Con un setlist especial y una puesta en escena única y despampanante, el grupo deslumbró a las más de 15.000 personas que tuvieron el privilegio de verlos.
Pasaron exactamente 32 años del lanzamiento de Pasto, el primer disco de estudio de Babasonicos. Hoy, después de más de tres décadas dedicándose a esto, siguen demostrando que son el pasado, presente y futuro de nuestra música nacional, siendo una de las mejores bandas de Argentina del siglo XXI. Este viernes en el Movistar Arena volvieron a confirmar por qué tienen este título con un show de dos horas, repasando su vasta discografía y trayendo una puesta en escena de un nivel altísimo, con visuales y luces a la altura de cualquier evento internacional.
Viendo el escenario se podía ver una estructura que rodeaba a la banda, como si fuera su propia trinchera. Ahí, se apagaron las luces, comenzaron a aparecer las visuales y Babasónicos dio rienda suelta a la noche comenzando con “Tajada”, su último single, y que funcionó como una especie de Bonus Track de Trinchera avanzada (2022). El primer pogo de la noche se lo llevó “Fizz” y, sabiendo todo lo que se venía en esa jornada, enseguida los de Lanús bajaron las pulsaciones por unos minutos con “La izquierda de la noche” y “En privado”. Con solo tres canciones pusieron a la gente a saltar, bailar y cantar completamente emocionados.
“Cretino”, “Sin mi diablo” e “Irresponsables” volvieron a encender el Arena, mientras que “El colmo” se sumó a la fiesta y terminó de poner en éxtasis total al público. Luego le siguió un bloque dedicado a Trinchera (2022) y ese sonido más electrónico y bailable que viene mostrando la banda en sus últimos trabajos, donde sonaron “Lujo”, “Anubis”, “Vacío” y el nuevo clásico de su repertorio: “Bye bye”. Una canción que puede activar desde un boliche en Buenos Aires hasta uno en Berlín.
Seguido de un himno como es “Risa”, Dárgelos dejó el escenario y se los entregó al resto del grupo para que se encarguen de cantar “Curtís”, donde Mariano Roger y Diego Uma se encargaron de poner la voz del tema. Aunque esa no fue la búsqueda, ese momento sirvió como un recordatorio amistoso que Babasónicos son todos los integrantes que la componen, y que no es mera casualidad que suenen así. Verlo a Roger en la guitarra estoico y serio, pero siendo jocoso con todos sus compañeros arriba del escenario te recuerdan que al final del día son un grupo de amigos que tienen un gran amor por la música.
Después de tantos discos, la lista de hits de Babasónicos es más que extensa, regalando muchísimos himnos que quedarán en la memoria popular argentina. Pero ese éxito rotundo hace que muchas canciones queden en el camino u olvidadas. Por eso, los de Lanús aprovechan sus shows en vivo para seleccionar alguna de ellas y tocarlas, reivindicándolas y llevándolas a lo más alto. En este Movistar Arena fue el turno de “Adiós en Pompeya” de su álbum Discutible, y “Tormento” y “Fiesta popular” de A propósito.
La misa sónica continuó con “Microdancing”, “Mimos son mimos” y “Putita”, que junto a “Yegua” y “Rubí” tuvieron un coro de 15 mil personas. La imagen era de unos fieles seguidores repitiendo las letras de Dárgelos como si fueran un mantra para la vida. Entendiendo el momento de la noche, el grupo siguió tirando el Arena por la venta con “Carismático”, “La lanza” y “Delectrico”, demostrando también el rock que llevan en la sangre. El cierre se lo llevó “La pregunta”, ya siendo una tradición en los conciertos de Babasónicos, y que en una simple frase marca la esencia de la banda: “Quiero que pensemos la pregunta / y que nos la dejen preguntar”. Una búsqueda incansable por mantenerse en movimiento y la pregunta constante de ¿qué sigue ahora? No por nada tienen más de 30 años de vigencia…
Para finalizar una noche magistral cantaron “Ingrediente”, “Cicatriz” e “Y qué”, el cual hizo que todos se fueran con las emociones a flor de piel. Así, la banda pasó por el Movistar Arena en lo que fue la primera de sus dos fechas, y volvió a demostrar porque tienen semejante grandeza dentro de la escena musical. Los solos de Mariano Roger, el histrionismo de Diego Uma y la sensualidad de Adrián Dárgelos perdurarán por generaciones. Los abuelos hablaron, los padres hablan y los hijos en cualquier momento hablarán de Babasónicos.