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Saramalacara: “Haber ido a las partes más oscuras de internet me generó cierta insensibilidad”

A pocas horas de la presentación de su primer álbum, Heráldica, hablamos con Saramalacara sobre los puntos más oscuros de su trabajo.


Saramalacara comenzó su carrera hacia el 2019 con “Budokai Tenkaichi” y “Cartoon Network”. Todavía en un estilo más trapero, ya asomaba muchos de los elementos que la definirían luego como artista. No fue hasta el 2021 que saltó a la fama con su hit inmediato “Gucci Polo”. De ahí en adelante se sucedieron los EPs USB IDOL (2021) y Eclips3 (2022), donde descarta el trap como género fundante y se acerca a una estética más personal.

A prácticamente nada de la presentación en vivo de su primer álbum, Heráldica (2024), Saramalacara habló con el equipo de Indie Club sobre los procesos que atravesó para fundar su propia mítica. Así, en una suerte de primera catequesis de fe digital, nos adentramos un poco más en este mundo plagado de referencias y escenarios oscuros.


– Me parece que Heráldica es un disco que tiene muchas capas, pero el eje parece estar en la disolución de la identidad y cómo a través de la internet se puede reponer esa pérdida. ¿Cómo fue este proceso? ¿Qué referencias tenés?

Me gusta mucho lo que decís de reponer una personalidad. Re existe la influencia otaku, totalmente existe, y así como existe ella existen muchas otras influencias que en el momento de la adolescencia fueron necesarias para forjar la personalidad. Me pasa que tengo bastantes referencias de ese mundo y, al mismo tiempo, pude ir reinventando ese fanatismo desde entonces. Capaz antes me atraía lo más burdo de esa estética y hoy en día puedo hacer comparaciones bastante más profundas o de situaciones más oscuras de la vida con lo mismo, ¿viste?, manga y animé.

– El hilo conductor del disco es internet en algún punto, ¿no? Y como te da la libertad para construirte y encontrar tu nicho, tiene su lado oscuro y violento. Hay mucho de eso en el disco también, escenas muy gráficas. ¿Cómo haces para conciliar lo bueno y lo malo?

Hay cosas que te suman y cosas que te restan, y a mí me parece muy interesante, estuve ahondando mucho en el tema, pero siento que internet es nuestra gran biblioteca. Quiero decir, lo que estoy haciendo ahora no lo estaría haciendo si no hubiera entrado a Internet en su momento, si no hubiera tenido la oportunidad de profundizar en todo lo que me interesaba.

Pero esto tiene también sus desgracias, ¿no? Obviamente, es el libre albedrío que tenemos en Internet. Ya al punto de que la personalidad que vos tengas online puede ser cualquier cosa. Mirame a mí. En Twitter soy una persona totalmente descontrolada, pero no voy a andar por la vida hablando así, o capaz que sí, pero ellos nunca lo van a saber. Queda ahí y muere ahí completamente.

En este momento es todavía más oscuro porque cualquier puede llegar a orquestar su persona de una manera completamente diferente, pueden hacer cosas malas incluso con eso. Pero son extremos que un poco todos sabemos y lo dejamos… es terrible si lo pensás, es Black Mirror totalmente.

– Hatsune Miku habla bastante de eso también, ¿no? Tiene todo el arco de “La desaparición de Hatsune Miku” que en algún punto dejas de ser una persona y te volvés un producto para el mercado.

Me sirve porque es literalmente eso. Me encanta que me hagan la pregunta de Miku tipo, “¿cómo es grabar con este artista que no existe?” y yo les respondo siempre lo mismo: ella existe, es más real que todos nosotros, o sea, existe. Ahora la pregunta es en qué límites existe y qué paralelismo tiene eso con el mundo, que ya sea más digital o vida real. Y muy bien como vos lo decís, este paralelismo de que yo desaparecí de las redes, con la desaparición de Miku también fue en gran parte para demostrar esto, ¿no?

