Lucas Roma, Trauma Unicornio e Indie Puesta se presentaron en la sala principal de Casa Mona al calor de luces de colores y cariño de los presentes.
Casa Mona se ubica justo al final de una vieja escalera marmolada iluminada por una tenue luz azulina. En un primer piso, el patio es el punto de encuentro obligado entre las habitaciones del lugar. A un costado, varias personas miraban detenidamente la merch disponible en el stand de Remedio Casero Discos, sello independiente local y uno de los anfitriones de la noche. Metros más adelante, estaba el buffet. De a poco, la gente se fue nucleando en torno a esos dos puntos de encuentro y la charla pasaba por todo tipo de temas. Es que la noche estaba ideal, no hacía frío y el cielo estaba despejado.
Cerca de las diez de la noche se empezó a escuchar que Indie Puesta se estaba preparando para arrancar. Para la ocasión preparó un formato íntimo donde estuvo acompañada por Fidel Faletti en batería. Una propuesta diferente a la que vimos hace poco más de mes y medio en la Playa de La Música, donde Arlen del Futuro, Bifes con Ensalada y Loana Vicius formaron parte de su banda. Los presentes se concentraron en el salón principal para escuchar a la artista que recientemente se instaló en la ciudad en búsqueda de un espacio más propicio para desarrollar su proyecto musical. Bailable, oscura, sintética y experimental, son algunos adjetivos que podrían usarse para intentar acercarnos a sus interesantes producciones, y que Jule sabe moldear a cada ocasión.
Trauma Unicornio hizo lo propio. El dúo formado por Virginia Tassone (bajo) y Alec Gollan (guitarra) presentó por segunda vez su EP debut El arte de agradar, que repasaron entero. Abrieron con “Estereotipos que apestan”, y entre las más destacadas estuvieron “Mar del Plata” -que fue su primer adelanto-, “Perder, perder” y “Sombras”. Cerraron un tema inédito llamado “Tarada”, que pronto estará disponible para su escucha. Entre el indie rock y el pop punk, Trauma Unicornio se burla de la sociedad moderna y de los estereotipos al ritmo de baterías digitales y pistas bailables.
El broche de oro de la noche lo puso Lucas Roma y su synthpop nostálgico de finales de los 80s. Estuvo acompañado por Gabriel Bocchio en bajo, como en toda esta nueva etapa que inauguró Símbolos y vanidades. Abrió con “Días extraños”, séptimo corte del disco y colaboración que realizó junto con Pinka. También incluyó temas pertenecientes a su álbumes anteriores Los que nacieron al revés (2018) y 1987 (2019).
Los shows de Roma se caracterizan por lograr un clima de época casi a lo “San Junípero” de Black Mirror. Las vestimentas, los pasos en vivo, los colores de las luces, todo hace que nos remitamos a cualquier pista de baile de la década de los ochenta. Si bien en esta ocasión no contó con la presencias de los colaboradores de algunos temas, Lucas logró que no se notara sus ausencias llenando el espacio con pura energía citypopera.