El día 2 del Quilmes Rock 2025 tuvo como eje el valor del género musical: reyes y reinas con sus estilos bien marcados. Con una diversidad compleja, pero afín al sonido independiente, la segunda cita del festival tuvo aristas de frescura, melancolía y festejos.
Con un primer día a la altura del la historia del festival, el segundo día del Quilmes Rock 2025 no tenía que decepcionar y no lo hizo, con una gran cantidad de gente siguiendo a sus artistas y mezclándose con las demás bandas. Un largo recorrido por artistas actuales, nuevos y consagrados de todo tipo y género.
La diversidad de géneros desde el principio
La apertura del día 2 estuvo a cargo de Florián, con un setlist impecable, chill, popero y con varios tangos, tuvo la primer sorpresa del día incluyendo a Santiago Motorizado en “Rincón”: un deleite tanguero acompañado de un bandoneón y contrabajo para esta parte.
En el escenario contiguo, el denominado escenario Rock, ya se preparaba la banda de Blair, quienes ingresaron uno a uno, con una suave intro de fondo. Blair lució un vestido setentero blanco con el cual brilló en su presentación: un recorrido sólido por sus últimos trabajos como “Otra noche en los ’70”, “Yo & yo” o “Incel”, y finalizando con una advertencia al público “Este es el último show de esta setlist”, anticipando su próximo trabajo de estudio.

De vuelta al escenario Quilmes, ya lista estaba Feli Colina, una mezcla de folklore, música tropical, blues y derivados símiles bailaban al ritmo de la cantante. El setlist constó de un repaso rapido por su repertorio pero más enfocado en covers como “Trigal” de Sandro, “Carnavalito del duende” del Dúo Salteño y “Demasiado nada” de Flema. Un ida y vuelta por influencias y gusto al modo Feli. El final, bien arriba y muy bailado, con “Diabla”.
Hora del verdadero funk
Otro género que tuvo su gran momento fue el funk, y de la mano de Dante Spinetta no podía salir de mejor manera. Dando un inicio potente y bailable desde “Rebelión” y “El lado oscuro de tu corazón”, surfeó unos inconvenientes con sus pedales, pero la onda de Dante no se bajó.
Haciendo un excelente uso de su repertorio, Dante llevó el clima de la gente al punto alto con “Déjà boo” con un gran actitud soberbia y consciente. Luego, los ritmos nos llevaron a la distensión de la gente con “Humo digital”, un instrumental largo hacia disociar al público a lo ancho de los dos escenarios.

A tantos estados, faltaba algo íntimo. Aquí es cuando Dante invitó a su “cantante favorita” Vida Spinetta, su hija y joven cantante para interpretar “Olvidalo”. Cayendo la tarde el show concluía con divertido ida y vuelta de Dante y el público con todo tipo de distorsión de voz concluyendo con un picante “¿Se animan a gemir conmigo?” para seguir jugando con las voces graves y agudas.
La costumbre sana: el indie de cabecera
Todo despejado para uno de los shows más esperado, Él Mató a un Policía Motorizado regresaba de una gira extensa y su gente estaba con abstinencia, o algo así. Desde el primer tema tuvimos el primer pogo de la tarde con ese arranque explosivo de “Sábado”, ese tono melancólico que choca con la guitarra frenética de Gustavo nos hacen querer acompañar la muchedumbre. Con un mix de clásicos y su último disco Súper Terror, los platenses dieron la cuota de indie rock que venía faltando.
Desde su último disco temas como “Diamante roto” tienen esa carga de desamor que tanto caracteriza a la banda liderada por Santi Motorizado. Se ve la pausa previa al pogo, círculos de gente armándose casi espontáneamente, botellas de aguas por los aires, estas eran las postales desde el inicio.

La tarde para Él Mató siguió con el clásico coro de “Ohhh / Vamos Él Mató”, adentrándose en los golpes de “Terrismo en la Copa del Mundo” con Nina Suárez para cantarla así como en la reedición de su álbum debut.
Otro punto alto de la tarde/noche fue al momento de interpretar “El mundo extraño” y “Ahora imagino cosas”, canciones del anteúltimo disco La Síntesis O’Konor, más que por la banda por la energía de la gente: tumultos cayéndose y un desconcierto generacional saltando en una misma dirección.
Con el final del quinteto, de la figura del indie rock pasamos a la figura del indie pop: Conociendo Rusia apareció repentinamente, iniciando con “Jet Love” y mostrando una banda con una confianza ciega en sí misma.
El Ruso, activo, pedía cantar y agitar tema a tema. “Cinco horas menos”, otro tema de su último disco, fue la continuación del inicio de la banda. La voz de Mateo tuvo su gran momento en la noche cuando sonaron los clásicos “Otra oportunidad” o “Loco en el desierto”. No solo fue su momento, sino también el de la gente: entre los coros se podía ver la multitud sin espacios entre las personas.

