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Un Muerto Más: “Me llama mucho la atención el arte que confunde”

En vísperas de la segunda presentación de “La cena”, hablamos con Un Muerto Más sobre el amor, el arte y cómo las distintas disciplinas artísticas lo ayudan a transmitir su “sentimiento exagerado”.


Un Muerto Más refresca la escena musical under con un show que combina poesía, teatro y música para evocar sentimientos difíciles e interrogar al público sobre lo que significa el amor. Tras lanzar su álbum debut, Verano en invierno, y presentarlo acompañado de un colectivo de artistas interdisciplinares, dar una gira por España y agotar tanto Niceto Club como el teatro Xirgu, cierra la presentación en una segunda función de su show “La cena” el sábado 12 de agosto.


– ¿Cómo definís y cómo nace Un Muerto Más?

Lo defino como un proyecto solista en el que no estoy solo. Es medio raro. Creo que ningún solista está solo. Soy muy de romper con los esquemas, de no etiquetar las cosas, entonces es una pregunta que no me hago demasiado y dejo que cada uno saque su propia conclusión. Es cierto que el proyecto nace de mí, tiene canciones mías y su impronta me atraviesa a mí, pero al mismo tiempo eso atraviesa a todo el grupo. También es un proyecto que exige mucho, no soy solo un artista con una guitarra, y ahí es cuando empiezan a agregarse distintas áreas con sus propios criterios y sus propios protagonismos.

Un Muerto Más puede ser una banda, una compañía de teatro, una película… y eso es lo que más me gusta, creo que es un fuerte del proceso, que puede ser todo y nada al mismo tiempo y depende de dónde lo vea y cómo lo vea es algo diferente. Se trata un poco también de confundir. Me llama mucho la atención el arte que confunde. Son pequeñas cosas que traen incomodidades y son esas incomodidades las que en el arte dan lugar a reflexionar sobre lo que está pasando y ahí el contenido es la prioridad y no la persona.

Pienso en qué interesante es llamar la atención sin recurrir al sexo o a la violencia, que es lo que en una sociedad común irrumpe primero. Hay una situación de violencia y los ojos van a estar ahí, pero capaz ves una pareja que se está besando y no provoca lo mismo. Intentar generar lo mismo, me parece que ahí es donde está la búsqueda. Pensar qué universo proponer para que esto pase, cómo hacer que todas las disciplinas estén ordenadas para que pase.

El proyecto busca ser versátil, no ser una cosa que entra bien en un lugar. Poder lograr que ese mismo sentimiento se pueda traducir desde un montón de lugares y ver en cada caso qué disciplina necesita mayor prioridad.

– ¿Y cuales considerás que son las principales influencias? ¿Cómo se construye el personaje de Un Muerto Más?

Me siento atravesado por un montón de cosas. Vengo de tener bandas de punk, de ska… Siempre desde un lugar más agresivo y directo. En este momento me encuentro con transmitir cosas parecidas pero desde un lugar distinto, no gritándolo sino diciéndolo bajito. Mis influencias son mis amigos, son los profesionales y artistas que tengo al lado mío.

Creo que haber crecido con los personajes de Charly y Fito, todo lo que los rodea más allá de la música, es algo increíble. Pero es difícil decir en qué artistas me baso porque si entras a mi Spotify tenes Daddy Yankee, Led Zeppelin y La Joaqui. Creo que lo que trato de decir es que hay que sacar las etiquetas de un estilo. Ya viví una adolescencia en donde escuchabas o rock o escuchabas cumbia, que si escuchabas Miranda! no lo podías decir porque te miraban mal.

Después, me gusta mucho el cine, la fotografía… siempre estuve rodeado de artistas y creo que todos queremos decir lo mismo de distintas maneras. Siento que hay una necesidad de nutrirme de distintas ramas artísticas, no quiero concentrarme solo en la música. El teatro siempre fue algo que me importó mucho a la hora de salir a tocar en vivo, es lo que marca la diferencia, que hace que no sea solo ver una banda tocar, que está buenísimo, pero cuando una banda toca y tienen un vestuario particular o una coreografía, el show cambia completamente. Ahí es cuando pasa algo interesante, y soy como un adicto tratando de encontrar esa sensación todo el tiempo. Por eso consumo arte todo el tiempo y trato de transmitirla. Mi búsqueda es que vayas al show y en algún momento algo te flashee. Pongo todas las herramientas para que algo te atraviese.

– ¿Cómo se piensa la puesta en escena para un show como “La cena”? ¿Partís de la música?

Me pasa que hay cosas que se me ocurren como imagen e intento trasladarlo a la música y a veces al revés. Es cierto que un poco el estudio de grabación es mi oficina, pero intento no etiquetar tanto las cosas, a veces una buena idea es una buena idea y baja por donde baja.

La búsqueda no está en dónde nace un significado, lo que importa es encontrar la forma de significarlo para que llegue. No es que nace de la música y de ahí lo intento trasladar. Tengo un montón de ideas y trato de pensar cómo darles identidad.

En Un Muerto Más, la imagen siempre fue tan importante como la música, no hay una canción que no haya salido sin video. La canción no se termina en si misma ni en el video, se termina cuando se completa su universo. Cada canción la trabajamos como si fuera un disco. Tiene un concepto, un desarrollo de principio, desarrollo y final.

