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Él Mató a un Policía Motorizado: Suave como una noche de verano

En el marco de la presentación de La otra dimensión, el universo expandido de La síntesis O’Konor, la banda platense mostró su lado más lumínico.


La entrada en puerta cuesta $5. La anticipada, $3. El año es 2004, el lugar es Cemento y los concurrentes para ver a Él Mató a un Policía Motorizado no superan las veinte personas. El indie es todavía una movida subterránea que teje sus redes a base de amistad y CD’s compartidos de bandas alternativas extranjeras (Sonic Youth, Pixies) y nacionales (Suárez). Las presentaciones en vivo son ruidosas y las grabaciones de sus discos tienen una calidad de sonido pobre debido a la humilde producción independiente.

Quince años más tarde, el mismo grupo se presenta en el microestadio Malvinas Argentinas, con capacidad para 7000 personas, para dar el puntapié inicial de su tour La otra dimensión, que continuará por los primeros meses del año que viene . Las puertas están abiertas desde las 18hs ya que se espera un gran afluente de público y se quieren evitar demoras en el acceso. Hoy, en 2019, el indie se inmiscuye cada ventosa de la música nacional y los liderados por Santiago Barrionuevo (más conocido como Santiago Motorizado) son los responsables de esta nueva ola.

Cerca de las 21:15hs se oyen los primeros gritos: los más afortunados ya vieron entrar al sexteto entre la nube de humo y los restantes gritan por contagio. Así, comienza el show con un debut, “Buscando más allá”, el track que abre La otra dimensión, su último material de estudio editado tan solo una semana atrás. Lo sigue “Viejo ebrio y perdido”, y, como nos suele acostumbrar, la banda se mueve entre temas suaves para aclimatarse.

Mientras afina, Santiago se acerca al micrófono y avisa que tienen una invitada, algo inusual en sus presentaciones. Anabella Cartolano se muestra tímidamente en escena y se posiciona al lado del cantante para entonar a dúo “Las luces”, en una versión que mezcla la potencia percusiva de la original y la dulzura de la voz de la cantante de Las Ligas Menores.

“El perro” tiene su bautismo en vivo. Las ganas de hacer pogo chocan con el tempo lento de la canción, que dificulta la coordinación del salto con el ritmo. Por esto, el público se dedica a replicar el grito de socorro por el animal, que aparecería haciendo mosh, y posteriormente en el escenario. El verdadero caos vendría con “Navidad de reserva”, “Amigo piedra” y “Chica rutera”, pertenecientes a sus primeros EP’s, demostrándonos que si bien la Él Mató a un Policía Motorizado ya tiene una extensa carrera, el repaso por sus primeras composiciones es obligatorio.

“Hermosa noche de… ‘Sábado’”, reflexiona el bajista mientras observa el cielo de hormigón del estadio y da comienzo a la apertura del primer disco del grupo. Santiago Motorizado no suele acercarse al micrófono si no es para cantar o agradecer. En su figura antirockstar, sólo levanta el pulgar y agradece a los espectadores por haber venido, ya que la conexión con el público recae en la potencia y la fragilidad de su música. Entre tema y tema se escuchan varios cánticos a lo “dale Él Mató”, pero también se cuela un efusivo “Alberto presidenta (sic)”.

Para los bises, Santiago Motorizado y Niño Elefante salieron con sus guitarras eléctricas y acústicas, respectivamente, e hicieron versiones íntimas de “El día del huracán” y “El último sereno”. Después del garagero “Chica de oro” y el himno “Más o menos bien”, pudimos presenciar el reencuentro de Nina Suárez Bléfari con su mascota perdida mientras sonaban los últimos acordes de “Mi próximo movimiento”, el clásico de cada recital. El can, que portaba un cartel de “Gabba gabba hey” (frase de los Ramones en su track “Pinhead”), bailó con Nina recreando el desenlace del videoclip oficial de “El perro”.

Algunas cosas se mantuvieron en estos quince años. Los platenses siguen con su actitud introvertida y parsimoniosa, sin usar ropas exorbitantes en vivo ni haciéndoles cantar melodías improvisadas al público. Continúan siendo una banda de amigos autogestionada que se junta a hacer un poco de ruido teniendo como referentes a los Ramones o Guided By Voices. Pero también hubo cambios. La resonancia adquirida gracias a La dinastía Scorpio (2012) y el prestigio alcanzado con La síntesis O’Konor (2017) los llevó a un nuevo mundo hi-fi, con giras por todo el país, Latinoamérica y Europa.

La felicidad de encontrar al perro nos deja con la paradoja del gato atrapado en la caja. Y es que hasta que no la abramos estarán pasando las dos cosas en simultáneo: Él Mató es mainstream y alternativo a la vez.

📄 Manuel Latorre
📷 Pedro Henestroza

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