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El renacer oscuro de Blair en su nuevo álbum “Bar Scorpios”

Su segundo disco de estudio mezcla lo sagrado y lo profano, con sonoridades que van del pop oscuro al rock denso.


Blair reveló este 23 de abril Bar Scorpios, un álbum que marca un antes y un después en su carrera. Mientras que su primer trabajo, Llorando en la Fiesta (2022), mostraba una estética y un sonido más luminoso y directo, este nuevo proyecto se presenta como un universo oscuro, donde lo sagrado y lo profano conviven en tensión constante.

A través de una narrativa conceptual, la artista crea un personaje marcado por la soledad, la pulsión de muerte y una fe desgarrada, cuyo relato se entreteje con referencias religiosas cargadas de ironía, dolor y deseo. Desde el primer tema, “Sola (Intro)”, una plegaria sombría que se repite como canción de cuna, la cantante anticipa el viaje de quien busca sentido en lo divino, en los vínculos, en el cuerpo y en la devoción, pero no encuentra consuelo en ninguno de esos altares.

Lo que diferencia a Bar Scorpios de otras obras de pop confesional es la ambición narrativa y estética con la que la Blair envuelve cada una de sus canciones. La iglesia no es solo un escenario simbólico, sino el eje vertebral del disco: lugar de culto, refugio y condena. En “Intenté salvar a Dios” y “Nunca lo van a entender”, lo espiritual se cruza con lo corporal en un conflicto entre lo que se desea y lo que hiere. Con sonoridades que van del pop oscuro al rock denso, y hasta momentos teatrales casi sacados de un musical gótico, Blair convierte su álbum en un espacio de exorcismo emocional, donde no hay redención, pero sí mucha catarsis.

La colaboración con Mariana Enriquez en “Pecados brutos” eleva ese vínculo entre lo literario y lo sonoro, incorporando una capa de relato más cercana al terror psicológico. La artista no teme mostrarse monstruosa, ni desbordada: en “Carne viva” junto a Dillom y en “Padre muerto”, empuja los límites de la trama para hablar del deseo de matar, de sufrir, de dañar y ser dañada. Lo grotesco, lo oscuro y lo sangriento no aparecen como elementos shockeantes sino como expresiones de un dolor sin contención, que encuentra eco en los vínculos rotos y en un dios ausente.

Pese a lo elaborado de su concepto, la compositora no se queda en la superficie de lo performático. Hay una sinceridad brutal en temas como “Dejar de ser yo” o “Hombre roto” junto a Santiago Motorizado, donde la despersonalización, la vergüenza y la fragilidad afectiva toman protagonismo. Ahí el personaje cede paso a la creadora, dejando entrever que lo ficcional no es una máscara, sino una forma de explorar lo más íntimo. Cada canción parece escrita desde una herida real, sublimada con ingenio poético y musical.

Bar Scorpios no es solo un álbum, es una puesta en escena sonora y audiovisual donde Blair se consagra como narradora y arquitecta de su propio mito. En un año donde sobran los lanzamientos, este disco se destaca no solo por su propuesta artística, sino por el coraje de hablar de lo innombrable con voz propia. La historia que cuenta no es solo la de su personaje, sino la de muchas personas que alguna vez también gritaron en silencio a un dios que no respondió.


Escuchá Bar Scorpios de Blair y más lanzamientos del 2025 en nuestra playlist de Spotify.

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