
Lisa María lanzó el rework de “Sólo aire”, su primer sencillo
En este rework, el ambient etéreo que emana la versión original de “Sólo Aire” se torna sutilmente más deep y festivo, sin perder la esencia suave y minimalista.
Lisa Cerati se abrió paso como solista este año con un repertorio que transmite calma y suavidad desde el gesto íntimo. Apenas con estas cuatro primeras canciones, adelantos de su disco: “Sólo aire”, “Sentimental” y “A mi nube”, Lisa María siembra su identidad por fuera de las repeticiones y excesos hiteros, abrazando la sutileza y la profundidad emocional.
Presentándonos canciones con la esencia del vibrar entre nubes y la introspección como eje narrativo, Lisa se planta a tiempo controlado, con aire y espacio para dar lugar a la autenticidad que nace del gesto íntimo. La conciencia emocional- la cual no escapa a la contradicción-, abraza el minimalismo sonoro de sintetizadores delicados y suaves capas etéreas.
Siguiendo este estilo minimalista de capas suaves, este rework es una resignificación sutil que lejos de sobrecargar la versión original de “Sólo aire”, mantiene su esencia etérea de sintetizadores delicados dándole al sonido indie pop un giro más cercano al house. Si bien, la introspección y los tiempos lentos aún generan un ambiente liviano y sensual, el clima envolvente de ensueño se vuelve sutilmente más deep y nocturno.
El rework fue producido por Capri, pseudónimo artístico de Ariel Aguisky, quien anunció que se vienen futuras collabs con la artista. Un dato que muchos recordarán, y da cuenta también del ida y vuelta y la construcción de vínculos entre artistas, es que el icono del rock y padre de Lisa María, Gustavo Cerati, ha colaborado en Gamma Pop, disco solista del productor.
Aún a sus 29 años y con una trayectoria propia como DJ, viniendo de una familia de artistas -siendo hija, nada más ni nada menos, de Gustavo Cerati-, las comparaciones son inevitables. En sus canciones podemos encontrar reminiscencias a Soda, aunque éstas se usan sólo como materia prima-influencia que Lisa María resignifica y transmuta en una identidad propia. Desde el gesto íntimo, Lisa deja una estela delicada que perdura suspendida en el aire y hace de ello un estilo propio.
