Entre ruido y melodías pop, la banda estrena su álbum homónimo donde encuentran nuevas influencias y hablan sobre el amor, ansiedad e incertidumbre en el mundo actual.
El Club Audiovisual lanzó su segundo disco, de título homónimo, donde conserva su sonido pero lo mezcla con nuevas influencias. Luego de Ya no estamos tan solos, su primer LP de 2020, la banda llega con nueve canciones llenas de versatilidad que dan como resultado su trabajo más sólido hasta la fecha. El Club Audiovisual es la evolución del sonido de la banda y nos lleva a nuevas perspectivas y miradas antes no vistas.
“Qué más puedo hacer?” es una elección perfecta para empezar el disco. Un comienzo ágil y simple que desencadena en guitarras y la batería como base de esta velocidad. Este inicio detalla mucho de lo que es El Club Audiovisual, guitarras ruidosas que se entremezclan con melodías pop muy bien cuidadas. En un tema que habla de la disconformidad de vivir en el mundo actual, que te cobra todas las fallas. La velocidad en el sonido, como los tiempos, son importantes: “Me siento mal, miro la pared / quiero llorar y desaparecer / me desespero, entró a correr / no aguanto más en este mundo cruel”.
El disco sigue con una síntesis de esta idea para salir en la divertida “Idas y vueltas”. Toma como eje un loop que desembarca en un explosivo cierre: “Idas y vueltas sin parar / qué tan difícil es llegar al final / idas y vueltas sin parar / qué tan difícil es llegar al final”.
“Una canción” es la colaboración de la banda con ODD MAMI, en donde la batería electrónica y el sinte toman un lugar importante. Por momentos es un punk rabioso sobre el amor más meloso posible, una muestra de la versatilidad que buscaba El Club en este disco: “Voy a escribir / una canción de amor / como la que hablábamos el otro dia / en tu casa / y en el auto”. ¿Quién no ha querido saber cómo es conocer el mundo del otro? El Club Audiovisual lo resuelve diciendo que no hace falta esconder los sentimientos detrás de una canción. La banda celebra el amor en este tema y lo pone por arriba de todo para generar esas sensaciones.
En un mundo donde se pregona por las responsabilidades individuales y el nerviosismo latente por los fallos, El Club canta sobre hacer lo que uno quiera y más que nada, lo que te dicta el corazón. Cuenta con un pop sonico muy crudo que te golpea la cara.
El disco continúa con la movida “Disimular”, en la cual se remiten a los intentos y sueños fallidos con un final de guitarras más pesadas que las antecesoras. Luego, nos hacen bailar en la sensual y psicodélica “Dulce”.
“Madrugada” es la más reminiscente a sus anteriores trabajos. Crea ambientes noise que hipnotizan al que escucha gracias al sonido agresivo de la guitarra y la batería. Ésta nos habla del vacío que nos dejan las relaciones y la busqueda interminable de estímulos que llenen ese lugar: “Por las noches voy buscando / un atisbo de pasión / que me saque de mi casa hoy / y me lleve a donde estás vos”.
Llegando al final del trabajo, nos encontramos con la cara más vulnerable y emocional de la banda con “Confundido por cosas nuevas” y “Si estás escuchando”. La primera es una balada shoegaze muy reflexiva. Con una interpretación muy emocionante, relata una introspección luego de una relación rota y que no se pueda arreglar: “Otra vez / todo ya se fue y no volverá / debo seguir igual / las cosas buenas / ya llegarán para mí, para mí”.
“Si estás escuchando” busca entre la dulzura y la fragilidad la respuesta a una pregunta: “¿Te importaría escucharme o no?”. Si “Una canción” celebra el amor, esta nos hace ver el lado del deseo de una conexión y atención. “Estoy preguntándome / si hay alguien afuera escuchando”.
La producción de El Club Audiovisual estuvo a cargo de Estanislao López y El Club Audiovisual (y Dayvan en “Una canción”). La grabación y el mix fue realizado por Estanislao López en Estudios Unísono, mientras que el master fue hecho por Eduardo Bergallo y Sr. Warrior. Editado por Casa del Puente Discos.
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