Indie Club charló con Mariano Di Cesare y Arturo Martin sobre Arco y flecha, el noveno disco de los mendocinos.
Mi Amigo Invencible es de la bandas pilares para el indie si miramos atrás hace varios años como también si nos paramos en la actualidad. Su noveno disco es Arco y flecha, luego de lo que fue Isla de oro (disco del año del 2022)
Esta nueva placa viene a ser otra de sus tantas mutaciones que vienen teniendo disco tras disco, desde su producción más pulida comenzada en Dutsiland (2019).
Mariano Di Cesare y Arturo Martín hablaron con Indie Club sobre su nuevo trabajo, el proceso que llevo hacerlo, su sonido, los riesgos que trajo y sus constantes transformaciones e influencias.
– ¿Cómo decidieron su próximo paso luego de Isla de oro?
Mariano Di Cesare: Antes de terminar Isla de oro (2022) ya estábamos pensando en el disco siguiente, así como ahora estamos pensando en el disco que se viene. Es parte de una rueda que no para de girar en realidad. Es natural en nosotros saber que tenemos que estar grabando un disco nuevo. Empezamos a girar con Isla de oro ya sabiendo que iban a pasar más de dos años girando con un disco nuevo, una banda que necesita estar renovándose constantemente al tener tantos años.
La necesidad de tener un disco nuevo nació naturalmente en nuestra sala cuando empezamos a improvisar en ensayos canciones nuevas y de repente había cosas que nos gustaban y dijimos: “che, empecemos a grabar”.
Este disco también nació porque me trajeron un piano a mi casa. Un piano usado que en realidad era de un arquitecto que tenía que sacarlo de su casa. Y un amigo me dijo: “che, este tipo regala el piano”. Solo tenía que pagar el envío. Lo llevo a mi casa, hice así: (empieza a tararear y tocar algunas notas en el piano a su lado) “Ya bebí de más”… “Lejos de todo” era. Y es así, dije: “Esto es re fácil”. Llamé a los pibes y les dije vamos a hacer un disco. Después vino todo el desarrollo, que duró un año que no fue nada fácil,
– ¿Ese desarrollo se sumó a la gira de presentación de Isla de oro (2022) y ¡Tierra a la vista! (2023) ?
MDC: No, la verdad es que para este disco, a diferencia del resto de los otros, lo tomamos como un paréntesis de los shows para poder dedicarnos a grabar bien el disco. Cosa que antes no podíamos hacer. Nosotros grabamos los discos en nueve, diez, quince días. Este duró un año. Así que eso también tiene bastante de particular este disco
– ¿Cual es la mayor diferencia que encontraron?
Arturo Martín: Un año de pensar, hay un montón de diferencias. Estar ahí probando más o menos, es otro ejercicio. No sé si son comparables.
MDC: Las ideas se van procesando de una manera muy distinta. Sin embargo, el resultado es el mismo porque quedás conforme o disconforme en cualquiera de los dos procesos. Siempre vas a escuchar cosas para mejorar porque es infinito esto. A la vez, pudimos procesar mejor algunos detalles que quizás antes los soltamos y no nos quedábamos conformes y ahora tuvimos más tiempo para trabajar. Grabamos una canción y durante un mes, dos meses estuvimos yendo y viniendo, dejando pasar los días. Las ideas se van asentando y procesando. Tenés más tiempo para escuchar. Darle tiempo sobre todo, es muy importante. A veces el arrebato de lo inmediato está bueno, pero lo hicimos en los ocho discos anteriores, en este nos dejamos llevar más que nada por la decantación de las ideas.
– El sonido de los singles del disco los sentí un poco más electrónico que el pop tradicional de Isla de oro. ¿Qué cambió para que tomaran ese camino?
AM: El productor (Mariano Otero), el enfoque de las canciones, las diferencia con uno del otro. Cada uno tenía su visión y las canciones mismas van dictando qué material necesitan para nacer.
MDC: En Isla de oro grabamos de una manera más cruda. Todos los instrumentos estaban armados en la sala, las baterías que se grabaron son las que se escuchan. La mezcla que se hizo en Uruguay fue analógica. En cambio acá este proceso fue distinto. Hubo muchísimo más intervención digital en las baterías, en las voces y en las guitarras. Estábamos buscando un sonido un poquito más hifi que otras veces. Entonces, inevitablemente pasamos por esos procesos más digitales. Entonces, quizás ese sonido suena así. Nosotros fuimos a buscar un sonido, quizás canciones más clásicas o más redondas y lo que nos salió fue que sea más pop, que no era nuestra búsqueda, sin embargo, nos encanta todo lo que sucede porque es parte del proceso que te sorprenda.
