El dúo de pop electrónico lanzó un disco compuesto íntegramente por covers, con seis canciones emblemáticas del cancionero popular.
En palabras de Ibiza Pareo, Por si acaso se acaba el mundo se trata de una “Celebración de esas canciones que nos atravesaron”, son esos sonidos que nos hacen bailar mucho antes de darnos cuenta. Hay algo un tanto místico en comprender qué se dice metafóricamente y literalmente en “canciones que atraviesan”. Lo hacen, vuelven permeable el tiempo y de una u otra forma se convierten en cápsulas que conectan generaciones e historias. Raffaela Carrá, Virus y Los Abuelos de la Nada son algunos de los artistas que conviven en este disco con alto contenido bailable.
Es “Lunes por la madrugada” la canción que da apertura en una suerte de ambientación. Una invitación a cerrar los ojos y abrirse a los flashbacks. Traerán por un instante esa luz que encendían Los Abuelos de la Nada a principios de los 80s con el retorno de la democracia en Argentina. Se puede apreciar una impronta de marcha, se trata de una reversión sutil como delicada.
Con “Hay que venir al sur” sigue la inmersión más allá de los recuerdos, ya en los 70s con cierto conservadurismo y la prominencia de los tabúes que lindaban. La canción habla de amor pero debió ser modificada para evitar la censura en los países hispanoparlantes. Mientras que la original hablaba de sexo abiertamente, la que nos llegó habla de enamorarse. La reversión es una simétrica mezcla de folk con guitarras flamencas y sintetizadores. Con este ambiente llega “Perfecto radar”, para darle un giro y volver de un soplo a principios del 2000. Con un clímax nocturno y etéreo resulta un soundtrack perfecto para momentos de lenguaje corporal sin dudas.
Otro arista a apreciar de este disco es su arte. La tapa no podía quedar fuera del concepto y por tal es que también se trata de un cover. El diseño estuvo a cargo de Agustin Ceretti, artista multidisciplinario a quien se le encomendó crear una reversión de Introspective (1988) de los Pet Shop Boys. El resultado está a la vista, emana el magnetismo de los 80s sin perder la frescura actual manteniendo la representatividad cultural, política y social.
A este homenaje no le podía faltar una de Loco Mía y la elegida fue “Rumba samba mambo”. Se ubica a la mitad del disco cuando es clave despuntar la intensidad. Con el correr de la canción es inevitable recordar y reivindicar el vídeo donde destacaban los abanicos y la vestimenta seleccionada. La estética es el concepto y el beat logra profundizarse dándole una sensación de loop sin serlo.
Luego continúa “Puerto Pollensa”, esa canción autobiográfica de Marilina Ross durante su exilio y que Sandra Mihanovich interpretaría por estos lares. Así, hablando de amor como un deseo que pondera la música, llegamos al final del disco. Allí nos encontramos con “Encuentro en el río”, aquella canción de Virus, un himno para los emergentes 90s. Parte de las obras cumbres de la banda y, por supuesto, de la poesía de Federico Moura. Esta versión actúa como una restauración del original, preserva el ímpetu en la poesía y resuelve la experiencia de Por si acaso se acaba el mundo en un acto de contemplación emotivo por momentos y despertador siempre. Una invitación a vincularnos desde lo que nos marcó.
Escuchá Por si acaso se acaba el mundo de Ibiza Pareo y más lanzamientos del 2023 en nuestra playlist de Spotify.