Lo que más me llena artísticamente es saber que todos los temas tienen una historia de trasfondo y la búsqueda está en que eso que fue un plano, un vestuario, una canción, sea interpretado. “Frutillas con crema”, por ejemplo, si solo escuchas la letra podés pensar que es algo muy sexual, como que acabamos de coger, pero si ves el video donde estoy remando a muerte, parece que pasa en la cabeza de uno y es todo una idealización.

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– ¿El arte está en transmitir, entonces?

Es muy gede hacer arte, decir que uno hace arte. Es como decir “soy futbolista”, pero pará, está Messi. ¿Qué quiere decir que soy artista?

Hay que tenerle mucho respeto al arte, y eso no quiere decir que vos sos artista y vos no sos artista. Yo creo que todos somos artistas, solo que hay gente que lo trabaja más y gente que lo trabaja menos. El punto está en, primero, creerse uno artista, y segundo, estar a la altura.

Yo sé que no soy un cantante que a capella te vuelvo loco, no está mi búsqueda ahí. Estar a la altura para mí está en transmitir una emoción, y esa emoción se puede transmitir mejor en una obra de teatro, en una canción, o en un vestuario… La música tiene el privilegio de depender de un montón de otras áreas con las que se fusiona.

– Volviendo sobre Verano en invierno, ¿Lo consideras un trabajo conceptual? Lo siento atravesado por el amor, el desamor, la sexualidad, las relaciones…

La verdad es que el resultado le ganó a la planeación, no fue una búsqueda. Empezamos a hacer canciones de las que surgió un universo. Cuando un proyecto tiene identidad te terminas volviendo engranaje. Llegamos a un momento donde encontramos una serie de emociones y nos tuvimos que preguntar qué nos faltaba para cerrar la idea.

Cada tema es un mini universo con su historia, su personaje, su desarrollo… pero en la totalidad cambia. Lo que a primera vista era una canción de amor en la realización termina siendo otra cosa.

Ahí entra en juego lo disruptivo, porque la vida es disruptiva. La vida te pega una cachetada y tenés que seguir adelante. Me encanta el arte que te pega una cachetada. Las obras conceptuales tienen un tinte súper interesante, es como entrar a una película en vez de ver una escena.

Faltó la palabra “idealización”, que es el gran problema. Siento que somos una generación que se crió pensando que si soñás mucho con algo lo vas a tener. Intento hablar de la complejidad de lo que pasa por dentro para organizar el caos, ponerlo en palabras. Todo pasa por el amor, sí, pero el amor no es simple.

En momentos de tanta deconstrucción el disco plantea organizar un desorden en donde es difícil relacionarse, ser feliz, bajar las expectativas… Encontrar lo que uno busca es imposible. Buscás encontrar algo y si no lo encontrás te pasas toda la vida buscándolo, pero si lo encontrás te das cuenta que no es lo que querías. Nada alcanza.

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– El eslogan de “La cena” es eso, “¿Cómo se traduce un sentimiento?”.

Vas a venir a encontrar una pregunta, no una respuesta. Eso es el arte, una vía de escape, una reflexión. Es como cuando conoces de repente a una persona que te para el mundo. Yo me pregunto, ¿cómo inmortalizo eso? ¿Cómo convierto esa situación en algo más?

¿Cómo vincularse? Es un privilegio amar y entregarse a eso. Busco desde un “sentimiento exagerado” replantear lo que uno siente.

Hay una canción del álbum que compuse después de terminar una relación que tuve y cada vez que la escucho me transporto un segundo a ese momento. Es una búsqueda por exprimir al máximo la droga del sentimiento, lograr que el arte te lleve a lugares fuertes, para bien o para mal.

Ahí me parece que aparece la historia de cada uno, donde el arte juega en serio. ¿Cuántas canciones hablan de amor, de desamor? La que te atraviesa es la que te hizo acordarte de eso que te pasó a vos, de una persona, de tu gato… Te das cuenta que dos mas dos no siempre es cuatro. Ahí es donde se arma algo interesante, encontrás una búsqueda permanente donde dibujas dos mas dos y dos pero la mitad del cuatro y el otro puede terminar de dibujarlo que lo sienta.

– ¿Es necesario seguir hablando de amor?

Yo creo que sí. Porque todos podemos ir a lo mismo, pero lo importante es quién lo dice distinto. Hay mil maneras de hablar de amor, por eso vamos todos a ese lugar.

También se trata de lo que le pasa a uno en cada momento. Hace diez años salía todos los días a tocar a la calle y la policía me paraba. Terminaba detenido. Es obvio que llegaba a mi casa y escribía en contra de eso.

En este momento, antes de acostarme, estos son los sentimientos que me cruzan por la cabeza cuando me voy a dormir. Verano en invierno nace de un momento en donde puedo pensar sobre un montón de vínculos que viví, y deje. Y creo que a todos nos pasa.

Cuando a uno lo atraviesa un sentimiento no hay con qué darle. La perspectiva de la canción, el video y todo lo demás es justamente para ponerte en jaque, para hacer ver las cosas desde otra perspectiva. Al menos a mi me hace ver las cosas desde otro lugar. Y si alguien viene conmigo, que venga.


Un Muerto más se presentará el sábado 12 de agosto en el teatro Margarita Xirgu. Podés conseguir tus entradas a través de sus redes sociales.

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