Los mendocinos despidieron Guandanara a puro baile en Cultural Vivo. Una fusión de cumbia, indie, reggae y funk que promete seguir así en su ya anunciado segundo disco.
Cuando Pappo dijo “los países que caen en desgracia escuchan cumbia”, Argentina estaba en plena depresión del 2001. La crisis socio-económica había dejado a la clase baja -la que escuchaba cumbia- en la ruina y había ampliado la división entre clases sociales y sus gustos. Históricamente, este género nacido en Colombia era escuchado en su mayoría por la gente de menos recursos y por eso siempre había sido visto como algo de mala calidad o de poco valor.
Previo a esta crisis, en la década menemista, el público de la cumbia se fue ampliando gracias a la importancia que el gobierno le empezaba a dar a figuras como Ricky Maravilla, Pocho la Pantera o Gladys “La Bomba Tucumana”. Esto hizo que cierto sector de la clase media pueda asimilar la cumbia desde un lugar más caricaturesco, mientras que otro más asociado a las clases altas la rechazó todavía más. La debacle del inicio del siglo XXI agigantó la grieta, dejando incluso nuevos géneros más marginales, como la cumbia villera, nacida en las zonas más humildes de Buenos Aires.
Hoy en día, los géneros musicales son como stickers borrados por el paso del tiempo, sin colores políticos ni pertenencias culturales. Y eso Gauchito Club lo entiende muy bien. El septeto de Mendoza no duda en plantar bandera en la cumbia y desde allí pasar por otros estilos musicales siempre y cuando el baile los mantenga vivos. Así es que en Cultural Vivo decidieron dedicarle una fiesta gigante de despedida a Guandanara (2018), su disco debut, para empezar a grabar el siguiente.
Tal y como abre el álbum, “Ay chinita” fue la primera canción del setlist y el público se prendió a la bailanta. En una versión más funky que la de estudio, las voces de los hermanos Sasha y Gabriel Nazar estuvieron bien arriba de la gigantezca base musical: batería, percusión, bajo, guitarra y saxo. “El visto” le siguió casi inmediatamente, con una de las mejores letras de la banda: “Tengo que comprender / que abrir la puerta / es más fácil que salir / cuando estaba abierta”
Las botellas de vino se veían bien en alto mientras la banda tocaba y luego bajaban, para ser besadas entre los fugaces silencios entre temas. De su EP Vivo en la playita (2019), grabado en la precordillera mendocina, sonó “Volver”, el mashup que toma la letra del tango de Gardel y la pega sobre la armonía del hitazo de Eminem “Lose Yourself”. todo meticulosamente arreglado sobre una base de reggae.
El centelleante logo de Gauchito Club ya estaba en la pantalla cuando empezó “The king of achuras”, el primer single del grupo lanzado en diciembre de 2015 (que cuenta con un particular video en un supermercado), en lo que fue uno de los puntos altos de la noche.
Promediando el show llegó “Encendedor“, el último single editado por Gauchito. El cambio de clima se sintió cuando el septeto se hizo dúo, dejando a los dos cantantes para protagonizar esta balada triste de ruptura, cantada por ambos y tocada en la guitarra por Gabriel. Debajo de las luces naranjas, volvieron al escenario uno a uno los integrantes para cantar todos juntos el último estribillo, casi como si fuera un canto de liberación.
La última nota en la guitarra coincidió con la primera de “La pibita”, el tema más esperado de la noche, que cuenta con más de un millón de reproducciones en Spotify. El colmado recinto palermitano cantó de principio a fin este combinado de cumbia sin percusión y rap clásico con versos intercalados.
La despedida antes de los bises fue corta. El primer tema al volver fue un cover de El Retutu, “Hoy volví a verte”, del cual hay una versión en Youtube. La canción, originalmente muy cumbiera y popular en 2011, cobra un lado más hiphopero en la versión de los mendocinos. La coda del recital fue, haciendo un guiño al público, con “El último baile”, último track de Guandanara.
De esta manera, Gauchito Club demostró que la sociedad es muy distinta a la de hace veinte años atrás. Así como la visión del género asociado a masculinidad o feminidad está siendo revisada por la sociedad de hoy, lo mismo pasa con los género musicales. Es que a esta sociedad ya no le interesan las preguntas binarias, ¿sos hombre o sos mujer? El espectro parece ser mucho más vasto del que creíamos, ¿hacés cumbia o hacés rock? Embanderarte debajo de un género musical parece anticuado y Gauchito es un claro ejemplo de que lo mejor está en la mezcla.