La banda liderada por Tom Quintans presentó su último trabajo, Vamos a destruir, en medio de una fiesta brindada por el público.
La apacible y fresca noche de otoño pronto entró en calor gracias a los Ryan: madrugadores, desfachatados y rockeros, así se presentaban los porteños creadores del babyrock. Obedientes al apagón de las luces del teatro, salieron con esa cadencia de rock viejita o una muestra de homenaje al rock más argento.
Ryan tiene una forma particular de mover y expresarse: entre su estética y su sonido pretenciosos, tenemos como resultado un grupo de chicos atractivos a la vista con detalles para detenernos. Sus canciones no pasan desapercibidas, temas como “Julieta” y “Peluquería” fueron los elegidos para abrir la noche.
Entre corte y corte también pudimos escuchar a Dante, voz y frontman, cantando clásicos que se van del eje de la banda y dan una sensación de desconcierto pero también da el toque de simpatía que le falta a la presentación. Cantando a capella unos versos de “Corazón partío” de Alejandro Sanz, para luego, en otro corte, repetir fórmula, esta vez con la cumbia de Mario Luis “Voy a olvidarme de mí”. Esta última generando los aplausos del público para acompañar.
Los Ryan también explotaron su lado rock, el cierre tuvo tres temas para llevar al punto alto el agite, “No nos pueden separar”, “No es una novela” y finalmente “Poné un disco” con el que se despidieron a los gritos y bailes. Los cuatro integrantes a modo confrontativo, eapuntaban sus sonidos hacia la gente, en gesto de despedida y de su gran presentación.
A esta altura, la convocatoria era total, camisetas de equipos de fútbol -una casi firma de los recitales de Bestia Bebé- y conocidos de bandas hermanas del laptra también presente para la esperada presentación de Vamos a destruir.
La música se interrumpe para que suene “It’s a Heartache” para que la gente coree el clásico cantito de cancha para que su banda ingrese a la cancha: “Jugadores / La c… de su madre / a ver si ponen huevo / que no juegan con nadie”, al abrirse el telón, un personaje símil a un fantasma con máscara agitaba al público, el personaje protagonista del disco nuevo y los flyers promoción de esta fecha, danzando y recorriendo previo al ingreso de nuestros protagonistas.
El inicio bien pesado fue con “El humo negro” ese tema que nos recuerda a los GO-Neko! dando el presente al nuevo disco. Uno al lado del otro, las dos guitarras y el bajo dando catedra del largo tema que por momentos nos lleva a los instrumental y por otro, bajamos a la voz de Tom para escaparnos de ese humo negro.
Los temas más clásicos siempre están presentes: “Antártida Argentina” es de los infaltables, como así también los pogos. Segundo tema y teníamos una gran cantidad de público abriéndose para explotar y saltarse los unos a los otros. Nos dejaba la sensación de que la gente se extrañaba y extrañaba poguear, o solamente son los agitadores de siempre quienes no dejar tema por bailar.
El recorrido por el disco fue en un orden que pueda engancharse con los hit de Bestia, “Montevideo” enganchado con “Luchador de Boedo” dio la sensación de un tema extenso con múltiples altibajos, “Un gran día” en medio de temas importantes como “Rondador nocturno” y “Lo quiero mucho a ese muchacho”. Y así la lista se afirmaba como una de las más variables e importantes de los últimos shows de los boedenses.
“Un gran día” tiene la virtud de ser un tema de corte, hasta reflexivo, pero la impronta del disco no nos deja en esa situación, la subida nos llama la atención y recaemos en lo que puede significar un disco nuevo de Bestia: “Fue un gran día hoy / Todo salió bien, todo salió bien / Pero lo mejor todavía no llego”.
El público se puso como protagonista y con su empuje marcaron pausa y corte con canciones dedicadas a los Bestia y cánticos políticos típicos ya. En el momento previo a “Patrullas terror” tuvimos a un amigo (Ronnie) como invitado mientras se daba el “El que no salta / votó a Milei”, con una arenga del propio Ronnie. No había quien no saltara ni cantara.
Un tema nuevo que se convirtió en clásico antes de su salida formando parte del disco es “El rock and roll paso de moda”, con la participación -también de costumbre- de Lucas Jaubet. Un tema que gritaba que el rock estaba vivo en esa noche, con la pose de Lucas y la fuerza de la guitarra diciéndonos lo poco importa que no esté de moda el rock and roll: “Y ahora me voy a escuchar los Rolling Stones / Voy a llorar un rato en mi habitación / Voy a prenderle una vela al cantante de los Doors”
Llegando al final del show en Vorterix, Bestia Bebé nos acercamó “El verano”, fuerte y pesado, bien metalero, el tridente ofensivo en fila dándonos una gran coordinación para rompernos las cabeza. La fiesta siguió con “Omar” para, luego de un corte, cerrar bien arriba y con la inmersión de su gente con “El descontrol” y “Wagen del pueblo”.
Vamos a destruir es un disco distinto pero con la firma de Bestia Bebé, que en vivo nos dio la frescura de la banda junto con la experiencia de ya cinco discos al hombro.