El Illya Kuryaki se reunió con los Bandalos Chinos para dar nueva vida a su emblemático “Llamame” con un estilo acústico y amiguero.
“Llamame” es la colaboración que nadie se esperaba pero que resultó de mil maravillas. Los agudos de Goyo, acoplados a la voz de Horvilleur, dan a esta nueva versión ese aire fresco y jovial tan característico del grupo de Beccar. Fuera de toda discusión, la dupla funciona a la perfección y escucharlos implica revisitar el clásico.
Esta nueva versión de “Llamame” comienza y termina con reflexiones de los cantantes al respecto de la música. Sobre un escenario campestre, los Bandalos montan un acústico alrededor del cual Hourvilleur y Goyo despliegan sus voces. Hay buena onda en el aire, lo que podría ser una juntada de amigos en la quinta; hay una química imposible entre ambos.
El sexteto que sale de presentar su último disco, Paranoia pop, tuvo distintas presentaciones en el brevedad de las libertades sanitarias. Sin parecer abrumados por las nuevas restricciones, dan lo mejor de sí al colaborar con uno de los músicos más influyentes de la última generación. Quizás en un intento de reponer todo lo que no podrá ser, esta versión de “Llamame” comprime toda la energía de la original pero la catapulta al compartir las voces y presentarse acústica, un formato mucho más íntimo y cercano.
El tiempo pasa pero no hace mella en el talento de Horvilleur. Quien supo marcar un antes y un después con el inolvidable Illya Kuryaki and the Valderramas, en dúo con Dante Spinetta, se mantiene siempre vigente y parece apoyar a la nueva camada de artistas que cada día más hacen suya la escena nacional. Como ícono de la vanguardia que es, no cabría esperar otra actitud de su parte.
La idea de reinterpretar “Llamame” se explica citando a Goyo en la introducción del tema, “la música que resuena donde la necesitan”. La música es eterna y está para quien la necesite.