El indie tuvo su gran festival en Córdoba, y repasamos algunos de los momentos cúlmines que lo caracterizaron.
Juan Mango volvió a los escenarios para presentar 800 envolventes al sol
El cantante de Usted Señalemelo volvió a su faceta solista luego de más de un año para presentar su último disco. Con menciones a su familia y Vera Spinetta, su pareja, el artista se desenvolvió con una prolijidad anonadante en guitarra, caja de ritmos, sintetizadores y voz en simultáneo.
El beso de Zoe Gotusso y Santiago Celli
Esa pregunta, ese sueño de algunes fans fue siempre si había algo más que música entre les dos cordobeses que conformaban Salvapantallas. En su última presentación, no hubo precisiones, pero sí hechos: en el último estribillo de “Me conecto”, Zoe tomó a Santi por el cuello y le estampó un beso causando revuelo entre el público.
La entrada en moto de Juan Ingaramo
Mientras los Salvapantallas daban su último recital, en el escenario verde Juan Ingaramo daba muestras de su habilidad como showman ingresando arriba de una moto 110 al concierto. Como si nada hubiera pasado, lanzó al aire su saco y comenzó a entonar su último lanzamiento “Cuartefunk”, generando el baile en el público.
El cruce de escenarios de Joaquín Vítola
Durante los dos días del festival, los escenarios verde y púrpura estuvieron pegados, pero nunca con dos bandas en simultáneo. Esto ocasionaba que aquelles que esperaban a sus artistas en uno no llegaran a ver al otro. El vocalista de Indios decidió entonces sorprender con un cambio de escenario durante la segunda estrofa de “Geografía”. Aprovechando que su micrófono era inalámbrico, pasó al escenario verde y, mientras el staff de Bandalos Chinos armaba, le cantó a un público estallado en agradecimiento.
“El salto más grande del mundo” de Louta
Como ya nos tiene acostumbrades, Louta es una experiencia audiovisual interactiva. Siempre tiene una consigna para involucrar al público en sus conciertos, y el LNG no fue la excepción. Durante su anteúltimo tema, “Qué bien que estoy”, el artista hizo que absolutamente todo el predio se arrodillara en preparación para lo que él llamó “el salto más grande del mundo” mientras la música sonaba filtrada y a bajo volumen. Cuando ésta regresó a su tonalidad original, todo el mundo adentro y afuera del escenario se encontró saltando y causando una imagen impactante desde el cielo.