– Tomar un riesgo a la novedad.
MDC: Sí, siempre estamos tomando riesgos. Esta vez fue cambiar de piel extremadamente, ser otros. Ese fue el riesgo más grande que tomamos. Antes era musical, experimental y sonoro. Ahora, esta vez era jugar a ser otros. En realidad yo pensaba este disco como cuando me voy a bañar y canto canciones clásicas, de Los Decadentes, de Leonardo Favio, Creedence. Queríamos llegar a ese tipo de canción. Cantar una canción, para hacer eso que somos una banda mucho más experimental sonoramente. Nos gusta mucho lo instrumental y tuvimos que cambiarnos de piel para llegar a ese lugar.
AM: Sí, la decantación es un término más que válido porque lo que pasó en el año que se grabó el disco no se estuvo grabando día a día. Si no se grabó el comienzo y se empezó a a restar, entonces la decantación es más que válida porque las canciones nacieron después de que hicimos todo lo que somos nosotros y el productor dijo: “No, esto no, esto no, esto sí, esto no, esto va de nuevo, esto así, esto no, esto no” y empezar de nuevo. Entonces era quitar, quitar y quitar y creo que esa síntesis es nuestro entendimiento y construye lo popular. La canción que uno puede recordar es porque es algo simple, sintético, que habla tu idioma.
– Están hablando de una produccion, de Mariano Otero, que le gusta intervenir. Nunca repitieron un solo productor en sus anteriores trabajos. ¿Cómo fue el trabajo en este disco?
MDC: Siempre necesitamos a un capitán que no sea ninguno de nosotros. Necesitamos alguien que nos dirija porque somos seis y son muchas ideas juntas. Y eso no es tan sencillo. Nosotros somos muy buenos para traducir ideas, pero para poner ideas, se te rebalsa el vaso. Alguien que nos guíe desde afuera, porque si no estamos todos mirando desde adentro y desde adentro no se hace el arte. Se hace desde dentro y de afuera. Y el afuera es muy difícil.
AM: Hay que componerlo ese afuera. Se diseña, se plantea y puede fallar. Te pueden salir bien o mal las elecciones en el camino. En este caso, con Mariano, la elección y el plan fueron uno y se fue avanzando a través de él y el resultado es el que escuchamos. Después pasó de todo en el medio pero eso era parte de lo que necesitábamos hacer para hacer algo distinto.
MDC: El hecho de que otro dirija se vio muchísimo esta vez. Imagínate que en algunas sesiones estábamos Nico (Voloschin) y yo, que somos los dos guitarristas, y llamamos a otros guitarristas a que vengan a grabar sus guitarras porque teníamos ganas de que sea otro color, que no sea el que nosotros ya conocemos. En este experimento de disco, ni el gusto participó, lo que nos gusta era lo que determinaba. Para nosotros, jugar a tirarnos al vacío fue el riesgo que tomamos en este disco.
– ¿Hubo una constante experimentación?
AM: Sí, ese es nuestro rol. Traducir y aportar esa experimentación y dejarte atravesar por lo que los otros proponen porque cuando alguien viene y te dice: “¿pero por qué no hacemos esto?” y vos después lo reproducís, lo tocás, vos estás madurando, estás creciendo. Y eso te pone en otro lugar nuevo.
En Isla de oro hay mucha luz, es muy postpandémico también. En los sencillos de Arco y flecha se noto también, pero aportando una parte de liberación, salir de una zona.
MDC: Escaparse. Uno de los sentidos que le doy yo, porque no hay ningún sentido definido, es que estamos en un estado de constante supervivencia en una tierra salvaje. Entonces es medio escaparse para protegerse, pero siempre estar siempre acompañado.
AM: Es interesante cómo se ve planteando a los dos, Isla de oro con la luz y el hogar, lo íntimo. Y ahora Arco y flecha tiene que ver con salir y la supervivencia. Creo que hay un relato ahí muy orgánico que tiene que ver justamente con eso. Con no repetir las cosas. El anterior disco fue luminoso para nosotros. Y este disco nuevo, si bien tiene eso para mí recontra marcado, pero tiene un poco lo postpandémico, lo de salir a la calle y nos encontramos con una mierda y está cada vez peor. Entonces, bueno, vamos a combatir esto con más amor. A la luz de Isla de oro le sumamos otro farol, es una búsqueda constante de estar sobreviviendo a esto que nos pasa.
