El grupo inauguró la temporada de streaming en La Plata con un extenso show e invitados de lujo.
Un recital por streaming debería ser una experiencia amena, en el peor sentido de la palabra. Pero si el contexto es la alienación del confinamiento obligatorio, y la banda es normA, es otro el cantar.
Una puesta en escena sobria: apenas el escenario vacío de Live Club, en La Plata, con las guitarras abajo y el ritmo arriba. Un ojo de pez tomando la escena en contrapicada. Un cuadro, arriba, de Spinetta, y otro de Cerati, medio off screen. Prima el color negro. Y un sonido excepcional.
Empezando con lo más nuevo, los singles “D78”, “Yisou”, recorrieron toda su discografía y no faltaron minihits como “Freezer”, “Fetal”, y tours de fuerza como “Pañuelos”. Casi se puede tocar la pintura con la que Chivas Argüello pinta sus paisajes oscuros y eléctricos. Siempre es pintura fresca.
Chivas canta y cuenta como si la vida moderna le hubiera quemado las neuronas, y con esa dificultad a cuestas hubiera que seguir viviendo. Y le creemos, y nos gusta.
La ciudad de La Plata de normA es la más gótica y nerviosa de las muchas que conocemos, la Flying-V de Gualberto de Orta es la guitarra más fríamente calculada y precisa, dueña de una elocuencia a la que no hace justicia la poca fama que se le profesa.
La base rítmica de Gastón Mateos en bajo y Laro Bidonde en la baterías tiene la crudeza y el impacto de los acompañantes de Paul Weller en The Jam y la frescura new waver de los Attractions de Elvis Costello. Y los coros de toda la banda, en especial los del baterista Bidonde, tienen su propia gravitación en la propuesta de la banda.
Desde el punk más clásico de “6AM”, con coros de toda la banda tipo The Jam o los primeros Clash hasta piezas mucho más raras y progresivas, con tres y hasta cuatro partes que podrían funcionar como temas independientes; también temas cortos, raros y que implican un despliegue performático extra de Chivas, con una forma de cantar a lo Devo, como en el caso de “Serio”, la condensación en dos minutos y medio como hipótesis de trabajo de normA da muestras de ser inagotable.
Para las dos últimas canciones invitaron a Sergio Rotman, el saxofonista de Los Fabulosos Cadillacs y líder de proyectos como Cienfuegos y El Siempreterno, que le dio con los vibratos de su saxo alto un color nuevo a las canciones de normA, demostrando que el postpunk es un género al que le suele sentar bien la mezcla y que las buenas canciones, en este caso “Púgil” y “Amarnos” (debut), se bancan y enriquecen con los cambios y nuevos aportes.
La banda platense dio un show con el que renovamos nuestra fe en su proyecto y en el rock, en tiempos de parate total y todo tipo de otros ritmos. Además nos confirman, por si hiciera falta, que la actitud, la frescura y la insolencia no necesariamente se encuentran en la juventud, sino más bien al revés.
Excelente reseña de un show altamente disfrutable, aún en estos tiempos tan post punk que estamos viviendo.