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Jazmín Esquivel: “Medianoche Radio Club es ese lugar al que quiero ir”

La música charló con Indie Club sobre su reciente segundo disco de estudio y abrió las puertas de su universo personal y sonoro.


Un café en el barrio de Saavedra fue el punto de encuentro para dialogar con Jazmín Esquivel acerca de Medianoche Radio Club y lo que significa este nuevo material discográfico en su trayectoria solista. Esta ubicación al norte de la Ciudad de Buenos Aires no es un lugar más, ya que es donde compuso, produjo, grabó e incluso tomó la anecdótica foto que se plasma en el arte de tapa del disco.

“Hay algo de los miedos que un poco te indican a dónde ir”, expresa Jazmín mientras hace referencia al despojo y enfrentamiento de sus temores para darle rienda suelta a la libertad y el disfrute. En su adolescencia, cuando recién terminaba la secundaria, un show de Sofía Viola en Ciudad Cultural Konex determinó un antes y un después y la llevó a dar comienzo a su camino como música: “Verla tan de cerca rockeando con una actitud de que nada le importaba me hizo un click y pensé en la posibilidad de tocar en vivo más allá de mis problemas en la voz en aquel momento”. 

La artista charló con Indie Club sobre cómo cambió su estilo acústico de Púrpura (2018) a la oscuridad pop y eléctrica de Medianoche Radio Club, qué lugar representa el nombre del disco, la filmación de “MRC” en una casona de San Telmo embrujada, y su próximo show junto a Melanie Williams y Lupe.


¿Cómo fue tu primera cercanía con la música?

Fue cuando vivía en Constitución con mi vieja. Empecé a componer en mi cuarto de la adolescencia y lo hacía desde un lugar re intuitivo, porque no sabía tocar la guitarra. Tuve la idea de querer mostrar lo que hacía cuando vi tocar en vivo a Sofi Viola en Konex en una primera cita con un chico que después fue mi novio durante cuatro años. Me flasheó porque era la primera vez que veía a una piba que me identificara. Siempre veía mujeres que cantaban perfecto y yo en ese momento tenía muchos problemas en la voz, muy aireada, muy rota. A Sofi la vi rockeando, con una actitud de rockera que nada le importa y que cantaba como quería. Ahí fue donde hice un clic y dije: “esto existe, esto pasa”. Fue así que pensé en la posibilidad de tocar en vivo e incluso una de mis primeras fechas fue a los 17 años, cuando recién terminaba el secundario, invitada a un show de Sofía Viola. 

Tu disco Púrpura lo compusiste cuando eras muy chica, ¿qué diferencias encontrás a nivel composición entre esa Jazmín de 17 años y la actual?

Entre disco y disco pude salir de un lugar puramente orgánico y me fui a otro de pura experiencia sonora. De hecho, el día que presenté Púrpura dije: “bueno, se terminó una etapa”, la llamé a Flor Iribarne y entré en otro planeta. Sabía que había algo de los pedales o la guitarra eléctrica que me gustaba, e igualmente hay algo de lo acústico que me sigue encantando y no voy a decir que eso para mi murió. 

Las diferencias son, primero que nada, todas las herramientas con las que cuento ahora. Antes no sabía todos los acordes y ahora me encuentro yo enseñando cosas y digo: “¿cuándo aprendí todo esto?”. Fue todo a base de prueba y error, aprendí teniendo bandas, ensayando y tocando con gente que sí sabía. Además, entre medio de cada disco hubo un proceso de descubrimiento de los sintetizadores y del Ableton (Live). Siento que esa es la gran diferencia entre ambas etapas, también noté que me puedo producir a mí misma sin necesitar de una banda, o incluso grabar los instrumentos yo sola.

Fue como una ruptura entre lo que hiciste con Lucy Patané y lo actual…

Totalmente. Este disco lo produje con Diego Acosta, pero incluso antes de que él llegara ya todos los temas estaban producidos y armados por mí en Ableton. Ahí entendí que yo misma puedo ser mi propia productora, y eso no quiere decir que voy a trabajar totalmente sola, pero no necesito de alguien que me diga si algo está bien o mal. 

El disco está teniendo muy buena repercusión y cantidad de escuchas, ¿creés que tuvo algo que ver el cambio de estilo? ¿La búsqueda de nuevos sonidos apuntaba a algo más grande?

Creo que la música que estoy haciendo ahora está pensada en parte para estar en escenarios más grandes en los que el anterior disco no podía estar. Es una profesionalización que implica mucha complejidad, y está bueno, porque es la búsqueda y la intención. Pasé de tocar sin un micrófono a tocar con miles de líneas, cables, pistas, un montón de personas y es un bardo pero posibilita un montón más de cosas. Produzco pensando en cómo voy a tocar eso en vivo y la energía que quiero que transmitan mis canciones. Antes técnicamente no podía ocupar ciertos lugares, pero ahora estoy más grande, vi más música en vivo y pasé por varias bandas; me fui encontrando y sabiendo en qué lugar quiero estar. 

