
Festival Mutante 2025: Crónica de un festival que crece y se enoja
Lagrimitas, El Nota, Máze, Buenos Vampiros y Winona Riders tomaron el escenario y lo convirtieron en epicentro de la nueva escena. Lo que viene suena como ellos y no tiene vuelta atrás.
El día de la primavera se contradecía a sí mismo con cada ráfaga de viento y cada chaparrón. Todo invitaba a quedarse en la cama hasta que muriera el domingo. Pero la convocatoria del Festival Mutante pudo más: en el Complejo C Art Media, se levantó un refugio para la tormenta, y no hablamos solo del clima.
El festival -como bien lo dice su nombre- muta, evoluciona, cambia. Esta vez, su última mutación lo volvió más agresivo. Las grillas de ediciones anteriores, con artistas pop como Mi Amigo Invencible o Santi Motorizado, contrastan con la actual, donde irrumpe el punk de Lagrimitas, las desgarradoras canciones del Nota o la actitud soberbia de Winona Riders, entre otros.
Lo que no cambió es lo que hace a este festival diferente al resto: las distintas propuestas innovadoras. Este año, además de los shows, se podía disfrutar de espacios para hacer arte con realidad virtual, un taller de serigrafía para llevarse estampas gratis y una feria gráfica finamente curada donde podías encontrar fanzines, cassettes, muñecos de porcelana y remeras desde El Club Audiovisual hasta Hermética.

A pocos minutos de las 18 hs, Lagrimitas arrancó la fiesta con una trompada punk tras otra. “No no no”, “No voy” y “Fiat de mierda” se sucedían uno atrás de otro avivando el calor del público que se amontonaba cerca del escenario. Para los últimos temas, subieron a tocar con ellas los Ultrasombra, aportando tonos más oscuros y profundos al punk crudo que las caracteriza.
Cuando la marea baja, se descubren tesoros. Ahí, esperando su momento, estaba Máze, de sonido más liviano pero con mucho empuje rockero, transmitiendo una energía fraternal desde el escenario a las otras bandas y al público, que los iba a despedir con “Olé olé olé / Maze, Maze”. El C Art Media se llenó en el medio de su presentación, a la par de que medio recinto cantaba el estribillo de “La distancia es fundamental”, que hoy sin dudas es su tema estandarte.

En su turno, El Nota subió al escenario a hacerlo suyo. Desde el arranque bromeó de manera cómplice con el público, que ya sabe de las suyas. Su show es mucho más que lo que retumba en los parlantes. El público se da cuenta que está ante un artista complejo, de varias capas. Detrás del frontman anárquico, hay un pibe de una ternura que se le escapa de las manos. Detrás de cada grito desgarrador, hay una letra llena de coraje.
Desde el escenario el Nota pide un pucho, y desde entonces las ofrendas a este santo pagano no dejarían de volar por un rato. “Desde La Matanza al mundo”, grita y se dispone a cantar “Como no cantarte a vos / lo caballero que sos / juro hasta me sonrojas / si no fueramos modernos nos gritarían homosexual”.

“Busco tu cara entre el ruido / me siento en el mundo perdido”, canta acapella nuestro antihéroe entre tema y tema, evocando a Korneta Suarez (Los Gardelitos) y exponiendo los orígenes del rock sudaka que lo vio crecer. Cerca del final del show, El Nota se emociona sobre el micrófono cantando “Lo Sinso”, para coronar el setlist con los clásicos “Inundado en su sangre” y “Quiero ser como vos”.
Pasadas las 21 hs, se subieron al escenario los Buenos Vampiros, de estilo gótico y sonido denso. “Paranormal”, “Caminamos” y “El perro” fueron las canciones elegidas para iniciar su show, y así siguieron, mechando canciones de Paranormal (2019), Destruya! (2022) y Entre sombras (2024).

El show estuvo cruzado por el discurso político: Lejos de esconderse, Mora Ramone salió de atrás de la batería y ocupó el micrófono de Irina para decir “Repudiamos todo lo que está pasando en el país” y seguir con una potente crítica al ajuste y la represión del gobierno de Javier Milei. Nacho Perrotta, por su parte, pidió por una Palestina libre y expresó su preocupación porque no estaba una bandera que la banda había colgado como muestra de apoyo a esa causa.
La banda marplatense cerró su presentación con “Me paralicé”, “Verano” y “No tengo idea” y, en el día que cumplían siete años tocando en vivo, anunciaron una fecha en Vorterix el 21 de noviembre para despedir el año en la Capital Federal.

El broche de oro lo puso Winona Riders. Con los chillidos de la guitarra de apertura volvieron a entrar cientos de personas, como si recién hubieran dado puerta, como si la noche estuviera por empezar. La ceremonia inició con “D.I.E. (Dance In Ecstasy)”, para seguir con “V.V.”, que se canta con bronca y escupiendo sangre.
Sonaron temas de su último disco, No hagas que me arrepienta (2024), como Hondart y Penetrame, como así también “¿Así que te gusta hacerte el Lou Reed?”, “No hay nada más en mí” y “A.P.T. (American Pro Trucker)”, del álbum El sonido del extasis (2023). La misa de Winona cerró con “Joel”, un himno de la banda del Oeste.
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