Silvestre y la naranja Malvinas Argentina

Silvestre y la Naranja encendió el Malvinas Argentinas en una noche de amor y magnetismo

La banda argentina brilló en la ciudad porteña, reflejando su esencia popera y redescubriendo nuevos espacios del rock y la balada. Presentaron por primera vez en Buenos Aires su último álbum Alter Ego, además de recorrer parte de su trayectoria.


El sábado por la noche, el Estadio Malvinas Argentinas encendió sus luces para recibir a miles de personas que esperaban vivir una velada inolvidable junto a Silvestre y la Naranja. A medida que el público iba colmando el lugar, la emoción crecía y la euforia comenzaba a flotar en el aire. La batería rompió el silencio y “Puerta del sol” dio inicio al viaje musical. Con los sintetizadores marcando el pulso y la esencia pop de la banda desplegándose desde el primer acorde, la gente acompañó con cantos y bailes. En ese clima envolvente, “Supersticiones” tomó protagonismo con trompetas, guitarras, teclado y bajo que realzaron la voz cálida y suave del cantante.

El romanticismo se apoderó del estadio con “Loco por vos” y “Nunca te calmes”, marcadas por un tempo lento, desatando una conexión íntima entre la banda y el público. Luego presentaron Alter Ego, su último álbum, con “Prisionero perfecto” y “Tocar el cielo”, dos canciones que teletransportan a todos a un ambiente sentido y dulce.

Silvestre y la naranja Malvinas Argentina
Fotos: Martina Cretella

La temperatura fue subiendo con “Superhéroes”, que puso a bailar a todo el lugar, seguida de “Levitando lento” y “CPQV”, donde las trompetas y la cadencia pop sellaron un aire sensual que encendió la pista. El clima se volvió más íntimo con “Azulejos” y “Carta de amor”, baladas que brillaron por su suavidad y delicadeza. Esa misma emoción se mantuvo en “Hechizao” e “Invencibles”, donde las bases dulces acompañaron letras marcadas por la sensibilidad.

La primera invitada de la noche fue Luz Gaggi, quien se sumó a la banda en “Adicto al temblor”. Sus voces entrelazadas ofrecieron un equilibrio perfecto entre la fuerza de la artista y la dulzura del grupo. La sensualidad continuó con “Todas esas tardes” y “Amores callejeros”, momentos de pura complicidad en los que el público no dejó de bailar ni cantar. Más tarde fue el turno de Mateo “Ruso” Sujatovich, que subió al escenario para homenajear a Andrés Calamaro con una versión memorable de “Flaca”. Ambos cantantes desplegaron sus voces en un dúo armónico que hipnotizó al estadio, para luego continuar con una declaración de amor en  “Sos todo lo que está bien”. 

Silvestre y la naranja Malvinas Argentina
Fotos: Martina Cretella

El show tomó tintes más intensos con “Océano”, de impronta rockera y potente, donde la batería y los sintetizadores dominaron el espacio. Bajo esa misma mística, “Yo te sigo” deslumbró con un ensamble perfecto entre voces y bases firmes. Ya para el cierre, Silvestre y la Naranja recorrió su costado más clásico y emotivo con “El instinto”, una propuesta sensual y lenta que encendió a la multitud. Con “Tu veneno” y “Fiebre atemporal”, la banda selló una noche que confirmó, una vez más, su potencia, versatilidad y magnetismo sobre el escenario.

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Fotos: Martina Cretella
Fotos: Martina Cretella
Fotos: Martina Cretella
Fotos: Martina Cretella
Fotos: Martina Cretella
Fotos: Martina Cretella
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Fotos: Martina Cretella

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