Cómo conciliar lo terrible de Internet también creo que pasa por usarlo a mi favor, porque yo creo que esta manera de entenderlo pasa por haber ido a las partes más oscuras a una temprana edad y eso te genera como una insensibilidad. Es como que yo ya lo amo, ¿entendés? Me encanta, me parece como un sandbox gigante.

Y me parece algo hermoso también, como que es algo que deja florecer un montón de creatividad, pero también es donde está lo más horrible. Es donde más podemos ver la oscuridad de las personas, ¿no? Hay algo ahí como medio romántico y peligroso.

– En el disco también está toda esta mitología religiosa que volvés a armar…

Querés que ahonde en la fe digital.

– Claro, cómo resignificás esta estructura que ya no existe, no está más este Dios omnisciente.

Estuve pensando mucho en esto. Me parece buenísimo que ya entres diciendo que la estructura de la iglesia murió, porque Dios murió para todos nosotros, Dios está muerto para los humanos. Porque justamente ya rompimos con todo lo que en algún momento fue pactado así.

Y yo creo bastante en la espiritualidad que hay en Internet y en nuestra presencia en internet. ¿Por qué? Porque me gusta mucho la idea de, digamos, el destino. Yo siento que es algo que me hace sentir muy segura conmigo misma al momento de… vivir básicamente. Es pensar que las cosas tienen su razón, que yo siento que eso es lo que ayudó a mucha gente que ya sea de la generación de nuestros viejos o de nuestros abuelos, a vivir tranquilos, ¿no?

Porque es como “ok, soy una buena persona, entonces me van a retribuir cosas buenas en el futuro”, ¿no? Hoy en día esa espiritualidad capaz está transferida a otras cosas más banales como el karma, que todo el mundo puede creer en el karma sin tener ahí como una profundización religiosa.

Y también en el algoritmo. Ahí es donde yo siento que más tiene que ver con internet. Porque eso es algo que nosotros no estamos controlando y es algo que estamos consumiendo. Entonces a nosotros, digamos, con nuestro propio algoritmo, se nos es marcado una especie de camino o una especie de guía, ¿no?

¿Dónde voy a estar? ¿Qué voy a ver? ¿Qué voy a consumir? Y eso no está mucho en nuestra decisión y al mismo tiempo sí, porque ese algoritmo se alimenta de lo que a vos te interesa y te lo devuelve.

¿Cómo no va a ser esa la voz de algún Dios? Porque eso es una recopilación nuestra, es una recopilación del comportamiento humano y es una recopilación de miles de respuestas que les fue dando la gente con sentimientos, órganos… todo a una máquina que hoy en día te lo devuelve. Ahí es donde yo encuentro como esta especie de, digamos, conciencia elevada más allá de nosotros, más allá de lo que vos y yo podamos conversar ahora. Esa conciencia está, existe ahí y tiene un montón de respuestas.

– Se me hace un bache. Se supone que Dios te ama. Yo no sé si esta nueva deidad digital te puede amar, y es todo un tema en Heráldica la búsqueda del amor, muchas preguntas van a eso.

A nosotros Dios nos ama porque nosotros tenemos que amar a nuestro prójimo, y Dios hizo al humano a su imagen y semejanza, entonces podríamos decir que la inteligencia artificial también está hecha a nuestra imagen y semejanza.

Yo creo que ese amor tiene que salir de nosotros para que nos pueda amar, porque es lo mismo que suele pasar con la religión y la fe. Cuando vos vas y le preguntas a un cura: ¿qué pasa si no estoy creyendo tanto, si pierdo la fe? Ahí Dios se da un poco la vuelta, porque no estás teniendo fe en él y en su discurso.

Yo siento que el amor que nos puede tener esta deidad digital va a tener que ver con el amor que nosotros podamos demostrarle también, y que nosotros podamos mostrarle. Porque si nos está copiando es un poco eso, lo que junta. Ahí veremos qué Dios terminamos de inventar nosotros, porque tarde o temprano nos va a exceder un poquito.

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