Ampliando su sonido personal, el segundo álbum de Luna Sujatovich la encuentra más madura, combinando tradición con modernidad.
Dos años después de conquistar la escena con Desafío guerrero, Luna Sujatovich regresa con Ese fuego, un álbum que la encuentra más firme en su identidad artística y en constante evolución. Con una propuesta que fusiona el rock, el pop y el soul, este segundo trabajo lanzado a fines del 2024 amplía su universo sonoro, explorando texturas más enérgicas sin perder la esencia introspectiva y emotiva que la caracteriza.
Desde el inicio, con “Escamas de dragón”, la intensidad del álbum queda clara: una canción poderosa que crece hasta explotar en su estribillo, marcando un punto de partida vibrante. Le sigue “Paranoica”, que mezcla una base rítmica folklórica con una energía contemporánea, demostrando la versatilidad de Luna para moverse entre géneros sin perder cohesión.
A lo largo del disco, el fuego del que habla el título se presenta de diversas formas. Está en la pasión de “Tu enemiga”, una colaboración con Mariana Michi que se inclina hacia el rock más visceral, y en la fuerza de “Dueña de mis días”, donde Luna y Chechi de Marcos transforman la independencia en un himno de empoderamiento. También está en la nostalgia de “El país que yo más quiero”, una emotiva oda a Argentina, nacida de la distancia y la añoranza.
Pero Ese fuego no es solo arrebato. También hay espacio para la vulnerabilidad y la reflexión en canciones como “Sábanas blancas”, con su aire jazzístico y su dramatismo de desamor, o en “Volcán del mar”, un dúo con Juan Belvis que equilibra dulzura y melancolía. “Piedra oscura”, por su parte, nos sumerge en una atmósfera introspectiva con una letra que cuestiona el miedo a sentir.
El álbum cierra con “Tu armadura”, en la que Raly Barrionuevo aporta su calidez para hablar de las barreras emocionales y la posibilidad de abrirse al otro. Es un cierre perfecto para un disco que, de principio a fin, busca la transformación: a veces abrupta (como en “Cambio de piel”), a veces sutil, pero siempre honesta.
Con la producción de Juan Belvis y Luciano Vitale, Ese fuego expande los límites de Luna Sujatovich sin perder la esencia que la hizo destacar en Desafío Guerrero. Su capacidad para combinar tradición y modernidad, junto a la intensidad emocional que imprime en cada canción, la consolidan como una de las artistas más interesantes de la escena argentina actual. Su fuego está lejos de apagarse; al contrario, arde más fuerte que nunca.
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