La banda mendocina brindó un espectáculo completo en el templo de Palermo repasando parte de su repertorio y su último álbum.
El fin de semana no había comenzado de la mejor manera. La tormenta y el daño que generó había suspendido muchos eventos programados en la ciudad, y aún se esperaba la confirmación para que Mi Amigo Invencible tuviera la despedida de su 2023. Con mucho optimismo, para la tarde del domingo el clima había mejorado y por eso la gente comenzó a reunirse adentro de Niceto a la espera de una noche para disfrutar y alegrarse.
Con un video introductorio de la banda y una ambientación de sonidos silvestres, el show comenzó con la primera canción de Isla de oro, “Un par de árboles”, siguiendo con “Fósil” y “Temblor”. Con el clímax progresivo característico de la banda, el repertorio siguió con “Brontoscorpio” y “Bip–bip no me hables” hasta que las primeras notas de “Suavemente entusiasmado” sonaron en el escenario. De repente, el primer pogo de la noche se generó para cantar, porque no, el himno de su repertorio. La intensidad del público continuó con “Mapa” y “Batalla gigante”, donde al ritmo funk de la canción se sumaron arreglos del riff emblemático de “Fanky”, de Charly Garcia. La euforia que tan rápido se generó terminó con la primera tirada del Príncipe Idiota (Mariano di Cesare) hacía el público, una secuencia que veríamos toda la noche y, seguidamente, con “Máquina del tiempo”. La gente acompañaba cada canción, cada gesto y complicidad que la banda proponía, incluso las grabaciones arribas del escenario.
La primera y única artista invitada fue Rosario Ortega, que acompañó en “Accidentes geográficos”, generando una gran combinación de voces y clímax que permitió que la banda tuviera su primer momento de agradamiento, al finalizar, para celebrar “las aventuras que Isla de Oro les dio”. Siguieron con “La araña” e “Impecable”, donde el público tuvo el mayor protagonismo cantando cada estrofa. Para “Desayuno continental”, el público se agitó y el recital tuvo un giro punk intenso que terminó, nuevamente, con el Príncipe tirándose. La intensidad variaba con el repertorio. Siguieron con “Olímpica” y “Algo no ha terminado” para conectar nuevamente con la esencia punk al tocar “Edmundo Año Cero”. El momento de pausa estuvo con “Jardín secreto”, donde la banda eligió la versión acústica para transmitir más distendido su sentimiento al público.
El show incluyó sorpresas como la presentación de su próximo single “Todo lo que quiero”, donde la banda se retiró y dejo en la pantalla un QR para que el propio público siga la preescucha. También, anunciaron nuevo álbum. Con mucha espontaneidad, la banda invitó a Lichi Grams a la guitarra (que estaba como espectador) para tocar “Noches de ciencia ficción” y “Seminare” de Seru Giran. El público se divertía y emocionaba con la espontaneidad del espectáculo, como se vio en “Freelance”, donde el Príncipe comenzó a improvisar las letras con palabras que la gente comentaba. Se notaba la alegría y conexión de la banda cuando la dinámica siguió por diez minutos más con un repertorio a pedido del público (que no había sido ensayado). Finalmente, la banda cerró su espectáculo con “Manto negro”.
En una noche de frenesí y mucha conexión con su público, Mi Amigo Invencible cerró su año luego de una agenda completa por la presentación de Isla de oro, que incluyó recitales por el interior del país y Sudamérica. Sin dudas, el 2024 tendrá más recorrido para la banda con su nuevo álbum, manteniendo un estilo más íntimo en s formato de estudio; sumado a la rebeldía punk y la progresividad que escuchamos en sus recitales, despertando la misma curiosidad y emoción para quienes se suman por primera vez a su aventura y quienes siguen con más años su música.