El grupo de Akron convocó a Beck, Noel Gallagher y muchos amigos más para lanzar su esperado décimosegundo álbum de estudio.
Luego de Delta Kream (2021), un disco de covers, y de Dropout Boogie (2022), que pasó sin pena ni gloria, The Black Keys lanzó Ohio Players, un álbum que no solo mantiene la esencia de la banda, sino que también pega una lavada de cara a su sonido, creando un LP único y poderoso. Para este trabajo, Dan Auerbach y Patrick Carney decidieron convocar a todos sus amigos para componer juntos a ellos.
“Tuvimos esta epifanía: ‘Podemos llamar a nuestros amigos para que nos ayuden a hacer música’”, comentó Carney y Auerbach agrega: “No importa con quién trabajemos, nunca sacrificamos nuestra esencia. Sólo agregamos un sabor especial. Expandimos la paleta con la gente con la que queríamos trabajar”. Y sí que lo hicieron, ya que entre los convocados estuvieron Beck, Noel Gallagher, Dan “The Automator” Nakamura (Productor del álbum debut de Gorillaz), Greg Kurstin (trabajó como músico de sesión y músico en la gira de Beck, Ben Harper y los Red Hot Chili Peppers y produjo a Sia, Adele y Pink entre otros), Juicy J (más conocido por su colaboración en “Dark horses” de Katy Perry), Lil Noid, entre otros.
Además de la participación de varios colegas, la sonoridad del disco estuvo inspirada en las recientes fiestas dance de los miembros de la banda, logrando no solo que permanezca su esencia, sino también consiguiendo el sonido de una banda rejuvenecida. Ya en el primer tema “This is nowhere” se puede apreciar el sello de Black Keys, donde también se comienza a ver la mano de Beck, quien escribió la canción junto a ellos. Ahí abre con un bajo bien pesado y distorsionado, pero que poco a poco, mientras que van entrando las guitarras y las voces del dúo, se va volviendo una composición de indie rock más cálida, pero sin perder ese tono oscuro de trasfondo.
Luego “Don’t let me go” sigue con la línea rockera que tiene los Keys que te rememoran a ese blues de Memphis y que evoca el espíritu de canciones como “A horse with no name” de America y “House of the rising sun” de The Animals, que te trasladan por una escena de alguna vieja película western. Ya en “Beautiful people (Stay high)” en donde se puede notar con más claridad la mano de Beck, que trasladó a los de Ohio a su terreno y en conjunto crearon un tema de rock/pop coral que contiene esa esencia que tenía Hansen en su disco Colors. Los arreglos de vientos terminan de darle color a lo que fue uno de los cortes del LP.
Uno de los momentos culminé de Ohio Players es en “On the game”, donde Noel junto al dúo nos regala una composición épica digna del ex Oasis. Ya en las melodías y en la guitarra se puede notar la presencia de Gallagher. Además, este track estuvo acompañado por un video musical que contó con la presencia de Derrick Tuggle, quien fue la estrella del video del single de 2011 “Lonely Boy”, y de la leyenda skate Tony Hawk. Para “Only love matters” Noel aporta lo suyo, pero cede la batuta a los Keys, dando rienda suelta a una canción potente, alegre y cálida.
“Candy and her friends” tiene una estructura similar a “Clint Eastwood” de Gorillaz, siendo una canción que se divide en dos partes. La primera con el sonido indie rock característico de la banda, para una segunda en la cual el protagonismo lo toma las barras de Lil Noid. Igual, aunque el grupo puso una cuota de actualidad en su disco, no se olvidaron de las influencias que los trajeron hasta acá e invitaron a Booker T. Jones, fundador y líder del grupo estadounidense Booker T. & the M.G.’s y William Bell, otra eminencia del soul de los 70, a escribir “I forgot to be your lover”, una combinación de lo más puro del blues y el soul.
“Please me (Till i’m satisfied)” es lisa y llanamente The Black Keys. No hay vuelta que darle. De ahí ya pasan a “You’ll pay”, último aporte de Noel Gallagher y que también suma a Leon Michels en composición, un productor que ha trabajado con Norah Jones y Kali Uchis, entre otros. Por eso no sorprende ese trasfondo soulero que tiene el tema.
Ya para “Paper Crown” muestran una línea de bajo funky, un teclado bluesero y guitarras que le ponen la cuota rockera. Mientras que en una primera instancia brillan las voces de Carney, Auerbach y Beck, después la línea de bajo va hacia un ritmo hip hopero y deja brillar a Juicy J, donde los arreglos de viola lo acompañan magistralmente.
Ya llegando al final del disco aparecen los últimos dos aportes de Beck a Ohio Players: “Live till I die” y “Fever tree”. Dos canciones de rock en estado puro. El primero más potente y el segundo mezclado con la calma de una balada. Para el antepenúltimo tema “Read em and weep” podría entrar tranquilamente como el soundtrack de una película de Quentin Tarantino y el último “Every time you leave” son dos amigos que hacen música juntos desde 2001 despidiéndose de un álbum que no solo renueva el sonido de la banda, sino que también celebra la amistad.
A principios de esta semana, The Black Keys anunciaron la gira por Norteamérica en 2024 para presentar su nuevo álbum. Después de este tramo, también estarán en Europa para estrenar su nuevo show en vivo. Habrá que esperar para ver si los de Ohio extienden su agenda y pasan por Sudamérica.