– ¿Y cómo se llevan con la realidad y el contexto social?
AM: Yo creo que no atraviesa nuestra música pero sí a nosotros, naturalmente. Tenemos una barrera muy grande, sobre todo Mariano que trabaja muy bien para que la realidad no atraviese del todo el lenguaje.
MDC: Yo quiero que las canciones sean atemporales y que puedan persistir en cualquier momento de la historia. Sin embargo la antena del presente está encendida. No es que estamos trabajando sobre sentimientos inexistentes, son traducciones de sentimientos que están atravesado por el presente.
– Hablan de la atemporalidad y ustedes tienen esas canciones que resisten al paso del tiempo.
MDC: Lo intentamos. Es lo que es lo único que por lo menos trato de pensar al escribir. Tengo cierta obsesión con la inmortalidad, me gustan esos personajes, me gustan esas películas, esas figuras históricas y culturales de vampiros. Y me parece fascinante. Eso que atraviesa en el tiempo, la trascendencia y demás. No sé si creo en la reencarnación, pero creo que hacer canciones es un poco jugar a eso, poder modelar el tiempo a tu favor.
– Hay algo que estaba mencionando antes sobre las letras de Arco y flecha. En los nombres de los temas hay caballos, colinas, más referencias a la naturaleza… Siempre tuvo esa narrativa la banda, ¿qué conexión tienen con el aire libre y la naturaleza?
MDC: Obsesión, venimos de las montañas nosotros. Venimos de la ciudad de las montañas y es bastante romántico.
AM: No sé si directamente por esto, pero viviendo en la ciudad el estímulo viene de lo que no tenés, de lo que anhelás, del deseo. En mi imaginario, el caballo me remonta más a Mendoza que acá o cosas así.
MDC: Como Atahualpa Yupanqui decía, que cuando se iba de gira y extrañaba su casa en la Pampa, cerraba los ojos y recordaba su caballo. Es una forma siempre de volver a casa. Nunca me fui a mi casa, yo siempre digo mi casa a la de Mendoza y no vivo ahí hace quince años. Me parece hermoso. La naturaleza es el elemento que más novedad tiene, es la única que existe. No es digital.
– ¿Qué tipo de influencias tuvieron para este disco, desde el sonido y la estética?
MDC: Las mismas de siempre. La influencia es medio lo que no querés escuchar ni consumir.
AM: La influencia viene justamente de esas cosas, la naturaleza o de las cosas que sentimos auténticas que Mariano puede poner sobre la mesa entre los seis que estemos cómodos. Las tapas de Mi Amigo Invencible no son fotos nuestras, las letras no hablan de nuestros amores o nuestros desencuentros, hablan de lugares o personajes imaginarios. Las tapas de los discos plantean que están ligados a la naturaleza por lo general, a personajes ficticios que están ligados a algo que no tienen que ver con la humanidad. Mariano encontró una forma de hablarnos a nosotros, a la banda y después hacia afuera que nos encanta. Te pone en un lugar de mucha más apertura y creatividad porque no está condicionado ni por tu imagen ni por lo que vos pensás. Es ser otro por un rato.
MDC: Hubo algunas canciones, algo del cine y la literatura, siempre están presentes un montón de libros, poesía nacional, sobre todo contemporánea.
– Ya son muchos años de la banda ¿Qué los impulsa a seguir?
AM: En mi caso, son tantos años que no sé y no quiero hacer otra cosa.
MDC: Yo te iba a decir eso. No sabemos hacer otra cosa. No queremos hacer otra cosa. Hay gente que nos va a ver a cada ciudad a la que vamos y eso es una suerte y un privilegio que queremos seguir abrazando.
AM: Un trabajo de muchos años que hay que abrazar y que somos los dueños de nuestra propia historia.
– Para terminar, además de ser su último disco, el arco y la flecha tiene muchos significados. Puede ser amor, equilibrio, fuerza. ¿Qué significado le dan ustedes?
MDC: Cómo se dice… Pum, al grano. De flechazo, concreto. Simple, porque es una flecha, es simple, sin vueltas. Arco y flecha. Directo.
AM: Con un arco, ¿qué se puede hacer más que tirar una flecha? ¿Qué puede hacer una flecha sin el arco? Es un elemento que uno sin el otro no sirven para nada, y con los dos juntos podés ganar una guerra.
MDC: Simple y directo.