientos más íntimos, en un diálogo casi directo entre el artista y su público. La suavidad que aporta Lizzy McAlpine sumado a los sentidos arreglos de John Mayer, transmiten sosiego y esperanza. Un horizonte después de atravesar una difícil tormenta. Capítulo aparte con la siguiente reversión de la inolvidable “Bridge Over Troubled Water” de Simon and Garfunkel. Los trabajos de re-armonización vocal han sido la marca que destacó a Collier entre sus contemporáneos, logrando emocionantes versiones de los clásicos de nuestra música popular. Con la colaboración de la talentosa Tori Kelly y el reconocido John Legend, Jacob logra una vez más emocionarnos con sus talentosas interpretaciones.
El final de Djesse Vol. 4 se aproxima con “Over You”, otro probable hit del álbum que contó con la colaboración de su amigo Chris Martin y del grupo de K-pop Aespa. La versatilidad artística pasa de orquestaciones complejas a un sonido pop y lírico que nunca pierde la sensibilidad ni descuida lo instrumental. Un equilibrio que sólo pocos logran. Con “Box Of Stars part 1” y “Box Of Stars part 2” es posible ver la genialidad creativa en su estado puro. Sin exagerar, son once minutos en los que el público tiene a disposición la universalidad musical que influenció a Collier y además cuenta con la presencia, entre otros, de la leyenda Steve Vai y la gran Metropole Orkest conducida por la madre de Jacob, Suzie Collier. No hay estilo o ritmo que no se aborde. Por último, “World o World” cierra está épica aventura.
Clasificar a un artista de estás condiciones es difícil por la magnitud y riqueza de su obra, y si lo hacemos, es únicamente con alguna categoría que permita englobar la multiplicidad de lenguajes que logra sintetizar una sola persona. No sólo por su virtuosismo técnico y erudición musical, que sería suficiente para destacarlo entre el resto, sino por su profundo sentimiento humano que queda reflejado en cada obra que nos regala. Collier es sin duda un artista que trascenderá en la historia, y que con tan solo 29 años guía a una generación entera a explorar los límites de su propia imaginación. Con Djesse Vol. 4, Jacob Collier finaliza una etapa en la que compuso, interpreto y produjo sólo, y en la que exploró universos musicales apasionantes y complejos. Ahora, será momento para que su camino continúe hacia lo desconocido.