El Chacal se presentó por primera vez en el legendario Niceto Club y deslumbró a todo el público por su calidad y versatilidad musical, expresando un deseo de disfrute y amor que reflejó a lo largo del show.
La noche del jueves 22 de mayo, la mítica calle Coronel Niceto Vega volvió a reunir a los amantes de la buena música en un encuentro dedicado a la libertad, la locura y el amor, de la mano de El Chacal. Personas que quizás resultaban ajenas encontraron que algo los unía: las ganas de disfrutar una velada de calidad y expresión musical en la primera presentación del artista en Niceto Club. “Quiero que el hoy sea la venta, quiero al que aprende a amar”, comenzó el relato de una voz que dejó en silencio al público y dio inicio al show de El Chacal.
“La poesía intermitente” abrió la escena, con una gran puesta y unos looks icónicos de cada uno de los miembros de la banda. Desde los primeros acordes, el público entró en sintonía y empezó a bailar al ritmo de la canción, que crecía con el aporte de la batería, las guitarras, el bajo, el piano y por supuesto la voz de El Chacal, que demostró toda su potencia y dulzura. La mística de la banda se desplegó, adueñándose del escenario por completo y así empezó a sonar “La gilada” sobre un ritmo dulce y pausado pero con propuesta musical hablada, reflejo de los orígenes artísticos del cantante.

En la primera pausa, El Chacal se presenta y deja un mensaje para la gente: “Espero que esta noche se vayan un poco más locos”, invitando al público a liberarse y gozar del momento. Luego continuó “Cómo ser un buen tipo”, una canción que refleja la esencia del artista, su deseo de buscar ser mejor persona y contribuir a un mundo mejor. La instrumentalización se apoderó por completo de la escena y Franco Guzmán demostró todo su talento con un solo de batería. La primera colaboración de la noche llegó de la mano de Facu Montoya, cantante de El Zar en “Dos extraños”, un tema sensible donde la voces de ambos cantantes ensamblaron a la perfección para generar un clima de calma y armonía, que se sostuvo con la dulzura de “Natural”.
Las vibras del indie se encendieron en “Chamanismo” con una fuerte expresión de libertad: “No quiero ser un careta más / puedo resolverlo”. Bajo las bases del soul, la gente vivió la seducción de El Chacal, quien sin pausa comenzó a cantar en tributo al gran Charly Garcia “No voy en tren”. Continuó sonando “Me gusta mirarte”, donde el cantante demostró la fuerza de su voz, sin perder la sensualidad que lo caracteriza. El show dio un pequeño giro y el espacio para el rock and roll apareció junto a nuevos músicos para homenajear a otro icónico de la música como lo fue Gustavo Cerati con “Casa”, canción que generó un clima místico gracias a la profundidad de las voces que continuaron con “Cerca de la revolución”, nuevamente de Garcia, desatando un descontrol en Niceto.

Los músicos dejaron el escenario y El Chacal quedó solo en la escena para vivir un momento de intimidad junto al público. De esta manera, con su dulce voz y una guitarra en manos comenzó a cantar “Zamba para chipi”, una canción dedicada a la amistad que perdura en los tiempos. El clima de profundidad siguió con “Que voy a hacer”, donde sólo el acompañamiento del piano y la voz del artista bastaron para hacer emocionar a todos allí y demostrar una vez más la calidad musical de El Chacal. Luego de este momento mágico, la banda volvió para tocar “Inconsciente colectivo”, del gran maestro Charly, y Niceto se fundió en aplausos.
El rock and roll volvió a protagonizar la escena con cuatro guitarras sonando al unísono en “Tranki town”, para que el público empezara a bailar al ritmo de la música. Luego de este gran despliega, sucedió una de las joyas de la noche con la aparición de Mateo Sujatovich para interpretar junto a El Chacal “Quiero un amor” en un dúo de voces perfecto, que dio paso al cuarto hit de Charly: “Fanky”, donde el público se descontrolo después del gran solo de “El Ruso” con la guitarra. Tras ese gran recuerdo, El Chacal fue ovacionado por la gente y, emocionado por lo que estaba viviendo en su primer Niceto, contó que su consigna para este show y en la vida en general es: “ser un buen tipo e intentar que el mundo sea mejor”, un mensaje que refleja la esencia de la puesta y del propio artista.

Con el final del show casi en la puerta, El Chacal rompió todas las estructuras y bajó con el público para desfilar mientras sonaba “Ahre”. Allí, la gente se sumó y todos juntos bailaron, modelaron y terminaron en un pogo con el cantante. Luego el cantante volvió al escenario e invitó a sus amigos de La gente del bien, con quienes cantó “Mejor sin miedo”, con un despliegue de más de diez artistas en escena. Niceto ya era una fiesta arriba y abajo del escenario, todo el público estalló y El Chacal cerró con una parte de “La gilada” para culminar su primer show en el icónico lugar de Palermo de la mejor manera posible.
El Chacal reflejó su esencia en cada paso de su show: la música, su vestimenta, los bailes y sus mensajes. Esa autenticidad se vió a simple vista y se transmitió de gran manera al público, lo que permitió que todos vivieran una noche de disfrute, sin tapujos, siendo libres y gozando de los buenos momentos que da la música, rodeados de mucho amor.
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