El artista presenta una reflexión de su propia historia en su tercer disco de estudio. Allí expone sus sentimientos más profundos, sus inseguridades y vivencias, convirtiéndose, como él mismo se define, en un traductor de emociones inciertas.
Un espacio donde las puertas nunca se cierran y cada historia es escuchada. Un espacio para sentirse uno mismo, en fin, la propia mente. Esta es la idea que Axel Fiks busca plasmar en su nuevo álbum Abierto toda la noche. Luego de Idilio (2018) y Amante moderno (2021), el artista argentino irrumpe con su tercer disco y una historia que de principio a fin remarca el valor de aquel lugar intangible que se vuelve nuestro refugio seguro.
“Lunático” da inicio al álbum, con un feeling jazzero donde el cantante expone sus inseguridades en el amor, en sus proyectos y en la vida misma. En ese estado de vulnerabilidad, el compositor se presenta como un espacio de escucha para quien lo necesite, “Si alguien quiere hablar estoy abierto todo el año”. Y así comienza su historia.
Con inspiraciones del soul suena “Veintisinko”, la única colaboración del álbum junto a la artista Catalina Ammaturo y su dulce voz, donde se logra un gran dúo con un ritmo seductor y cautivante. Continuando con la sensualidad del jazz, la voz hipnótica del cantante y la guitarra como protagonista atraen al oyente con “Artemisa (cant 4:7)” , un tema dedicado a la belleza y poder de las mujeres.
En un giro musical hacia un estilo tanguero, se presenta “Su figura galán” para hablar, como lo suele hacer este género, del desamor. Sin embargo, como la propia vida, el amor tiene sus bajos y altos, por eso en “Hasta la luna”, el artista invita a brindar por este sentimiento al compás del 3/4: “Por los viejos amores y los que vendrán”.
“A tu tiempo” y “Me pasa que” llegan con la influencia del pop, logrando un ritmo ligero y pegadizo, donde los sintetizadores marcan las bases de las canciones, mientras que el cantante continúa explorando los vaivenes del amor. Así Axel Fiks termina de abrir su corazón al público con “Hijo único”, un tema que refleja cómo la ausencia de su padre en su infancia, lo impulsó a construir la persona que es hoy. Finalmente esta propuesta culmina con “Vino y alplax”, una canción que hace saltar a la gente con un ritmo hip hopero, donde el artista pone sobre la mesa y revive el estilo de sus inicios.
La narración se refleja de gran manera en el videoclip, que con una estética surreal, hace alusión al inconsciente. En él se recrea un espacio de terapia donde cada personaje comparte sus vivencias y expone su personalidad. Como resultado, la pieza visual logra expresar no sólo la versatilidad músical del artista que transita varios géneros, sino también la mente del artista, atravesada por momentos de su pasado, sensaciones de incertidumbre, dolor y amor. Y de este modo, la historia llega a su fin.
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