Con un show muy especial, Él Mató a un Policía Motorizado comenzó su festejo de fin de año con el primero de sus tres C Art Media.
Existió una época en la que Él Mató a un Policía Motorizado no llenaba estadios como el Luna Park o el Malvinas Argentinas -u otros más chicos como el C Art Media, que ni siquiera existía-, ni tampoco eran citados como influencia por artistas de varios géneros dispares. El viaje comenzó en 2003, en La Plata, y para el año siguiente ya tenían su homónimo disco debut, una mezcla de la dejadez de Pavement, el ruido de Pixies y Sonic Youth el lofi de Guided By Voices.
En mitad de su tour “Súper Terror”, que los llevó por Europa, Latinoamerica y Estados Unidos, el grupo se tomó el tiempo para celebrar el cumpleaños número 20 de Él Mató a un Policía Motorizado con tres fechas en el C Art Media (19, 20 y 22 de diciembre) y en el Teatro Atenas de La Plata (29 de diciembre), dándole un golpe de nostalgia a los fans vieja escuela que tantas veces escucharon esos temas en Salón Pueyrredón, Unione e Benevolenza o Cemento.
Son para mí, regalos de vos
Cerca de las 21:30, Él Mató a un Policía Motorizado subió al escenario del C Art Media y, confirmando lo supuesto, dieron inicio al show con “Sábado”, el track que abre su primer álbum. Después de varios pogos, ya se escuchaba la primera ovación de la noche para la banda, que siguió con “Tormenta roja”, “Nuestro verano” y “Escupime”, canciones que no tocaban en vivo hace casi diez años.
“Bien, esta vez lo quiero hacer / bien, esta vez lo voy a hacer”, cantaba Santiago Motorizado en “Doctora Muerte”, dándole un doble sentido a la celebración y a sacarse las ganas de revolver el baúl de viejas composiciones. “¿Vamos todo bien? ¿Era lo que esperaban?”, preguntó con un pulgar para arriba para recibir cientos de confirmaciones con la misma gestualidad despreocupada e informal que maneja el Chango.
Ya en el tercio final del disco, la batería de Guillermo Ruiz Díaz empezó a marcar el pulso de “Terrorismo en la Copa del Mundo” y, mientras el bajo y la guitarra se sumaban, Nina Suárez apareció, micrófono en ambas manos, para acompañar a Santiago en la voz. Nina es uno de los tantos ejemplos de artistas influenciados por Santiago Motorizado y compañía, músicos que se atrevieron a mostrar sus canciones gracias a verse reflejados el quinteto platense. Después de “Diamante” y “Guitarra comunista”, el humo y las luces rojas generaron un incendio visual para “Prenderte fuego”, concluyendo el primer acto de Él Mató en el Complejo C Art Media.
La dinastía Él Mató
Después de un breve descanso de diez minutos, Él Mató volvió al escenario ya acompañados por Lucas Rossetto, percusionista que los acompaña hace años, para continuar con la noche y compartir el resto de su discografía (cuatro discos, tres EPs y varias canciones más) en la segunda mitad del recital. Casi como si lo anterior hubiera sido solo un sueño, la banda dio un reinicio con “El magnetismo”, canción que suele ser la primera en los setlists comunes.
Como una especie de disco Best of en vivo, el grupo se paseó por sus hits de toda su carrera como “Amigo piedra” de Un millón de euros (2006), “Más o menos bien” y “Yoni B” de La dinastía Scorpio (2012), “La noche eterna” y “El mundo extraño” de La síntesis O’Konor (2017), “El perro” de La otra dimensión (2019) y “Diamante roto”, el único de su último disco Súper terror (2023).
Una tanda de cuatro bises quedó para el final, dejando como curiosidad la ausencia de “El tesoro”, su mayor hit, que tuvo un merecido descanso en una noche particular y conmemorativa. “Ahora imagino cosas”, “Fuego”, “Chica de oro” y, como siempre, “Mi próximo movimiento” le pusieron el broche final al primer festejo de Él Mató en el C Art Media, donde los oldschool pudieron disfrutar de una noche retro y los fanáticos más nuevos descubrieron las raíces de la banda.
