Luego de mucha espera, el artista llegó a Camping junto a su banda para presentar su última obra. Compartió la noche con Foco.
Tras su presentación en Ciudad de Gatos, Nicolás Mateo llegó a Camping el pasado domingo para presentar su último disco Espamento, el cual tenía ganas de tocar en un ambiente abierto. Y qué más al aire libre que un escenario ubicado al lado de las vías del tren y cercano a la autopista.
En una tarde fresca y bastante ventosa, Mariano Castro -ex integrante de Mi amigo invencible-, conocido como Foco, se encargó de abrir el show de Nicolás alrededor de las 19 horas. Acompañado por Malena Vera en el teclado y la voz, Matias Bevacqua en el bajo, Daniel Toro en la guitarra y Joel Carranza en la batería, Mariano dio un show de aproximadamente media hora en el que no solo pasó por los distintos temas de su EP (A)cuático sino que también se animó a cantar un tema nuevo.
Una vez finalizado el repertorio de Foco, llegó el momento tan esperado. Pisando las 20 horas, de traje gris y con plumas en sus mangas, llegó al escenario el aclamado por el público, Nicolás Mateo. Ya instalada en su espacio y en confianza con la gente, la banda de Nicolás, compuesta por Soledad Testagrosa (violín), Agustín Raubian (percusión), Ramiro Álvarez, (batería) y Juan “Jota” Moya (bajo), comenzó a tocar.
El primer tema que sonó fue “Desenredado”, la canción fraseada sobre un foley de ruidos urbanos con la que comienza el disco. El siguiente tema fue ni más ni menos que “Última fe”. Tras aplausos del público y palabras de aliento, el artista se animó a tocar una canción del baúl de los recuerdos.
“Voy a tocar un tema de mi primer disco”, expresó Nicolás y su banda lo siguió para cantar “Conmovido” (tema del 2016). Luego le siguieron algunos temas más del nuevo álbum.
Ya bastante entrado en calor y con un lindo ida y vuelta con la gente el artista se animó a sacar un un vino. “Acerquen sus vasos”, sugirió y les sirvió a quienes lo hicieron. Otros se quedaron en sus respectivos lugares. Por lo pronto, el show siguió como si nada.
Tras sonar “El anzuelo” y “Siempre fugitivo”, Nicolás decidió frenar el show para dedicarle unas palabras al gran referente del rock nacional Charly García, quien aquel día cumplía 71 años. “Aprovechemos que lo tenemos, cuidémoslo”, expresó Nicolás con cierto ímpetu, lo que la gente festejó.
El clima de Camping era cálido e íntimo. La gente se sentía casi como en el patio de la casa de Nicolás. Algunos tomaban aquel vino servido por el mismo protagonista, otros giraban el mate. Ya llegando a la recta final del recital, el artista tocó temas como “Pichón”, “Debajo”, “Años daños paños”, entre otros.
Pero como frutilla del postre Nicolás se había guardado “Palanca sin cambios”, de hecho la cantó y a la gente le encantó. Pero no se conformó. Es por esto que al grito de “Otra, otra”, el cantante junto a su maravillosa banda respondió.
“¡Ay, qué triste estoy!”, fue entonces el verdadero tema que culminó la increíble noche de Avenida del Libertador, en la que Espamento brilló junto a su creador.