¿Cómo surgió el arte de tapa de Medianoche Radio Club? ¿Dónde es la foto?

Quería una sesión de fotos completamente improvisada, así que fuimos con mi amigo Joaquín Musta Torres al Parque Saavedra a las ocho de la noche. Yo sólo había dicho que quería usar unos auriculares y me dejé guiar con la vestimenta. En ese momento todavía estaba un poco complicado el tema del horario, y se subió un patrullero al parque que nos empezó a perseguir con la sirena y a decirnos que desalojemos el lugar. Fue muy creepy mal. Luego nos fuimos a mi casa (también en Saavedra) y terminó pasando algo espectacular. La foto de la tapa del disco la sacamos en mi terraza, un lugar que habité muchísimo durante la cuarentena y estuvo genial porque salió súper espontáneo e íntimo. Terminó transmitiendo la sensación de noche, calle y oscuridad que tiene el álbum.

Saavedra fue clave para el disco…

Sí, re. Todo el disco lo grabé y lo compuse en mi casa. De hecho lo empecé a componer cuando me mudé al barrio. Incluso, el nombre surgió andando en skate por acá.

¿Cómo fue eso?

Ese día se cristalizó un universo y todo tuvo sentido. Después de casi un año y medio de proceso, tanto a mí como a Dieguito Acosta no nos convencía el nombre “Fiebre” para el disco, que era una canción que iba a estar. El tema había quedado más rockero y el álbum estaba muy synth. Fumé un porro en mi casa y salí a andar en skate por Saavedra. Ando muy mal y me da mucho miedo pero me genera adrenalina y me encanta. Mientras paseaba, me puse un disco de Jamie xx y empecé a flashear con la casa donde grabamos el videoclip de “MRC”. Llegué a casa con una idea de cómo reformular ese tema “Fiebre”, me fui arriba, me encerré y empecé a componer muy sacada. Ahí fue cuando dije: “Medianoche Radio Club”. Es ese lugar al que quiero ir y es un espacio imaginario en el que todo este disco ocurre. Armé el tema nuevo y grabé todos los instrumentos. La voz que es la que salió en el disco y en un momento hay unas campanadas que entraron en el micrófono que se escuchan desde mi casa y quedaron también. Fue algo de la espontaneidad del momento. 

Reunidos en la casa fantasmal, no tenemos miedo

Así, como expresa la letra de “La casa fantasmal” de Él Mató a un Policía Motorizado, bien podría definirse la anécdota de la filmación del videoclip de “MRC”. La locación fue en una casona embrujada del barrio de San Telmo, y su elección no fue por pura casualidad. “La idea del video era armar ese ‘Medianoche Radio Club’, que para mí conceptualmente me dispara todo un universo fantasmal de la noche,  la oscuridad, donde todo está permitido y hay libertad y entrega”, cuenta Jazmín. 

“El chico que vive ahí me dijo que el lugar estaba bueno, pero que el problema eran los fantasmas. Creo que ese es mi mayor miedo, y eso me asustó pero me atrajo a la vez; quería convocar a lo que me asusta y habitarlo”, relata la música que a pesar de su temor recorrió la casa en medio de la grabación del videoclip.  “Me enfrenté al miedo e internamente pensé ‘yo soy la reina de la casa de los fantasmas’”, expresa Esquivel. Conceptualmente, Medianoche Radio Club busca reunir el despojo hacia el temor, y poder habitar esos lugares que generan miedo: “ Hay algo de los miedos que un poco te indican a dónde ir”, reflexiona.

“Lo que te da miedo es lo que hay que ir a buscar, porque ahí hay una llave de algo. Por ejemplo, a mí una fecha me pone super nerviosa por exponerme pero eso es lo interesante. Cuando pasás por ese lugar que te da muchísimo miedo, después se te da vuelta la tortilla y empezás a disfrutar”, comenta Jazmín y concluye: “Creo que el disco trata mucho de eso, de dejar de tener miedo”. 

Hiciste una colaboración con Carolina Donati en su canción “Culpable”, ¿con qué otres artistas te gustaría colaborar?

Tengo muchas ganas de hacer un feat con El Zar, me encanta cómo producen y los quiero mucho. También me gustaría con Alfonsina, de Uruguay, la admiro y hace años venimos diciendo de hacer algo juntas. Más en plan soñador te diría con Blood Orange porque es mi artista de cabecera y amaría producir un disco con él. Lo que más me divierte de hacer algo con esas personas es el plan de intercambiar y compartir; si es con la excusa de la música muchísimo mejor.

¿Y para un festival?

Pienso en Frank Ocean, Christine and the Queens, St. Vincent; me gusta mucho El Príncipe Idiota o Peces Raros también. Marilina Bertoldi me encantaría, y obvio con El Zar y Alfonsina.


El sábado 2 de octubre Jazmín Esquivel formará parte del Festival Vértigo en una fecha que reunirá también a Melanie Williams y Lupe. Será en Ciudad Cultural Konex desde las 18hs y las entradas están disponibles en la web del lugar.

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