barco el viaje de la canción

“El viaje de la canción”: una travesía cautivadora que muestra la versatilidad y creatividad de Barco

La banda nos invita a meternos en un fascinante viaje musical, donde cada canción es un paisaje sonoro diferente, una experiencia que fusiona el pop con el enérgico rock.


Diez canciones son las que necesitó Barco para encarar El viaje de la canción, su tercer disco, (siete años después de Era es será) el cual navega entre muchos estilos para encontrarse siempre con la clave musical justa: melodía y letra.

El viaje comienza con “Me pierdo”, una cautivadora introducción con una guitarra acústica que se roba el protagonismo. El pop romántico y una melodía enigmática con un estribillo que sorprende con un giro enérgico que rompe con lo esperado, marcando el inicio del viaje en el que hay que perderse para encontrarse.

Continuando el recorrido, “Piel y mar” se sumerge en un ritmo pop rock, mostrando un lado más enérgico de la banda con la guitarra eléctrica como guía. Pero la sensibilidad del disco no se pierde, ya que “Nadie estaba preparado” nos conduce de vuelta a la melancolía del pop, entrelazando letras de amor que narran un esperado encuentro romántico.

“Nieve derretida al sol” es una de las canciones en las que la banda se animó a experimentar con nuevos sonidos y con la post producción, es una invitación a bailar y a dejarnos llevar por el viaje musical. Mientras que, “La sangre” retoma el espíritu rockero con un ritmo arrollador marcado por la batería y la guitarra.

En “Relax”, la banda fusiona ritmos ochentosos con un enfoque pop rock alternativo, transportándonos con suaves movimientos de cabeza, manteniéndonos en la sintonía del viaje. “Aterrizaje” introduce una melodía lenta y experimental, donde los instrumentos se destacan en una armoniosa conjunción con el beat rockero. El disco sigue con “Pantera negra”, un punto de encuentro entre el pop y el rock, con influencias del estilo de Cerati. La canción comienza con un ritmo sereno, pero pronto se transforma con una batería enérgica que engancha al oyente en su estribillo.

Llegando al final del viaje se puede escuchar “Los días”, una canción que nos brinda una dosis de alegría y pop, al más puro estilo de la banda. Es una melodía que levanta el ánimo y nos sumerge en su característico sonido popero. El viaje termina con “Nafta”, una canción que nos invita a bajar de este recorrido rockero y aterrizar en la realidad. Con una guitarra acústica destacada y la voz de Ale que emociona, la canción oscila entre lo experimental y lo alternativo, llevándonos de vuelta a ese viaje musical que ha sido El viaje de la canción.

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