Con una estética deslucida, la cantante y actriz se resiste a la imagen idealizada y apuesta una vez más por configurar un sonido propio.
Hace mucho que Juana Rozas tomó distancia de los géneros con los que inició su carrera artística. Si bien el r&b y el pop están en su ADN musical y, de alguna manera, gestaron su fase experimental, hoy se ocupa de lo que la incomoda, la perturba y la remueve, para hacer canciones con un sonido moderno y alternativo.
De esa manera, la joven vocalista lanzó “Un ángel”, su nuevo sencillo, una canción presentada en un videoclip de poco más de tres minutos en el que Juana despliega toda su vocación de actriz. Su capacidad de expresión y su gestualidad acompaña el concepto de la canción.
“Un ángel”, producida por Jerónimo Samper y la propia Juana Rozas, es el segundo adelanto de su nuevo álbum Tanya, que a la vez, al igual que lo hizo con Vladi, saca a la luz a una nueva personaje de su personalidad multifacética. Con un estilo electropop que juega con ingredientes rockeros, la canción es caos, descontrol, una deformación de géneros que desentona frente a la escena chill independiente.
Juana no tiene miedo de explorar estilos, géneros, místicas y estéticas. Su material más reciente busca desbordar los moldes y ocuparse de las cuestiones que dan vueltas en su cabeza. En esa línea, termina siempre desviándose de lo que se espera, tal como sucedió con “Tanya loca”, su primer adelanto del disco que sacará proximamente.
En esa oportunidad, su voz angelada respaldada por una lírica sensible, se desentiende de la Juana del delirio rave. Ahí, se la percibió más reflexiva, con una estética que simula haber salido de una pintura. La cantante reparaba: “Yo ya estuve loca / y ahora más”.
“Un ángel” discute con las apariencias e intenta disolver la imagen idealizada: sugiere un antagonismo a los elementos característicos de esta era, de imágenes pulidas, armoniosas y uniformes.
En esa línea, la puesta del video se opone al “ángel” que ella niega ser: desde el maquillaje hasta el vestuario, Juana se ve ajada, deslucida. Las sombras le oscurecen la cara y se la ve gótica, desfigurada, muy lejos de la paleta de colores que se vio en “Tanya loca”. El escenario simula ser un afterparty desértico, los objetos se van quebrando, algo se deshace, y se resiste a ser vista como un “ángel”: “Pero lo que no sabe es que adentro estoy toda rota / y que por dentro estoy llena de odio y paranoia”, devela en el estribillo.
Escuchá “Un ángel” de Juana Rozas y más lanzamientos del 2024 en nuestra playlist de Spotify.
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