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La Piba Berreta nos cuenta cómo encontró a “Un Dios nuevo”

La extravagante artista nos trae viajes, sensaciones y horizontes nuevos, un recorrido que nos adentra en ella y su personaje visible para finalizar en un renacer artistico.


La Piba Berreta nos trae sus experimentos de primera mano: juegos, burlas, fusiones, géneros distintos y desorden. Un popurri que mirado de lejos nos puede confundir, cuando prestamos atención nos atrae y un poco más adentrados nos enganchamos con la interpretación de los géneros que se atreve a tocar.

Luego de su primer LP Golpe de (M)Suerte (2021), y varios adelantos como “Hay que creer en algo”, “Mágica intuición” o “Colchón” llega Un Dios nuevo, donde aparecen artistas de los más variados escenarios para colaborar: Sara Hebe, Anyi y K4.

Con el punk como impronta y verdad para progresar y encarar cada tema o proyecto, La Piba Berreta juega un poco con los géneros variados en su álbum. La presentación es el camino personal plasmado en canciones: la búsqueda de un Dios nuevo, quién es ella misma y el autodescubrimiento a través del arte.

El inicio del viaje comienza con la canción homónima “Un Dios nuevo”. Aquí, La Rusa nos invita al descubrimiento relatando su experiencia personal. También se proclama como su propio Dios nuevo en un relato tétrico y un tanto delirante que gradualmente se precipita hacia la exaltación. La fuerza de la voz de la Piba Berreta encuentra su base entonando de forma agresiva: “Hace mucho tiempo camino por el desierto / buscando un nombre, como si fuera una casa / donde dormir, y que me acaricien el pelo”.

Dentro de las canciones destacadas, encontramos a la primera de ellas en “Hay que creer en algo” en colaboración con Sara Hebe, un tema disruptivo que habla de las preguntas que nos podemos llegar a hacer cuando no estamos feliz en nuestro contexto, conclusiones a dúo entre las voces de nuestras protagonistas. Si bien nos puede llegar a parecer un poco anárquico, también representa al caos previo a las respuestas.

Los sentimientos hechos canciones continúan en “Búscalo”, un electro blues lo-fi con un relato en primera persona hablando de encuentros, desamor y ánimos. Sensaciones de depresión y ghosteos pero tomándose todo como parte de la vida. Siguiendo la línea del caos, la voz de Helenita (ODD MAMI) le da esos tonos de melancolía que nos enamoran, a los que se le suman los tintes que agrega La Piba, logrando un agudo sonido, personalizado para ambas.

A medida que avanzamos en el disco, notamos dos puntos a resaltar. Primero, el progreso y superación sobre el eje de la autenticidad: la crisis, la depresiones y sentimientos que, quizás, nos pueden hundir en momentos claves, aquí son el trampolín hacia algo mejor y finalmente conocerse a una misma. El segundo punto importante es la conformación de la idea y sonido a base de punk y un electropop disfónico casi melancólico, esencialmente tomado desde la voz y tonos de la Rusa.

También tenemos una colaboración con Anyi, la reconocida artista mendocina. Compone una dupla más que interesante en “Mágica intuición”, un salvavida interno, la premonición que nos guía a la salida de un contexto poco favorable. En cuanto al sonido, es algo festivo, electrónico y un poco burlesco. La voz de Anyi, a lo lejos, suena como sirena intercalando agudos con la Rusa.

Llegando al final, encontramos la forma y causa de este disco tan extravagante: “Punch” es el estruendo que siempre presenta La Piba Berreta, pero hecho canción. Seguimos la línea del electro y, en este caso, es un poco lúdico, quejoso y tilda al amor como algo por qué renegar. La Rusa nos dice que “No te puedo sacar de mi mente / todo el tiempo estás / ahí ahí ahí ahí / metido en mi corazón”. A primera escucha -y en las siguientes- pareciera que nos habla de un parásito que nos maneja. Gracias por la primera aclaración: la Rusa nos aclara que no nos va a gusta este tema, porque habla de lo horrible que es el amor.

Luego tenemos como invitado a K4, otro punto extravagante como difícil de encasillar. El otro integrante de la RIP Gang (Junto con ODD Mami en este caso), acompaña en “Colchón”, canción que nos sacude un poco la cabeza, pero no más que su polémico video para las plataformas de streaming, por lo que debió bajarse y censurarse para estar en línea nuevamente. Actualmente son unas pocas imágenes con pura descripción del video original.

“Colchón” fue censurado por escenas de desnudez, algo gracioso y bizarro por igual, teniendo una propuesta artística genial, absurda y provocativa. La forma de Un Dios nuevo, a partir de estos tracks, se entiende un poco más, o por lo contrario, la definimos como amorfa, con muchos matices pero respetando la locura conjunta de la banda.

Finalizando, los últimos dos temas tiene un formato más convencional, dejando de lado el sonido electrónico que venía sonando para darle lugar a instrumentos típicos y con la voz más presente quien nos relata sentimientos. “Corazón aeropuerto” mezcla una guitarra progresiva con un trombón, obviamente que la pizca de punk de la Piba no se va: los gritos sorpresivos son el sello de ella y su música.

Un Dios nuevo nos habla de la recomposición que puede hacerse uno mismo para encontrarse; aunque también habla de la religión como concepto, creencias, fe, conjunto de normas y, por lo que vemos en las colaboraciones, amigos. El amor lo podemos ver como algo central que condiciona circunstancias y hechos, el trabajo para recopilar todo esto y exponerlo de esta forma nos hace encariñar con nuestra protagonista, quien ahora tiene su nuevo Dios.


Podés escuchar Un Dios nuevo de La Piba Berreta y más lanzamientos del 2023 en Spotify.

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