Sujatovich realizó un interesante vaivén entre Jet Love y Cabildo y Juramento, pero entre este juego tenía una sorpresa homenaje. Por la mitad de su show, interpretó “Rezo por vos” de Luis Alberto Spinetta. Un tema obligatorio para la audiencia del Quilmes Rock que bien fue entonada por todos los espectadores. Una caricia a uno de los iconos más grandes de nuestro rock.
Con un abrupto final, Mateo tenía para cerrar “Cabildo y Juramento” y “Quiero que me llames”, este último muy agitado por toda la banda, pidiendo y cantando organizando una marea de aplauso para un épico cierre.
La influencia de generaciones
El escenario PopArt tenía una sorpresa para darnos. El homenaje a Rosario Bléfari iba a estar cargado de emociones pero lo previsible era corto a comparación.
Para este homenaje íbamos a tener tres partes: Suárez como primera parte (media banda original y la otra por Nina y Gustavo Monsalvo), Rosario como solista donde Nina iba a estar sola y por último la reversión de Sue Mon Mont con formato original.
Para la primer parte tendríamos de invitado a Gato de los 107 Faunos para cantar “Morirían” y Santiago Motorizado para cantar “Río Paraná”, dejando en claro la influencia musical sobre el indie local, que también se notaba entre el público, en donde estaban los integrantes de varias bandas del lineup apreciando este momento.

Para el siguiente acto, nos encontraríamos a Nina sola, con su guitarra para cantar un par de canciones de su madre. La selección fue “Hoguera” y “Convicciones”. Ambas interpretaciones solemnes y un nivel altísimo de voz. Una melodía que dejó al público con la sensación de ternura y emoción atravesada mientras imágenes de la vida de Rosario eran proyectadas en las pantallas: películas, clips o simples recortes.
Para la última parte, Sue Mon Mont fue lo más ruidoso y viajero. Con canciones ruidosas como “A tu ritmo” y “Entre la multitud” a otras más armoniosas como “Besos”. Otra vez veíamos a Gustavo Monsalvo siendo eje fundamental de este ida y vuelta, fuerte y preciso o armonioso y rítmico.
Guerreros de lo autogestivo
Mientras se realizaba el homenaje a Rosario Bléfari, el escenario Geiser era sacudido por los ritmos mendocinos de Mi Amigo Invencible, con esa calidad que los caracteriza y, quizás apurados por el reloj, una catarata de temas disparados desde el escenario.
Casi sin espacios entre tema y tema y con la improvisación como herramienta para interactuar Mi amigo invencible llevó adelante un espectáculo ordenado pero lúdico. Los clásicos como “Fósil” o “Desayuno intercontinental” se fueron mechando entre los últimos lanzamientos. Entonces así teníamos un variado bailable, a un Mariano que mientras tocaba incitaba a su gente a saltar o aplaudir.
El éxtasis de la noche fue cuando recordaron los diez años de La danza de los principiantes con “Edmundo año cero” y “Máquina del tiempo” con Mariano avisando: “Se vienen algunas sorpresitas, algunos festejos”. Obviamente que de estos clásicos no se puede bajar pero siempre hay forma de seguir: se permitieron cerrar con “Acto de fe” a pura fiesta en un escenario chico pero acogedor.
Sin movernos del lugar, nos esperaba Viva Elástico, con un enigmático show, ya que habían anunciado en redes, sorpresas, cover e invitados.
Con un comienzo algo dificultoso técnicamente, los Viva se pusieron el show al hombro y a puro aguante comenzaron con los clásicos hits de entrada: “El dato” y “Complejo adolescente” fueron los dos puntazos para ir ganando confianza.
De a poco se iba copando de gente que pudo ver la versión de “Todos los problemas” con Mariano di Cesare (MAI) como invitado, en medio de una danza de ambos personajes que se transformó en un abrazo para finalizar el tema. Un juego de luces potentes nos cegaban y volvíamos a ver a nuestro protagonistas bailando y hasta chocando entre ellos.
El final sería un espectáculo de Ale Schuster luciendo unas alas negras, las mismas que lucen en su último clip “A veces casi”. Entre aplausos y gritos, Viva Elástico había dado vuelta un show difícil en una ovación hacia nuestro héroe de la canción, cerrando las cortinas del día 2 del Quilmes Rock 2025.