La zigzagueante y larga noche combina trazos del alternativo de los 2000s con el groove del manso indie dejando el corazón en cada canción.
Tras cuatro años como banda -y una pandemia de por medio-, El Último Viaje a Neptuno lanzó su álbum debut, La zigzagueante y larga noche, tras lanzar dos EPs: su debut homónimo en 2019 y Verano perdido, en 2021.
El cuarteto inicia la travesía nocturna con “Descenso infinito”, un track introductorio que, como se ve en el arte del tapa de Mercedes Iorio, anticipa una tormenta especial, de tintes sobrenaturales. Un sintetizador que se nos cae encima hasta que llega “Noche azul”, primer corte lanzado el 15 de junio de este año. Con toques del manso indie mendocino de Pasado Verde en bajos y baterías, y guitarras más crudas a lo Cuentos Borgeanos, es el primer contacto -de varios en el disco- entre estas dos décadas.
“Cordillera”, el otro adelanto de la placa, también mezcla influencias de la primera década del siglo con guitarras de Estelares con coros tirando (sin llegar a tocar) al emo. La voz de Gaston Iorio tiene ese toque nostálgico y nacional que nos hace poder imaginarlo en un videoclip de Much o MTV.
El otro costado de los neptunianos se puede ver en canciones como “Eclipse” o “Domingo”, en donde domina el indie platense menos cuidado. La primera podría ser una canción de Pablo Kemper de Las Ligas Menores, mientras que la segunda tiene baterías y guitarras a lo Sonic Youth, pasadas por el filtro de Él Mató. En el medio se encuentra “Flashes”, que vuelve a juntar épocas confluyendo en un poprock a lo Smitten.
Ya para “Las islas” la copiosa tormenta se desató y la banda se pone noise y experimental. Golpes metálicos, guitarras bañadas en reverb y acoples traen la canción más industrial y no wave de La zigzagueante y larga noche.
El noveno y último tema del disco es “Anestesiado”, que arranca con un arreglo de bajo con un timbre acústico y eléctrico a la vez. Entre teclados setentosos, la letra habla de un mal presente y que la única manera de vivirlo es estar insensibilizado: “Cuando todo está mal / todos quieren opinar / pastillas para calmar / anestesiado”.
La zigzagueante y larga noche fue grabado, mezclado y masterizado en Estudio 434 por Walter F. R. Sosa, quien también coprodujo el álbum junto a El Último Viaje a Neptuno.