Lara Artesi, conocida como Lara91k, presentó 100pre yoro en el Complejo C Art Media y reunió a centenas de personas en un show que superó las expectativas.
Una congregación de jóvenes colmó el Complejo C Art Media el sábado a la noche. ¿El motivo? la presentación de 100pre yoro, el disco más reciente de Lara91k, que al margen de demostrar ser un éxito en plataformas, consolidó la lealtad de un público sediento de representación.
Alrededor de las 21.40, la intérprete irrumpió junto a su banda entre la neblina artificial del escenario. Una multitud esperaba un poco más abajo de sus pies y desplegó su euforia. Y así nomás, abrió el recital con “Un día”, canción que interpretó con Julieta Venegas en su último disco.
Apenas pronunció la primer estrofa, el público se encendió e invirtió la lógica: cantaron y ella los siguió. Una balada que alzó la voz de quienes alguna vez duelaron un amor, fundidos en el festejo que implica la junta, la reunión de ese sábado a la noche. Siguieron “Dear Rita” y “Agua fishi”, temas en los que dejó evidencia de ser tan hábil para la melodía romántica como para el rap. Sus géneros van y vienen como calesita y eso provoca un vaivén de emociones en la gente que la sigue: ante todo, siempre el amor como bandera.
“Qué hermoso, la puta que los parió”, reparó la cantante al ver que abajo todos estaban, de alguna manera, movilizados por el show. Puede ser, porque la entrega de Lara refleja la de los fanáticos, circula entre ellos una especie de alivio.
Después de revelar que está enamorada y de seguir desparramando sinceridad ante esa alguien que, según ella, mantiene su “estabilidad mental”, entonó “Besándote“, canción de su primer álbum Como antes (2020), con Paco Amoroso como invitado. “Quiero una conexión que me llegue a los huesos”, repitió como mantra.
Los cuerpos iban y venían, tambaleaban por efecto del alcohol y la soltura, pero también por la vulnerabilidad que supone confesar un amor, un sentimiento colectivo. El baile se apropió de cada fanático, el sonido retumbaba y en ese estado sonaron “Redrum“, “De chill first take” y “Átame”. Se desató en la atmósfera una avalancha de emociones.
Por su pluma sensible para escribir canciones, principalmente baladas de amor y desamor, Lara logra destapar cada fracción de su inseguridad plasmada en esta clase de diario íntimo. Su sinceridad verborrágica perfora hondo y deja ver que realmente consigue amalgamar corazones.
“Un poco de quilombo”, como lo llamó, hacía falta a esa altura del espectáculo. Por eso cantó, en complicidad con la banda que musicalizaba en teclados, guitarra y bajo tocó “Par de modelos”, “Te me vas”, “Reyes magos” y “Zoe”, una seguidilla de casi quince minutos durante la que el número de gente concentrada pareció ser mayor que al principio. Mirar alrededor era vertiginoso, decenas de personas se arrimaban entre ellos.
En ese punto, la intimidad parecía volverse una necesidad, atraída por el tono de las canciones y las líricas sensibles. “Ivy Frank”, “Isla” y “Eres para mí”, anticipaban el final de la jornada y sumían en trance a los fanáticos. El anuncio de que el show casi llegaba a su fin los sacudió, por eso, sin dudarlo pidieron más canciones y extendieron una necesidad que sólo entendió quien la sintió. Igualmente, Lara cumplió cuando dijo “no hago cosas raras, no me voy y después vuelvo”.
Ante esa certeza que deslizó, cerró como empezó, con una última balada: “100pre”. Para el cierre, ya se había yorado todo lo que había que llorar. La sala fue descongestionando, pero quedó la sensación de que la música de Lara, es materia sensible que atraviesa cualquier corazón. Es, en vivo y en directo, que se logra apreciarllegada que tiene hacia cada fanático.
Muero con : invirtió la lógica BB.
Sos la 1