destruya buenos vampiros

Buenos Vampiros confirma su sonido y fortalezas en “Destruya!”

El segundo trabajo de los marplatenses es un ataque conciso de ocho cortes que navegan entre el post-punk, el goth y el dream pop.


Destruya!, el nuevo y esperado segundo álbum de Buenos Vampiros, confirma el poder de síntesis de la banda. En ocho canciones y poco menos de media hora -una escucha rápida y compacta, ideal para el replay inmediato- los marplatenses mixturan sus referencias e influencias de cabecera, destilándolas a su expresión más justa y directa. Es el sonido de un grupo que entiende sus fortalezas y sabe apropiarse de ellas: hay algo del tono angular y propulsivo del post-punk, un poco de melancolía goth, y una pizca de la atmósfera del dream pop. El entendimiento de qué funciona y cómo interpretarlo eleva al trabajo por encima de la media.

“Desmotivada” y “El perro” -dos de los cortes de difusión con los que la banda fue calentando los motores previo a la salida del álbum- dan el puntapié inicial entre ritmos pulsantes y punteos ágiles que se entretejen entre sí. Es un arranque electrizante, que contagia e invita en partes iguales: el grupo está enchufado, y lo muestra. A continuación, “No te metas” se mueve en similares líneas pero poniendo en foco la actitud y presencia de Irina Tuma, guitarrista y vocalista. “No me malinterpretes, no opines por mí / no sabés lo que pienso, no supongas de mí”, lanza con una rabia cercana al matiz confrontacional del Riot grrrl.

Por su parte, “Verano” coloca en primer plano a Ignacio Perrotta, también en guitarra y vocales. Su voz gélida, deudora de la tradición del barítono profundo y post-punker a lo Ian Curtis, se complementa a la perfección con la de Irina en esta canción -la suya ligeramente más aguda y urgente-, demostrando el poder de la dupla al juntarse. Pero es en los temas de corte más melancólico que Perrotta termina de brillar, como cuando encarna la figura del amante torturado en “Me paralicé” y “No nos podemos ver”, esta última uno de los momentos más intensos del disco.

El cierre de Destruya! es a lo grande, no solo la cereza del postre de la nueva placa sino también una de las más logradas composiciones del cuarteto hasta la fecha. “Todo el mal” se sumerge de lleno en el costado más agobiante y pesimista del grupo, trasfondo eficaz para la tragedia que toma poder del narrador. La atmósfera, lograda y opresiva, funciona a modo de metáfora sonora a la sensación de derrotismo que transmiten las letras: “No quiero que te sientas mal por mí / si yo tuve la culpa / de todo el mal en esta casa”, se lamenta Perrotta de manera desgarradora.

Destruya! no es necesariamente un disco expansivo sino una reafirmación de los dominios que el grupo conoce tan bien. Quienes disfrutaron de Paranormal encontrarán en esta nueva placa una secuela a la altura, una lógica extensión del sonido del grupo. Los nuevos al culto, por su parte, hallarán una puerta de entrada ideal: la esencia de los Vampiros está acá.

Podés escuchar Destruya! y más de Buenos Vampiros en Spotify.

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